9. El deseo nunca muere

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Disclaimer 1: todos los personajes pertenecen a la grandiosa mangaka Rumiko Takahashi, yo solo los tomo para poder expresar todo lo que tengo, hacer que sufren y de paso cumplir mis perversidades.

Disclaimer 2: NO PRESTO mi fics, no hago continuaciones de lo que ya terminé, así que, si se terminó, así quedará, no me insistan en ninguna de las cosas porque si no, simplemente ignoraré los comentarios y/o peticiones.

Nota: Digan NO al plagio, es cierto que nosotros los fickers tomamos los personajes famosos, pero las historias son originales, así que cuando vean una de mis historias (o de cualquier otro ficker) tomadas por alguien más, por favor avisen y reclamen, porque no es justo.

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Capítulo 9

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El deseo nunca muere
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Me siento demasiado vulnerable, no sé si será por el hecho de estar sola con mi exmarido o todo el sentimiento que me provoca el tener a mi pequeña en el hospital, o tal vez esta podría ser otra oportunidad que tendríamos para rehacer nuestras vidas, pero ¿él dejaría a Rin? Para empezar ¿por qué se había quedado con ella a pesar de que fue la desgracia de nuestro matrimonio? ¿Él me cuestionaría porque estoy con Bankotsu? ¿Habrá descubierto que al mismo tiempo cuando él se acostaba con Rin, yo una vez lo hice con Ban? ¿Valdría la pena hablar y discutir nuevamente lo mismo que estuvimos haciendo los últimos meses antes de divorciarnos?

Sí, quiero decirle y preguntarle tantas cosas que ni siquiera sé por dónde empezar, aunque mi cabeza se enfría dejando a un lado temas que no debería tocar y poniendo frente a mí nada más mis sentimientos hacia él.

Se acerca a mí tomando mi rostro con sus dos manos elevándomelo para poder llegar hasta el de él. Están frías igual que las mías, tiemblan un poco igual que yo.

Me da un beso en la frente y siento que desfallezco, pero solo cierro mis ojos tomando todo el aire que puedo.

Me da otro beso en la nariz y empiezo a perder la noción del tiempo, no lo detengo, al contrario, me aferro a la sábana con ambas manos.

Me da un último beso en mi labio superior y me quedo sin sentido, no puedo detenerlo, aunque creo que lo apropiado sería decir que no quiero detenerlo.

Sus manos bajan por mi cuello acariciándolo lentamente, se posicionan en mis hombros quitándome levemente mi bata, no opongo resistencia, quiero que continúe. Sigue quitando la prenda dejando al descubierto mis senos desnudos, ya que por el nudo en mi cintura ésta no cae, sino que se queda a mitad de mi cuerpo.

Tragamos con dificultad, me siento tan febril que podría jurar que el aire acondicionado está descompuesto porque no siento ninguna brisa.

Mis manos que no dejan de temblar deshacen el nudo que está alojado en mi cintura y la bata cae irremediablemente al suelo. Mi cuerpo no se ha recuperado por completo, ya no tengo la cintura que portaba cuando me casé, mis caderas se han ensanchado, mi piel está lastimada por mis 4 embarazos, pero después de tanto tiempo he comprendido que cada marca la debo de llevar con orgullo, porque ahora más que nunca sé, que no me avergüenzo por ello, porque mi máxima ilusión ha sido tener a mis hijos a mi lado y si deseara que cada una de ellas desapareciera es como si negara la existencia de las 4 personas más maravillosas que he procreado y que gracias al milagro de un Ser Todopoderoso he podido llegar a cargarlos en mi vientre y darles una vida.

El canto de los árboles de SakuraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora