Bang Bangtan| Reacciones

Sesenta y Tres|JungKook

–Entonces... ¿Esto es todo?

El abogado observó a la pareja de adultos de casi 50 años frente a él.

—Si, eso es todo señora Je... —carraspeó ante su error.

Haneul sonrió por lo bajo, hasta para ella sería difícil de olvidar aquello.

—No se preocupe. Gracias por su tiempo—dijo con una sonrisa mediana.

El abogado que llevaba en su saco un pequeño título con su nombre acomodo los papeles. Se levantó de su lugar y estrecho su mano con sus clientes.

—Los dejo señores.

Y se retiro.

No.
Ni Jungkook ni Haneul se levantaron de sus lugares.
Haneul revolvía el papel entre sus manos arrugandolo sin siquiera darse cuenta.

Jungkook conocía aquel gesto. Cuando Haneul estaba incomoda solía hacerlo. Así como la primera vez que conocía a los señores Jeon.

—Recuerdo que la primera vez que conocí ese gesto tuyo estabas a punto de desmayarte por lo nerviosa que estabas—murmuró el hombre a lo bajo.

Haneul se tardó en reaccionar. La voz de... su ex esposo apenas y se escucho en sus oídos.

—Si, bueno, tu mamá no estaba muy contenta de que te casaras con una chica no coreana.

Jungkook sonrió.

—Pero cuando te conoció te amó hasta el último momento—sonrió con nostalgia al recordar a su mamá sonriente ante Haneul incluso en su casi desceso.

Haneul asintió.

—Yo
—Yo

Ambos hablaron al unísono. Jungkook cedió la palabra.

—Gracias, JungKookie...—sonrió la mujer que plasmaba su dolor en su voz.

Jungkook la miró con esa mirada de amor que los había caracterizado tanto tiempo.

Eran mayores ahora. Muy mayores.
Los ojos de Bambi de Jungkook estaban rodeados de diferentes tipos de arrugas, en aquel oscuro cabello los mechones blancos comenzaban a aparecer.

No entendió. ¿Por qué si se amaban tanto tenían que separarse? Solamente un día Haneul llegó sin esa sonrisa que marcaba un par de hoyuelos y se lo planteo, Jungkook lloro lejos de casa mucho ese día.

No habían tenido hijos, Haneul al enterarse que era infértil a sus casi 30 años se había insultado muchas veces.
Y Jungkook había besado cada pedacito de su alma repitiendole que el la amaría aún más cada día.

Jeon se levantó de su asiento y la ayudó a levantarse. Rodeo su cintura con sus largos brazos y beso su coronilla.

—Gracias, cariño. Te amo.

Haneul hizo un gran esfuerzo por no decirle la verdad, lo apretó a su cuerpo y después de unos minutos deshizo el agarre para después retirarse.

El corazón de Haneul dejó de latir dos meses después como el médico le había indicado. Por más que la castaña había pedido que no se le diera noticias a su ex esposo de su muerte este se enteró después de su funeral.

Aquella noche el hombre de 49 años durmió abrazando el suéter de la mujer que amaba pidiéndole al cielo que en la otra vida se volviera a encontrar con Haneul, y que en esa oportunidad lo haría todo mejor.

...

43 años después en la Escuela de Artes de Seoul Kim JiSoo y Park GoEun se conocieron. Kim JiSoo tenía ojitos de Bambi y Park GoEun llevaba siempre plasmada una sonrisa que remarcaba sus pequeños hoyuelos.

Cuando Kim Jisoo escucho la voz de GoEun sintió su corazón latir como nunca lo había hecho, sentía que la conocía, sentía que la había visto en algún lugar o quizá... Que en otra vida ella era suya.