♡ escrito con la canción isla mujeres, de javier ruibal. es una canción de aquí de mi país, y honestamente, una de mis favoritas en español. tengo un gusto muy mío, perdón.
jaemin se siente impaciente, mira a su alrededor con frecuencia, esperando encontrar más que miradas curiosas. sobre el escenario hay un grupo que toca con guitarras y panderetas, no está seguro de qué tipo de música es, pero no sirve para olvidarse de que chenle llega quince minutos tarde. solo sirve para que le entren ganas de pedirse otra copa.
el «tengo algo que decirte sobre renjun» que le dedicó bastó para convencerlo de acceder a la salida. puede que ya esté preparado para continuar adelante, pero eso no quita lo mucho que lo sigue amando. nada podría quitar eso.
las luces tenues brillan en realidad con amarilla diversión, de forma intermitente, como si por turnos aprovecharan para desfilar bajo el son de la música y las voces de la gente. el sábado noche está dentro de cada mojito, de cada sonrisa, de cada aplauso. baila sobre cada piel, arde sobre cada lengua.
jaemin no entiende por qué sigue allí esperando, pero no se arrepiente de hacerlo, porque el ambiente del local es tan envolvente y está tan presente, no puede olvidarlo incluso si lo intenta. parece como si la vida, de golpe, quisiera un final feliz para la ruptura de su corazón.
tal vez, eso sea lo que necesita. tal vez sí.
—perdón por llegar tarde —una suave voz dice, mientras el cuerpo contrario se sienta en la otra parte de la mesa redonda, rodeando con sus manos el vaso lleno de fría bebida —. ¿me has pedido algo? gracias.
jaemin parpadea, el foco apunta hacia su rostro durante algunos instantes, pero no ha quedado boquiabierto por la ceguera, no, porque ya había estado ciego desde mucho antes. ha quedado deslumbrado por los ojos de renjun, que lo buscan con intensidad, no húmedos, si no cubiertos por una fina sombra púrpura de nuevo ímpetu.
—¿qué haces aquí? —es lo que consigue pronunciar. pero el cerebro no es nunca capaz de procesar los sentimientos de la misma forma que las palabras.
renjun sonríe brevemente, de forma cautelosa, como si no estuviera seguro de su reacción. como si no estuviera seguro de nada, en realidad.
—le dije a chenle que te llamara por mí porque sabía que aceptarías —se le escapa una risita nerviosa —. siento si no es lo que esperabas.
se lleva el licor a los labios, los moja y el líquido lo hace vibrar en su sitio. la canción cambia a otra, que se anima más entre más gente la escucha.
—claro que no es lo que esperaba —admite jaemin. no puede parar de fruncir el ceño aunque todo lo que haya en su interior esté saltando por la euforia contenida —. pensaba que no querrías volver a verme.
renjun piensa en contestar demasiado rápido, en negar o cambiar el rumbo de la conversación. demonios, si todo lo que tiene en sus manos es la verdad, y nada más que la verdad.
—yo también. pero jaemin —hasta que se da cuenta de que, en contraposición con todas las cosas que ha leído y ha visto a lo largo de su vida, no ha preparado absolutamente nada de la conversación, de las palabras, de lo que es correcto expresar más rápido o más despacio, de lo que simplemente ha de demostrar en vez de describir —necesito que estés a mi lado cuando haga esto.
el chico parpadea, tragando la frase no con facilidad. todo a su alrededor le está diciendo que no se pare a pensar demasiado, que la vida es más que la sensación de tener que comprender aquello que le están diciendo.
—¿cuando hagas qué?
—cuando —renjun se encoje igualmente de hombros, sabiendo que lo que ha empezado no puede dejarlo a medias. ya no, por desgracia o por fortuna. depende de él que su vida se levante o vuelva a partirse por la mitad —comience a vivir de nuevo. porque si sigo aquí, en este agujero sin fondo, entonces me moriré de frío.
ambos se miran como si fuera la primera vez en mucho tiempo. jaemin trata de guardar los rasgos del rostro contrario otra vez, aún si ya se los sabe de memoria. renjun, en cambio, solo está rozando un poco más la superficie con la yema de sus dedos.
—¿dices que me necesitas... para algo? —murmura el más alto, totalmente rompiendo ese silencio reparador —yo soy el único que te necesita aquí. no hagas como si no lo supieras de sobra.
la sonrisa de alivio se abre camino en su boca, y renjun deja de apretar el vaso que había estado aguantando, la presión asfixiándose en la boca de su estómago, sobre las otras tristes lamentaciones.
—también te necesito.
—tú solo te necesitas a ti mismo —jaemin deja las palabras fluir, viendo cómo no hay más murallas de temor y resentimientos —y no sabes lo muy feliz que me hace eso. me hace feliz que me quieras.
él saborea el mojito, se toma su tiempo; después de todo, está ahí para disfrutarlo.
—te quiero —asiente. no le hace daño decirlo. no le hace daño entender que nunca ha estado mal decirlo.
—yo también te quiero, más que a nada —jaemin agarra su mano, e incluso con el ruido que hay en cualquier punto de todo lo que pueda ver, lo siente, el tacto caliente, el tacto hecho realidad. y renjun, entonces, ha dejado de ser un sueño —. pero por favor, no tengas miedo, porque no podré evitar decírtelo todos los días de mi vida. todos lo que me permitas.
la fiesta del local está en sus corazones, que se unen, que cantan juntos, que respiran de aire libre, de tierra fértil, de agua cristalina.
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Este es el capítulo final, jé. Siento no haber avisado. Publicaré un epílogo y un apartado de agradecimientos para que sean pares, así que no voy a enrollarme más aquí. Solo diré que gracias por leer esto, jo, ha sido un reto porque perdí la inspiración durante todo este diciembre, pero ahora es un alivio. Mira, me callo y ya sigo luego. ♥
𝖇𝖔𝖔
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𝑘𝑒𝑛𝑜𝑝𝑠𝑖𝑎 🌰 [𝓳𝓪𝓮𝓳𝓾𝓷]
Fanfiction悲しい → triste y perdido, renjun es un libro sin portada. 🍁 ❥ capítulos cortos, ❥ minúscula intencional, ❥ [01/12/18].