12.

1.5K 165 121
                                    

Aioria Lincer.

Como lo odiaba en este momento. Su furia crecia al recordar todo el tiempo que se estuvo haciendo el inocente, el que no rompía un plato, el supuesto mejor amigo de Milo, y resulto ser solo una rata traicionera, uno de los principales culpables en el crimen, no podia creerlo casi cuatro meses actuando su inocencia.

¿Que lo había llevado a ser parte de ese delito?, ¿Quienes serian sus cómplices?  Más importante aún ¿Que lo llevo a amenazar de muerte a un niño de 15 años? El mismo que ahora de aferraba a él tratando de evitar que fuera a buscarlo para hacerlo cenizas.

- Kardia, por favor no vayas...- se abrazo más a él - Sabes que las consecuencias caerán sobre mi.

En vez de calmarlo logro que se enfureciera  más, no le gustaba quedarse de brazos cruzados porque daba a entender que la otra persona ganaba y lo tenia a su merced, pero ¿que podia hacer? No queria que el loco ese le hiciera algo a Dégel, si eso llegaba a pasar se olvidaría de su trabajo y lo rompería la cara golpes, bien que se lo estaba buscando. 

Ademas aun tenia el asunto de Kanon, si encaraba a uno sin un plan este podría avisarle al otro, no podía arriesgarse.

- Esta bien, por esta vez te haré caso. Pero escuchame bien, si ese desgraciado te pone un solo dedo encima me dices ¡y le parto su gatuna madre!

- Te lo prometo.

Ahora podia respirar tranquilo, aunque eso no queria decir que se quedaría quieto, no señor, nadie se metía con las personas que más quería y salia ileso, Aioria quisiera o no se llevaría unos buenos golpes. Con el pasar de los minutos tuvo que irse, dejo a Dégel medio dormido en su cama, en la puerta de la habitacion se encontró con Hyoga de frente.

- ¿Cuanto tiempo llevas ahí?

- El suficiente para ver el cariño con el que lo tratas- Kardia trago saliva, era la primera vez en su vida que veía al ruso tan serio- Kardia solo te diré una cosa; no quiero nietos hasta que Dégel cumpla los 18 ¿Entendido?

Solo pudo asentir.

- ¿Ya puedo llamarte suegro?- su lado bromista no tardo nada en salir a la luz.

- ¿Quieres que me arrepienta?

- ¡No, gracias!

~•~


Cinco meses, bellos cinco meses de embarazo de los cuales hace muy poco comenzaba a sentir como esa personita en su interior se movía. Estaba que se lo comían los nervios, hoy al fin sabría que seria su bebé.

"- Si algún día tenemos hijos, ¿Que te gustaría que fuera?

Milo había pensado en la posibilidad de ser padres desde el día que se dio cuenta de sus sentimientos por él, pero nunca se decidió si le gustaba más un niño o una niña, con el paso del tiempo se dijo que todo lo que su Camus le diera seria perfecto y un hijo nacido de él seria lo más hermoso que podía darle, que importaba su genero él querría a esa personita con su alma entera.

- En verdad no lo sé, ¡Mellizos! Si un niño y una niña. Solo imaginalos Camie- tomo ambos manos con cariño- nuestro hijos, con tus rojos cabellos, con lo pálida de tu piel y mis ojos claro. Con tu inteligencia y mi hiperactividad, van a tener a más de uno tras de si, eso es seguro.

Si, sin duda serían la adoración de su padre, y sin importar qué traería a este mundo los niños que su amado esposo quería.

- Cam, hay un nombre francés que siempre me a gustado para una niña por su significado.

- ¿Cual sería? "

Lamentaba que no fueran dos los que venian en camino pero de algo estaba seguro y decidido, ese bello nombre, el que siempre le gusto a su griego  seria el que llevaría su bebé si resultaba ser una niña. La voz de Zaphiri - la madre de Milo - lo hizo volver a prestar atención a su alrededor.

- ¿Nervioso?

- Ancioso.- nunca antes se había sentido así, tal vez el día de su matrimonio pero esta vez era distinto, no sabia que esperar.

- Tranquilo pequeño, cuando sepas que todo esta bien con el bebé se te pasara. Créeme tienes suerte, cuando a mi me dijeron que seria Milo tuve que soportar a Krest hablar hasta por los codos.

Cuando sintió ese pequeño aparatito recorrer su vientre seguido de los latidos del corazón de su hijo se tranquilizo, desde que casi aborta escuchar ese rítmico sonido lo calmaba y mucho ese pequeño ser seguía creciendo dentro suyo.

~•~

La felicidad no cabía en él, sin perder ni un minuto con la ayuda de Zaphiri llego a la habitación de Milo, su amado griego debía saber antes que cualquier otra persona el sexo de su futuro hijo.

Entro a paso lento pero seguro, cuando llego a la cama tomo la mano derecha de Milo entre las suya llevándola a su vientre, en el cual ya se bota una pequeña forma curveada. La personita en su interior se movió feliz al sentir la calidez de su padre.

- Milo, salir hace poco de una ecografía, nuestro bebé sigue creciendo fuerte y sano. Hoy pude saber que sera...- acariciaba con cariño la mano de su esposo transmitiendole todo su amor y felicidad.- tendremos una niña, una hermosa princesa... tu madre dejo el grito en el cielo porque al fin habria una mujer en la familia.

Las lagrimas traicioneras no tardaron en salir, hubiera deseado darle esa noticia de otra menera.

- Ya decidí que nombre llevara, el que tanto a ti te gusta: Dariela. Supungo que sabes su significado.

Callo unos segundos, no queria por nada del mundo que se le quebrara la voz. Se había jurado que cada vez que visitara a Milo jamas lloraría en su presencia.

Una ligera caricia en su pancita lo sorprendió, a esa le siguió otra, junto con un débil susurro.

- ...Ella es el regalo.

🔹🔹🔹

Hola!

Quien se une a la cruzada "anti- Aiorias"

¡Tenemos una bichitaaaaa! Y que creen? Nuestra Dariela logro el milagro! Hasta que Milo decidió volver de su visita a Hypnos 😭🎉

Testigo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora