𝑘𝑒𝑛𝑜𝑝𝑠𝑖𝑎 🌰 [𝓳𝓪𝓮𝓳𝓾𝓷]

𝑒𝑝𝑖́𝑙𝑜𝑔𝑜

♡ porfa, super importante leer con la canción la vie en rose, versión en ukelele. sería la canción de esta historia, si tuviera que tener una oficial:((

los pies los tiene inertes, inclinados hacia los talones, esperando a lo que sea que tenga que pasar para poder asimilar dónde está. 

el viento corriendo frente a sus ojos, cubiertos por gafas. el blancor de la espesa nieve que juega entre sus piernas lo hace casi caerse del susto, de la impresión. tiene al mundo girando a su alrededor, tiene a tantas personas haciendo lo mismo pero siendo inocentes a su vista que es como si dejara de doler. 

algo parpadea en el pulso de su mano, en su pecho. renjun mueve los dedos, que se amoldan dentro de las botas. 

por un momento, piensa que lo habrá olvidado. que no hay forma de que, después de seis años, él pueda recordar cómo se sentía esquiar. 

él realmente lo piensa. 

y entonces solo tiene dos opciones, volver atrás o inclinarse hacia delante, y encarar la tabla, y bajar por la pendiente hasta los brazos de jaemin, que se extienden con orgullo y ambición, como una colchoneta, como un salvavidas. realmente suena bien, pero se le hace más complicado que respirar. 

chenle también está allí, sentado sobre el dulce blando suelo, con los ojos puestos sobre su figura. sea lo que sea que haga hoy, será suficiente para él, lo sabe, pero lo que sucede es que no quiere conformarse con eso. 

renjun quiere que su amigo pueda al menos ver, al fin, lo que una vez fue huang renjun esquiando. lo desea tanto, diablos, casi tanto como demostrarle a jaemin y a sí mismo que puede hacerlo. que lo ha dejado atrás. 

—¡tómate el tiempo que quieras, cariño!, ¡sé de lo que eres capaz! —escucha al más alto gritar desde donde está. tiene los ojos en llamas y el corazón por puño. 

como un golpe de realidad, esas son las palabras que ha esperado escuchar. el aviso que ha esperado recibir, la señal que ha esperado ver. jaemin es eso que siempre lo hace seguir adelante, no importa qué ocurra. no importa qué lo frene. 

park hyungwoo nunca volverá a impedirle ser quien es. park hyungwoo nunca podrá volver a llevarse consigo su integridad. park hyungwoo ya no podría ser nadie, porque está encerrado en lo más profundo de una celda de olvido. 

pero renjun sí. renjun es.

así que inclina las puntas de los pies, extiende los brazos e inclina la cadera, y baja, baja tan rápido y liberado que todos se paran a mirarlo, como antes, como cuando eran jóvenes y despreocupados. tan real como el canto de un ruiseñor, como el aleteo del colibrí, como el color de las plumas de un pavo real. hace y deshace a su ritmo, marca el tono de la canción, no hay barita en sus manos pero no importa, no cuando basta con verlo, con sentirlo. 

y cuando llega al final, a los brazos de jaemin, se pierde dentro de su propio laberinto, un laberinto de rosas e ilusión; le tiende la mano, se apoya en sus hombros, como si le estuvieran temblando las rodillas. 

todo está donde tiene que estar por una vez, pero resulta extraño no temer por cuando todo se termine. él para entonces entiende, que no importa, porque siempre podrá contar con jaemin. 

siempre podrá, eso es lo que el corazón le enseña.

—sabía que podrías, cariño. ¿no lo ves? —el chico lo sacude, antes de unir ambos labios con gracia y rapidez —lo has hecho tú. yo solo me he quedado aquí parado esperándote. 

esa vez es renjun quien besa a jaemin, atrae el rostro del otro con ambas manos, en una danza que ganan los dos. la nieve cayendo lentamente sobre sus cabezas, en copos pequeños e imperfectos, que se deshacen con el calor que emana del cuerpo humano. 

—gracias por esperarme.

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Llorando me hallo. ♥

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