DECIMOCUARTO

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POV Aroa

Maia dijo que no valía la pena, pero quizás no tenga tanta razón, ahora teniendo a Suga ante mí, aunque la cague tanto, me estoy sintiendo la persona más feliz del mundo, una sensación increíblemente bien invade mi pecho. Es raro, nunca me había sentido así y en el momento que Suga sacó el estuche, lo abrió y ví ese precioso collar no lo pude contener.

—Esto es...

—Para tí —me interrumpe y yo sólo puedo llevar las manos a mi boca intentando aguantar la euforia que correr por todo mi cuerpo.

—Suga...

—No, déjame hablar... —se apresuró— sé que la cagué, sé que soy un maldito estúpido y...

—Un momento, ¿Maldito estúpido? —intenté reprimir mi risa, pero no pude al saber de dónde provienen ese par de palabras.

No quería dañar su discurso, para nada, pero es imposible no reírse.

—Maia me lo dijo —Se dió cuenta y rodó sus ojos— En fin, necesito que me perdones. Sé que lo nuestro ha sido un sube y baja de momentos: besos, peleas, buen sexo, y una infinidad de cosas, pero joder Aroa, necesito más que eso; necesito que seas tú la que despierte conmigo en las mañanas...

—Ya lo hago —interrumpo arqueando una de mis cejas.

—Si, pero no en ocasiones, siempre. —resalta lo último y no puedo contener la emoción que estoy sintiendo en estos momentos. No puedo con tantas emociones mezcladas. Gracias al Cielo y comí, de lo contrario creo que ya me hubiese desvanecido aquí mismo.

—¿Eso quiere decir qué...? —lo miré intentando buscar una respuesta de su parte.

—Que quiero que estemos juntos. Quiero no sólo caminar de la mano contigo en el bar, sino cada día que pase. En la calle, en donde sea, Aro, te lo juro.

Cavilé un momento y no sé si esto por ahora sea lo más apropiado.

—No lo sé, Suga, creo que es demasiado rápido para avanzar con esto —negué con la cabeza.

—Por Dios, Aroa! —me miró fijo— ¿Cuántas cosas desagradables no hemos pasado? Hemos recorrido muchísimo y creo que ya es momento de que todo sea serio.

—¿S-Serio? —lo miré y él asintió.

—Sé que estamos acostumbrados a otra cosa, que tampoco es que tus amigas ayuden tanto a contribuir con lo que sería una relación "sería" —hizo comillas con sus dedos—. Bueno, una de ellas, la otra digamos que problamente si esté enamorada —alzó sus hombros—, pero eso no quiere decir que toda la vida van a ser iguales. Todo cambiamos, ya sea para bien o para mal.

Me quedé callada, solamente mirando su rostro pálido y luego lo recorrí con la mirada. Se esforzó demasiado por impresionarme y creo que lo mínimo que podría hacer sería aceptar su propuesta y no por él sino porque tal vez yo también quiera eso, pero ahora estoy tan confundida que no lo sé.

Sólo dejé que mi instinto actuara y me abalancé sobre él, a lo que él respondió de inmediato tomándome por la cintura apretándome contra su cuerpo.

—Uhmmmm, un momento —susurró y se separó de mí para colocar sobre la mesa la caja con el collar, lo sacó de allí y me hizo una seña para que diera la vuelta. Colocó el objeto al rededor de mi cuello y sólo aprecié el dije con la letra "A" en abecedario coreano.

Sonreí porque no pude evitarlo, y de nuevo nos hundimos uno en el otro, dejándonos llevar por lo que sea que sintamos. Pero de lo que sí estoy segura es que Suga y yo somos más que simples encuentros sexuales, lo sentí desde el primer momento, pero ambos somos tan tercos y desconfiados que los daba miedo dar un paso más y que esté sea infalso.

TWO... THREE © | V, BTS. 🔞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora