Junio 3
Los niños se acaban de ir, y el silencio de la casa me vuelve a molestar. Es difícil aún, pero menos enloquecedor que esos horribles primeros días sin ti. Tomás está como loco con Santi, y verlo me recuerda tanto a mí, que debo controlar mis ganas de disculparme por tener que heredar tantos de mis comportamientos. Sin embargo, verlo salir adelante con esa intrepidez tan propia tuya me tranquiliza. Y mira que Santi no da tregua; está convertido en un mini torbellino de risas y desastres por donde pasa. Hoy hicimos pinturas en tela en el estudio, y puedo asegurar que será un gran artista. ¡Si apenas llega a los tres años y ya es capaz de hacer sus primeras figuras humanas! Sé que piensas que exagero, pero jamás vi palotes y círculos mejor distribuidos y tan hermosamente coloreados. Es innato, te lo digo con propiedad. Karla los recogió después de la cena. Es guapa ella, ¿no? Pero me intimida un poco. No sé, cada vez que la veo siento que me odia. Bueno, seguro jamás me perdonará por confundirla con la primera novia de Tomás. Pero fue sin intención, y lo sabes.
Julieta también estuvo, pero se fue antes de comer. Que hermosa es nuestra niña, ¿cierto? Es una mezcla perfecta, y prometo que lo digo con humildad, pero el ADN hizo un gran trabajo ahí. Creo que las cosas con Leonor van mejor, porque estaba mucho más alegre y la nombró en repetidas oportunidades. No quise preguntarle, ya sabes que es igual a ti y odia que me entrometa en sus asuntos. Solo espero verlas juntas nuevamente para navidad.
Ah, falta tan poco. Y aún no puedo creer que este será el primero de tus cumpleaños en que no estarás en casa.
Pero mejor olvidemos eso, que la tristeza que me provoca solo pensarlo no me dejará dormir.
Por la mañana, antes de que los chicos llegaran, estuve revisando algunos de nuestros álbumes, y realmente no sé cómo sobrevivimos a esos dos. ¿Imaginaste que nuestra vida sería así cuando me dijiste que no usáramos protección? Yo solo lo medité un segundo, porque cada vez que me besabas perdía la cabeza. No podía pensar en nada más. Y cuando me dijiste que estabas embarazada, ¿lo recuerdas? Sé que lo he preguntado miles de veces, pero ¿realmente no me odiaste por reaccionar así? Lo siento tanto, pero en aquel minuto me resultó tan irreal la idea de un bebé en mis manos. Recuerdo la cara de Tomás cuando abrió la puerta. Pobre hermano, pensó lo peor al ver mi rostro pálido de miedo. Pero ¡cómo gritaba de alegría cuando fui capaz de hablar y le dije que sería tío! Fue una locura de principio a fin. Sé que te enojas cuando lo digo, pero te veías tan hermosa redondita. Creo que superaste todos los límites de belleza en esos nueve meses, y repetirlo durante el embarazo de Julieta fue algo maravilloso. Tan radiante, rosada y alegre. Parecías una muñeca.
Lo demás solo fue en aumento. Esa alegría inmediata que me provocó Tomás al verlo salir de tu cuerpo y que solo se hizo mayor con Juli, no ha terminado de crecer jamás. Los veo y no puedo creer que fui capaz de limpiarlos al volver de la calle cubiertos de polvo y barro, o en casa de tus padres, en el campo, cuando volvían de alimentar a los patos o de buscar huevos de gallina. ¿Recuerdas que Juli se cayó en el corral de los cerdos y que fui yo quien la sacó? Fue horrible, pero no temblé hasta que ella estuvo limpia y en tus brazos.
Aún me parece irreal.
Todo. Las tardes en el cine, los cumpleaños en la escuela, las reuniones de padres, Tomás cargando a Tomás cuando salió del kínder, Juli ayudando a Lucy a dar sus primeros pasos, mi Mamá llorando con sus tres nietos colgándose de su cuello. Es muy triste que no haya logrado conocer a los gemelos. Con lo desordenados que son, habría estado encantada. No sé cómo hizo mi hermano con tres niños. Ya Lucy era lo bastante desordenada, pero esos dos, ¡Qué locura!
Ya se está haciendo tarde, creo que dejaré el internet por hoy y me iré a dormir. Lo evito tanto, ¿sabes? No soporto usar esa cama yo solo. No imaginas cuanto duele tener dos almohadas para mí. Paso frío, estiro mis brazos y no te encuentro. Las noches son eternas, y el día lo resisto pintándote y divagando entre nuestras fotos. Los niños saben que me cuesta estar sin ti, por eso vienen tan seguido. Pero no siento vergüenza. Me enorgullece saber que te amo de esta forma, y que los años no han provocado que mis ojos dejen de buscarte. Muy poca gente puede decirlo o puede alardear de ello. Nosotros sí. Nosotros nos amamos tanto. Y nuestro amor nunca dolió, como quieren hacernos creer en las películas. Dolió el mundo, que no nos permitió adaptarnos, no el cariño que nos teníamos. Pero logramos entendernos; aprendimos a mirarnos y darnos tiempo, o distancia, o caricias, lo que necesitáramos. Y es bonito, ¿sabes? Es bonito caminar a la biblioteca, y sacar cada día uno de los veintitrés álbumes fotográficos que hemos logrado reunir a través de nuestra vida juntos. Es bonito que Santi mire los cuadros y te nombre.
Es bonito saber que el mundo no nos ganó.
Te amo, Nino. Y te extraño como nunca.
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Junio 4
Manu: ¡Eres el más dramático de los esposos! Solo llevo ocho días aquí, ¿y ya estás viviendo el duelo? Eres increíble.
Dile a tu hermanito que su esposa y yo lo estamos pasando de maravillas. Ayer cenamos con unas alemanas que también iban en el grupo de adultos mayores, ¡y nos divertimos muchísimo, incluso sin que entendiéramos del todo lo que nos decíamos!
Dale saludos a Santi, que no logro encontrarlo despierto cuando llamo. Dile que lo amo y que le llevo unos libros preciosos que hallé en una librería del centro Buenos Aires. A Juli apenas la encuentro, ¿sabes? Al menos con Tomás he podido hablar por Skype, pero con esa niña suelta, nada. Ayer me envió un mensaje rápido por Facebook, y nada más. Pero bueno, es una adulta después de todo.
Te amo Manu, y te agradezco mucho este hermoso regalo.
¡Deseaba tanto este viaje!
Pero ya cálmate y deja de mirar los álbumes como si hubiese muerto, ¿vale?
Dile a Tomás que te enseñe a usar la videollamada, así dejas de sufrir.
¡Te amo, te amo!
Nos vemos en siete días más.
Nino.
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TOC -Trastorno Obsesivo Compulsivo
Romance• HISTORIA GANADORA DEL WATTY 2016 EN CATEGORÍA PIONERAS • Nino, una alocada estudiante universitaria y Manu, un difícil hombre con Trastorno Obsesivo Compulsivo. Una mujer completamente libre y un hombre preso de sus angustias. La desconcer...