Capítulo 19

51 4 0
                                    

"Mi corazón, no sé qué le sucede. Su latir, cada vez es más fuerte. Lo miraba a él y en cuestión de segundos podía sentirme desvanecer. Su sonrisa, me tenía impregnada.

Incluso en una simple video llamada, me dejaba sin nada de aliento. Muchas veces nos quedábamos en silencio, no hacían falta palabras, no cuando las miradas decían todo.

El simple sonido de su sonrisa me hacía estremecer. Me encanta mirar sus ojos, siento que hay algo nuevo por descubrir todo el tiempo.

Hablar con él todos los días, mi rutina diaria, mi medicina al corazón, la alegría para mi vida.

Me costaba admitirlo, pero estaba sintiendo demasiado, estoy amando mucho. ¿Pero como no hacerlo? ¿Cómo no quererlo? Si aún estando lejos podía sentirlo cerca.

Él siempre tiene algo para decir, algo para aclarar, algo para hacerme amarlo más.

Me hace feliz, desde lejos, me hace sentir que vale la pena creer en el amor.

– Venecia Argent"

Suspiré, esperaba que éste se convirtiera en uno de los mejores escritos. Porque para mí, había escrito con todo el amor que siento en mi corazón. No sabía en qué momento de mi vida pude haber llegado a estar tan romántica, porque ahora, así me sentía.

Subí el volumen de mi teléfono, sonando Desconocidos de Mau Y Ricky, Manuel Turizo y Camilo Echeverry. Algo extraño me sucedía con esa canción, pero no he dejado de escucharla.

Últimamente las canciones eran una daga a mi corazón, todas tenían algo que me hacía sentirlas mías.

Un toque en la puerta me despistó, sin bajar el volumen de la canción me encamine a abrir la puerta.

— Hola mujer. —Sonrió. Han pasado dos semanas desde que había resuelto la situación con James, incluso habíamos pasado el año nuevo todos juntos y felices. No recuerdo haber tenido un mejor año nuevo como lo fue éste.

Desde entonces ella estaba simplemente feliz de nuevo. Y créanme, ver a Tania feliz es una de las mejores sensaciones que yo puedo apreciar.

Su felicidad se transmite a la mía.

— Hola mujer. —Le respondí junto con un fuerte abrazo. Miré su vestimenta, lucía vestida para salir, y su maquillaje simple, como siempre—¿Tenemos alguna cita hoy?

Rió. — De hecho, tú tienes una cita. Así que te doy media hora para que estés bañada y arreglada.

Abrí los ojos sorprendida. — ¿Cómo Jesucristo, es eso posible? ¿Quién Toches se arregla en media hora? Ok, una hora... Y media. ¿Pero solamente una hora?

Empezó a reír fuertemente, que emoción, ella se ríe de mis desgracias. Bien, Tania, bien.

— Exagerada mujer. Increíble, te he dicho que tienes una cita y sólo has puesto atención a la hora. De verdad, increíble.

Ah cierto. — ¿A donde vamos?

— ¿Vamos?

— Tu y yo a una cita, ¿no?

Su risa se intensificó. — No quiero arruinar tus sentimientos. Pero tengo novio.

Bufé. — ¿Entonces?

·Amor con sabor a café·Donde viven las historias. Descúbrelo ahora