CUATRIGESIMO QUINTO

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POV V

Destruido no sería exactamente la palabra que me describa en este momento. Son demasiados sentimientos encontrados, y entre mis pensamientos, el primero es ella.

¿Cómo pude permitir que algo así pasara? O, ¿Cómo lo supo? Es la duda que no sale de mi mente desde que me confrontó aquel día. Todo se vino abajo cuando vi sus ojos rojos y a punto de salir de sus cuencas de lo increíblemente molesta que estaba. Joder, ni siquiera me permitió poder explicarme.

Es que sí, soy un maldito imbécil y creo que lo he demostrado tantas veces que se cansó. Se cansó de querer intentar confiar en mí y en el más mínimo intento lo arruino. Definitivamente, se cansó de todo lo que tiene que ver con un ella y yo dentro de un mismo círculo.

—Deberías sacarla de tu mente, bro —Se acerca J-Hope a darme una cerveza—. No ha venido al bar en mucho tiempo.

Cuarenta y cinco días seguidos, más de un puto mes tengo viniendo todos los días, y no consigo verla. Este parece un lugar totalmente diferente sin ella, todo para mí es tan desconocido ahora y a la vez se siente tan sofocante, como si los recuerdos me ahogaran.

Suga tampoco viene hace unos días, Aroa, por su parte viene sola o con algún tipo, se embriaga unas cuantas veces y se encarga de recalcarme cada vez que puede, que soy lo peor que le pudo pasar a su amiga. Monster, ha cambiado de bar, por algunos problemas con su venta, entonces, lo que hago es sentarme y que J-Hope escuche mis estúpidas penas hasta perder la conciencia.

Y luego, al final de todo, siempre está ella, coño, sí, está Maia. La realidad y mi única verdad es que ella es el principio y el final de todo. Juro que la veo en cada esquina de este jodido lugar. En las mesas, en la barra donde estoy ahora, en el baño, en la entrada, en la pista, en la intigua mesa de RM, ¡en todos lados!

Inspiro profundo y me levanto para salir, por suerte, acabo de llegar y sigo sobrio, aunque si soy franco, ya no sé qué es peor, estar sobrio para recordarla o estar ebrio para no tener memoria en lo absoluto. Ahora, el fresco recuerdo de cuando la conocí vino a mi mente en cuanto piso la salida. Supe que debía hablarle desde que la vi.

Flashback

—Hasta que llegamos —murmuré de manera hostil, estaba un poco aturdido.

Este fue el viaje más largo, escuchando a Jin diciéndole cursilerias a la chica con la que viene, creo que es su primera vez saliendo, por lo que parece. Rodé los ojos y baje del auto para ir directo al lugar.

Entré y casi todos mis sentidos se encendieron. Buena música, olor a cigarrillo y marihuana. Esperé encontrarme con mis viejas amistades, y por supuesto que sí.

Me encontré con Suga, que no ha crecido tanto como imaginé.

—Amigo, estás casi del mismo tamaño que la última vez que nos vimos —comenzamos a reír y a conversar. Y entre charla y charla pasó el tiempo, hasta que quise poner en onda con el lugar;en onda conmigo mismo.

Nada me llena últimamente y las sustancias me hacen tranquilizarme un poco. Busco a Rap Monster, mi dealer de confianza, en Seúl, también vive aquí en Daegu.

Obserco su mesa, pero mis ojos se van directitos a unos tacones de plataforma, piernas trasero magestuosos, y una melena rosa. Debido a lo oscuro no puedo ver bien, pero su vestido se ve lo suficientemente corto como para no dejar nada a la imaginación. ¡Dios mío, esas nalgas deben ser de otro lugar!

No sería yo si no me acercara a observar tal monumento de cerca. Al llegar a la mesa, me detengo a su ladoa, lanzo uno wones en dirección a Rap, quién extendió una bolsa de marihuana hasta el extremo donde estaba yo.

TWO... THREE © | V, BTS. 🔞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora