5. Tuya

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Y como recompensa por la espera, les dejo el 2x1 en este día.

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Disclaimer 1: todos los personajes pertenecen a la grandiosa mangaka Rumiko Takahashi, yo solo los tomo para poder expresar todo lo que tengo, hacer que sufren y de paso cumplir mis perversidades.

Disclaimer 2: NO PRESTO mi fics, no hago continuaciones de lo que ya terminé, así que, si se terminó, así quedará, no me insistan en ninguna de las cosas porque si no, simplemente ignoraré los comentarios y/o peticiones.

Nota: Digan NO al plagio, es cierto que nosotros los fickers tomamos los personajes famosos, pero las historias son originales, así que cuando vean una de mis historias (o de cualquier otro ficker) tomadas por alguien más, por favor avisen y reclamen, porque no es justo

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Capítulo 5

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Tuya.

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La lluvia caía torrencialmente y de la calle hasta la puerta del complejo de apartamentos exclusivos en donde Sesshoumaru vivía, teníamos que recorrer un buen tramo.

Nada de eso nos importó, ni la lluvia que nos empapó de pies a cabeza, ni los truenos y relámpagos que nos iluminaban nuestro camino. Antes de llegar me quitó la chaqueta y lamió todo mi pecho hasta llegar a mi cuello. Me acercó hasta una pared para agarrar mis nalgas y que yo me prendiera de él.

Gemí en todo el proceso, jadeaba como loca y no sabía si era por el frío intenso que calaba mis huesos o por la excitación que iba tomando mi cuerpo.

-¡Hazme tuya... Sesshoumaru...! -le rogué mordiéndole una de sus orejas.

Me bajé de sus caderas y me separé de él, la lluvia había pegado la camiseta blanca a mi cuerpo y con el sostén blanco le mostraba por primera vez mis senos casi al descubierto.

Se relamió y mordió sus labios, vi cómo el bulto de su pantalón creció y yo sentí cómo me estremecí solo con verlo. Me cargó entre sus brazos como a una pequeña princesa y me llevó hasta su apartamento. El portero se nos quedó viendo disimulando lo que estaba pensando, porque estoy segura de que por su mente inclusive cruzaron algunas posiciones sexuales del Kama Sutra.

Abrió con dificultad la puerta sin soltarme ni ponerme en el suelo y al entrar la cerró tirándola con el pie.

Me llevó hasta el baño, en donde en más de alguna ocasión estuve antes. Me puso sobre la alfombra y abrió la regadera colocándola en punto.

Yo temblaba de pies a cabeza, mi nerviosismo era más que visible.

Me quitó las botas primero y luego el pantalón, continuó con mi camiseta de tirantes y me dejó frente a él con mi ropa interior blanca, mi primer instinto fue el de taparme, pero había decidido que esa noche me entregaría a él, así que cerré mis puños y suspiré.

Se acercó a mí pegándome a la pared y nuevamente incitándome a que enrollara mis piernas en sus caderas. Pude sentir como su bulto se pegaba a mi sexo, me excité, inclusive me mojé al sentirlo tan cerca. Agarró mis labios mordiéndolos, besándolos, succionándolos y lamiéndolos, cada vez con más intensidad que la anterior, sus manos heladas acariciaban mi cintura, mi espalda, bajaban por mis nalgas para tocármelas y acomodarme mejor.

El canto de los árboles de SakuraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora