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Tomé una respiración profunda. No estaba segura de si Tania recordaba sobre lo último que le conté sobre ésta chica hasta hace un momento. Pero con todo el drama sobre Gael, la verdad lo dudaba.
Inicié mi nuevo cuento sobre esta chica sobre lo extraño que fue su entrada a mi círculo de vida. Pero aún así al contarlo podía revivir una vez más lo triste de su historia.
— ¿Y por qué te parece extraño? —Preguntó Tania.
— No lo sé. Hay algo... Un mal presentimiento.
Tania me miró dudosa. — Estás siendo paranoica. Quizás sólo sea que no te guste la situación de ella, te asusta a ti.
Sin duda, no creo que sea eso.
Pero la verdad es que prefiero dejarlo pasar. No tengo ganas de emplear toda la situación de ésta chica. Me bastaba ya con el drama de mi vida, no necesito añadir más.
Terminé mi desayuno, así que rápidamente me dirigí al baño.
Treinta minutos después ya me encontraba lista. Pasaría primero a la biblioteca, hace días no veía a Peter. Y Isaac, casi siempre estaba allí, con suerte lo encontraría.
Me senté junto a Tania, justo frente al televisor.
Miré sin mirar exactamente. ¿Sí me entienden?
Esperé sólo unos minutos más, luego me despedí de Tania y bajé.
Aún me sentía extraña, no quería admitirlo demasiado. Pero quería que todo estuviera bien. Realmente deseaba algo de normalidad en mi vida.
Ya el que pensara que me gusta Gael... Es demasiado.
Una realidad a la que no estoy acostumbrada.
Caminé y caminé hasta por fin llegar hasta la librería de Peter.
Frente a ella se encontraban Peter y Isaac, en los brazos de Isaac, la pequeña Annie.
Debe ser difícil para él, estar sólo sin Cielo. Ellos habían logrado complementar tan perfectamente. Todavía no nos hacíamos a la idea de su partida.
Nosotros nunca nos haremos a la idea de perder a alguien. Nuestro corazón se vuelve ciego a la idea. Se hace un ovillo.
Él y Cielo me habían ayudado tanto, me hicieron encontrarme a mi misma. Así como también, me dieron la ilusión de tenerlos como familia.
Al menos entre ellos mismos tuvieron la oportunidad de amarse. Y eso es la razón por la que hoy Isaac sonríe. Por el amor que en su debido momento tuvieron, y por la mitad de Cielo que ahora tiene él en sus brazos.
— ¡Isaac! —Grité, su cabeza giró.
— Hasta que al fin apareces. —Sonrió.
🔸🔸🔸🔸🔸🔸🔸
Estaba mirado mi google maps. Soy un completo fiasco utilizando ésta aplicación, ¿Lo sabían?
Pero al menos tenía la idea de estar en la cafeteria correcta.
Luego de unas largas respiraciones pasadas entré. Para mi primera impresión, éste era un lugar super caro.
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·Amor con sabor a café·
Teen FictionPrimero la muerte de su madre real, y ahora la muerte de lo que para ella era su segunda madre. Para Venecia Argent parecía que las cosas empeoraban fácilmente. Había encontrado una nueva familia y estaba muy lejos de alejarse de ellos, lo que en ci...