Bang Bangtan| Reacciones

Tres|Jimin

Jimin.

Estaba en el salón de práctica con los chicos tratando de armar la nueva coreografía. Hoy Haneul no había venido, "me siento mal" respondió cuando le pregunté si quería acompañarme, eso era absolutamente extraño en ella, en el periodo vacacional de mi cantante favorita tratábamos de estar lo más juntos que pudiéramos ya que ella era igualmente una artista.

Tomamos un descanso y en ese momento llamaron a el celular de Tae.
—Hola—contestó rápidamente—Noona, sí, ¿qué sucede?—su cara cambió a preocupación de inmediato—Si, yo le informo a JiMin, pediré permiso por el.

Ese tono de voz hizo que me acercara rápidamente a él.
—¿Qué sucede?—cuestioné rápidamente.
—Hyung, es tu novia, la pequeña no ha querido salir de la habitación desde que te fuiste dice su hermana, además se la ha pasado sollozando todo el día, no quiere ver a nadie.

No dije nada, me imaginaba que había sucedido.
Cuándo volteé a ver a YoonGi él asintió, trataría de hablar con el coreógrafo lo más rápido que se pudiera. Mi ángel me necesitaba urgentemente y yo estaría allí para ella.

Cojí las llaves de el automóvil y arranque velozmente rogando que el tráfico de la ciudad no fuera como siempre.

Hane:

Abracé mis piernas con fuerza haciéndome un ovillo, no tenía ganas de nada y menos de mirar lo que estaba enfrente de mi en aquella pantalla.
Alguien tocó la puerta cuando los pensamientos estaban regresando.

—Unnie, vete, no quiero hablar contigo—dije con voz entrecortada. Pero no le importo y de todos modos abrió la puerta.

—Hola, jagiya—

Un Park JiMin con un ramo de girasoles y ojos cansados se acercó a mi con delicadeza, cubrí de inmediato mis ojos con las manos, no quería que él me viera así.

—Vete, Minnie. Tienes trabajo que hacer—murmuré suplicando que me dejara sola.
—No—respondió seco quitando mis manos de mis párpados.—No pienso dejar a mi novia sola así cómo está–dijo sonriendo delicadamente.

Puso las flores a un lado y antes de quitar el computador que estaba a la altura de mi torso comenzó a leer los comentarios que aparecían.

"Haneul solo es un contrato. Jimin y ella realmente no son pareja pero tienen que aparentar"
"Haneperra necesita a nuestro Mochi para triunfar en el mundo, sin el ella no es nada"
"¿Cómo puede besar a una cosa así sin sentir asco?"
"Me desagradan totalmente las trepadoras como ella"
"¿Alguna vez se ha visto en un espejo? Jimin es demasiado para ella"
"Miren su pelo, su piel, su peso, joder que gorda esta, además no ha de medir demasiado, repugnante totalmente"

Cuando Jimin volteó a verme yo ya estaba llorando otra vez, no me lo merecía.
—Es verdad lo que dicen, no sé qué haces conmigo, mereces algo mejor–
—Calla, deja de insultar a mi vida entera—tomo mi cuerpo y lo meció como si fuera un bebé mirándome con sus pequeños ojos—no seas boba. No sé cómo puedes creer todo eso si son puras mentiras. ¿Por qué no me lo dijiste esta mañana? ¿Tenía que encontrarte en este estado?

Y me beso la coronilla acariciando mi cabello. Lo amaba tanto que llegaba a pensar que este era un sueño que pronto tendría que culminar.

—Escúchame—dijo ya con los ojos llorosos también después de un rato—eres la mujer más jodidamente perfecta qué hay en este mundo, con todo y tus enojos o tus escenas dramáticas—sonrío un poco—y así te amo, te amo y te amaré toda mi vida. Ellas no saben quiénes somos o como sufrimos cuando no nos vemos en un largo tiempo. Joder, Han...

Y dejo de hablar cuando su voz se entrecortó, me alzé un poco más rodeándolo con mis brazos y recargó su cabeza en mi pecho, acaricié sus rubios cabellos. Hasta que se deshizo de mi agarre para mirarme.

—No quiero que vuelvas a pensar que no eres suficiente para mi. Ambos lo somos, ambos valemos demasiado y por algo te necesitaba en mi vida. Eres mi rayo de luz...No sabes que haría sin ti...Prométeme—alzó su dedito meñique—cualquier cosa que vuelvas a ver, cualquier cosa que llegues a escuchar dímelo de inmediato. Quiero que me tengas la confianza necesaria para decírmelo...No estás sola nunca.

Y crucé nuestros dedos. Éramos probablemente un nudo de lágrimas y ojos hinchados y aún así le bese los labios y el mis mejillas retirando cualquier rastro de tristeza que la mitad del día había estado presente.