𝑑𝑜𝑠

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♡ escrito con la canción this is home, de cavetown. 

renjun lleva una vida con normalidad, vive en un ordinario apartamento en un ordinario barrio cercano a la casa de sus padres, cercano a sus intereses, y cercano a su trabajo en la tienda de discos

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renjun lleva una vida con normalidad, vive en un ordinario apartamento en un ordinario barrio cercano a la casa de sus padres, cercano a sus intereses, y cercano a su trabajo en la tienda de discos. 

disfruta de reír con sus amigos más cercanos, de hablar con su familia, disfruta de la buena comida. disfruta de la libertad, disfruta de la vida que alguna vez pudieron quitarle. 

tiene sueños y objetivos, tiene cosas por tachar en su lista, tiene gustos olvidados, a veces tiene nostalgia de las cosas que antes podía y ya no puede hacer. a veces siente tristeza por los asuntos de los que no puede ocuparse, a veces siente alegría por los asuntos de los que sí. debería ese ser el final de la historia, la confianza. 

todas las historias tratan de confianza. 

la suya, no es distinta. 

todavía puede sentir bajo su propio tacto de ensoñación y estrellas, cuando es de noche y el mundo duerme en silencio, lo que era pasar sus manos por la suave piel tersa y helada de la nieve de temporada, y embutirse en botas rígidas, y resbalarse contra el hielo de las carreteras, y ver a la gente caminar a su alrededor, haciendo su vida tabla en mano, construyendo un camino de nieve en polvo, y sentir como todo lo demás desaparece salvo lo que tiene bajo sus pies y el final de la pista. 

cuando se permite llorar, es cuando piensa en los momentos más felices, porque simbolizan aquello que ya pasó y se fue, y nunca volverá. 

renjun siempre habla sobre las cosas que le gustan, pero no sobre las cosas que le apasionan. renjun siempre habla sobre los demás, pero nunca sobre sí mismo. 

nunca sobre sí mismo, si ha de saltarse las partes más importantes. 

pero la confianza no siempre significa valentía, porque renjun no es valiente. si lo fuera, entonces no estaría guardándose las cosas para sí, o decidiendo que no vale la pena luchar por lo que es importante. 

la verdad es que todos le tememos a algo. 

de vez en cuando se trata de miedos que podemos superar, irónico que a él le dieran miedo las alturas cuando no tenía más de seis años, o los perros, o las arañas. irracional e involuntario, nos permite seguir avanzando. 

y entonces, siempre chocamos con la piedra que hace el camino más complicado. así es como a renjun le dan miedo los humanos, cuando no los ve venir. 

cosas como entrar a pastelerías y esperar en colas largas y tortuosas, o hacer peticiones, o simplemente caminar un rato por la noche porque necesita despejarse, cosas como esas no siempre han sido un deseo de navidad para él, porque no siempre le han faltado. 

demonios. 

que infierno en vida se muere a veces, y nunca con la piel entre los dedos, la carne entre las uñas, la promesa entre las palabras. 

más que la nieve, renjun extraña la sensación. la sensación de ser completamente dueño de algo, de hacerlo suyo incluso si nadie trata de cuestionarlo. como si, de golpe, le hubieran robado la vida. como si ya no pudiese manejar nada de lo que pasa a su alrededor. 

chenle cocina algunos metros frente a su persona, el humo sube hacia el techo pintado de azul cián y desaparece entre lamentos susurrados, el sonido de las chispas peleándose unas contra otras; todo eso puede reconocerlo, pero no lo está viviendo. 

ya no.

—renjun, ¿me escuchas? —su voz, lejana, perdida entre pensamiento y pensamiento. 

—¿eh?

—estaba diciendo —comienza, aún sin darle la cara al mayor —, bueno, primero, prométeme que no te enfadarás. 

—¿por qué me enfadaría? —cuestiona, frunciendo levemente el ceño. 

—sé que lo harías. promételo. por favor —insiste. 

aunque las sospechas de que la afirmación que salga por la boca de chenle será negativa son grandes e importantes, obliga a sí mismo a olvidar todos esos juicios mal apresurados. las cosas no se tratan de bien o mal, si no de como las entendamos, o al menos, eso es lo que piensa él. asiente, tras algunos segundos. 

—de acuerdo, de acuerdo. lo prometo. cuenta. 

—verás —titubea un poco el menor, incluso si sabe que es inevitable —el otro día, el de la pastelería. vi a alguien allí en la cola, estaba esperando para que le atendieran. sé que probablemente tú no le viste, pero —suspira lentamente, «tengo que hacerlo, renjun. perdón» —creo que él sí te vio a ti. me dijo que quedáramos este viernes, para hablar sobre los viejos tiempos. 

renjun analiza el rostro contrario con detenimiento. lo ve arrepentirse pero no echarse atrás, quizá porque sabe que es lo correcto. le hace preguntarse si realmente será tan importante como para mantenerlo en ese estado de anticipación. 

—¿a quién viste, chenle?

muerde el labio inferior antes de abrir su boca, solo para asegurarse de que va a decirlo de una vez. 

—no, no lo entiendes. jaemin, jaemin te vio. 

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En realidad, estas cosas son improvisadas. Bueno, en fin, espero que a alguien al menos le gusten. ♥

𝖇𝖔𝖔


𝑘𝑒𝑛𝑜𝑝𝑠𝑖𝑎 🌰 [𝓳𝓪𝓮𝓳𝓾𝓷]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora