Capítulo 1

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¿Como es que llegue aquí? no lo sé, pero estoy segura de que sería un buen momento para empezar un nuevo y buen semestre... La vida da tantas vueltas ¡si que las da!

—¿Podrías apurarte a bajar las maletas de mi auto? Yo también tengo que llegar a mi escuela.

— Que lindo... ¿Entonces por que te ofreciste a traerme? — dije irónicamente mientras batallaba por bajar mis cosas del auto.

— Porque tu escuela no me queda tan lejos de la mía además, no quería que nos vinieran a dejar.

— Pues no estaría mal tener algo de ayuda para bajar esto y créeme que mi papá hubiera servido más que tú. — me hice a un lado para que el pudiera bajar la maleta.

Él me vio con una cara de completa diversión y por fin se digno a ayudar con las maletas y cajas que traía de casa, bajo una al frente del edificio de las residencias mientras muchas chicas pasaban frente a nosotros y sonreían a mi hermano pero nadie ayudaba ¡Que lindas personas!

— Aunque admito que esto es divertido de ver para mi — dijo bajando un poco sus lentes de sol — me preocupa que aquí no haya chicos.

Tenía razón, por el tiempo que habíamos estado aquí (que literalmente eran 5 segundos) no hubo la presencia de ningún chico, lo cuál me preocupaba... y no porque tuviera intenciones de estar con alguién pero ya ni siquiera los podría disfrutar a nivel personal y a distancia observándolos, porque si, así de penosa soy para hablar con la gente.

— Supongo que no está mal, vine a estudiar— mi hermano estalló en carcajadas — Oye, no es gracioso, créeme.

— ¿Son todas tus cosas? — asentí — bien enana fue un gusto, feliz inicio de semestre y que la suerte esté de tu lado. — me abrazo lo más cariñoso que pudo y subió a su auto.

— Suenas como si me estuviera yendo a la guerra. — reimos.

— La escuela es casi igual, solo que es como una guerra entre las materias y tú.

Tomé unas cuantas cajas y las apile una sobre la otra para lograr un poco de orden.

—¿No vas a ayudarme?

Era mi primer semestre y ya no estoy segura de querer terminar, mi hermano no está ayudando, solo esta haciéndome perder la cabeza con lo nerviosa que estoy.

— Tengo que irme pero toma tu USB seguro que eso te hace sentir mejor — Me la dio y arrancó el auto, no me dio tiempo de terminar cuándo él ya estaba doblando la esquina para salir del campus demasiado feliz en su auto convertible.

— ¡Te odio Nathan! — Grité moviendo los brazos lo más alto que pude pero sé que de todas formas no me escuchó.

Voltee a ver mis cosas de mal humor  y en verdad eran muchas, tendría grandes problemas para acarrear todo esto a donde debía, lo peor es que no sabía ni donde quedaba el dormitorio.

Intente esperar a que alguien pasara pero casualmente después de irse mi hermano dejaron de pasar chicas a las cuales pedirles ayuda, así que empecé a acomodar cajas según lo que aguantara, que no eran más de dos. Pasados ya unos 10 minutos visualice una chica que venía caminado, me vio y me sonrió pero solo eso....sonrió, en cuanto iba a pedirle ayuda camino más rápido.

— Déjame ayudarte — escuché decir a alguien detrás de mi y tomo una de mis cajas.

— Muchas gracias, pensé que solo me sonreirias y te irías... Como las últimas 3 personas — exagere riendo, no habían sido 3, eran más pero me pondría de peor humor si lo recordaba.

— No todos son tan hermosos y carismáticos como yo — reímos juntas. — Soy Charlotte por cierto, Charlotte Wilson.

— Kate, Kate Olson, mucho gusto —nos dimos un apretón de manos, muy formal.

— ¿Y bien? ¿Cuál es tu dormitorio? — busqué entre las cajas, alguna debía contener toda mi información.

— Creo que es la habitación 305— le respondí mientras seguía buscando — Oh si, si es— Sonreí y ella igual lo hizo— Todas las cajas están marcadas, por si alguna se pierde, al menos podrían saber donde devolverla.

— ¡Chica lista! Aunque créeme, si nadie se acercó a ayudarte, tampoco lo harán para robarte algo.

—Eso es un alivio — tome dos cajas y deje que Charlotte se pasara al frente para que me pudiera guiar.

—Aquí las habitaciones son personales pero tenemos suerte, tú habitación está muy cerca de la mía  entonces puedo ayudarte si quieres.

—Sería de gran ayuda y te agradeceré eternamente. — me sonrió y siguió su camino subiendo las escaleras del edificio para llegar ¡esto tiene que ser broma!

Llegando al segundo piso yo ya no podía con mi vida y estoy casi segura de que mi habitación queda en el tercer piso, francamente no sé como haría para lograr subir todo lo que traía conmigo.

Un piso más arriba Charlotte me indicó cuál era mi habitación así que bajé las cosas esperando que  ella me dijera algo.

—¿Qué esperas? Abre, te va a encantar — aplaudió un poco y yo la vi extraña pero creo que no se dio cuenta.

Al abrir el dormitorio me sentí como en un sueño, era espacioso, mucho de hecho para ser dormitorio personal, casi podría asegurar que era más grande que mi habitación en casa, me harían falta cosas para meter en este lugar.

— Esto es increíble, bendita universidad — corrí hacia el colchón y me aventé sobre el.

— A mi parecer es como sentirse en casa pero mejor.

—Ya lo creo que si — Sonreí y volví a poner mi cuerpo sobre el colchón.

—Vamos, hay que terminar de subir tus cosas.

Pasada una media hora mis brazos dolían, ya no quería tener que cargar nada, al parecer tampoco Charlotte.

—Oye ¿trajiste tu casa contigo? Si que son muchas cosas — empezó a reír y se acostó a un lado mio en el colchón.

—Lamento hacerte cargar tanto, parecían menos cosas.

— No es problema, solo no sé cómo haremos para subir todo— ambas suspiramos, una voz se hizo presente en la habitación.

— Yo puedo ayudarlas — comentó una chica alta de pelo color oscuro, tal vez un poco más que el mío. — claro, si no te importa. — dijo viendo hacia mi.

—No, por favor adelante, entre más seamos mejor — sonreí pero no me quería levantar de la cama.

— Mucho gusto chica nueva, soy Peytton. — se acercó a mi y me estiró su mano, yo la acepté.

— Un gusto, soy Kate — dicho esto bajamos unas cuantas veces más por mis cosas que estaban afuera del edificio.

Las chicas regresaron a sus dormitorios mucho tiempo después de haber terminado de ayudar con mis cosas, estuvimos platicando y sacando mis cosas de las cajas.

Debo admitir que son bastante agradables y agradezco haberlas conocido, al menos ya no estaría sola mañana que es el primer día.
Una vez con todas las cosas fuera de las cajas y en mi habitación me dispuse a poder encontrar un lugar para cada una de las cosas que faltaban y así tener todo un poco más organizado, poner las sábanas en la cama además de llenarla de almohadas y frazadas, puse las fotos de mis familia en el tocador, acomodé todo aquello que era fácil y de vital importancia tener en su lugar.

Al caer la noche no podía contener las ganas de estar en mi nueva escuela y empezar clases de una vez por todas.
Quería liberarme y lo logré, si mi hermano podía estar lejos yo también podría, no había duda de eso, este era un nuevo comienzo.

<<Capitulo ya editado>>

***

Es mi primera vez escribiendo y compartiendo una novela, ojalá les guste mucho y no sean muy crueles conmigo❤️

The Boy [Ben Hardy] (En Edición) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora