Sesenta Y Cuatro| Jimin

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First Snow.

Ser la esposa de Park Jimin era una bendición cada vez que despertaba y sentía su respiración nublando mis pupilas.
Sin embargo, hoy no estaba aquí. Park Jimin no estaba en plena víspera navideña.

Me dispuse a sacar el pollo del horno después de terminar de bañar al pequeño Jaemin cuando el celular sonó.
Aquel timbre inigualable le pertenecía a la persona que faltaba a nuestro lado justo hoy.

"Activaré la webcam a las 7 hora de Corea, me haría feliz verte a ti y a los niños. Te amo."

Sonreí nostálgica mientras el niño castaño de ojos pequeños miraba el celular.

—¿Appa?

Asentí mirándolo, sus ojitos de inmediato se cerraron a causa de su enorme sonrisa lo que me hizo sonreír también.

Observe el reloj de la pared que indicaba a través de sus manecillas una hora antes de el encuentro por Internet así que me dispuse a cambiarme la ropa y aplicar maquillaje que cubrieran las rojizas ojeras que estaban extendidas a causa del trabajo, del cuidado de el pequeño Jae y de la preocupación por como le va a su padre tan lejos de nosotros.

Más rápido de lo que pensé llegó la hora adecuada. MinJae aferro sus pequeños brazos alrededor de mi cuello obligándome a llevarlo frente al computador, era pequeño pero parecía que cargase un reloj consigo que le avisara el momento para cada cosa.

La pantalla se iluminó y Jae se sentó en mi regazo esperando por la imágen del otro lado del computador.

—Appa—murmuró el niño de 2 años de inmediato.

Jimin apareció de pronto achicando sus ojos y mostrando la sonrisa más bonita del mundo.

—Hola mi pequeño soldado—murmuró de igual manera—¿Cómo estás?, ¿has cuidado a mamá y a Jisoo?

Jae no entendía las palabras de su padre pero aplaudía contento de verlo.

—¿Cómo está mi mujer?—cuestionó esta vez llamando mi atención—vamos, Han, necesito escucharte—pidió.

—Hola—susurre sosteniendo a mi hijo y acariciando mi ya abultado vientre con la otra mano.

Jimin no habló, solo estiró su mano poniéndola en la pantalla, hice lo mismo.

—Te extraño tanto.
—También lo hago, siempre lo hago Jimin—susurre con una lágrima recorriendo mi mejilla.

El rubio de inmediato frunció el ceño.

—Yah! Jagi, vamos, todo está bien. Estaré allá pronto, lo prometo—
—Aún tienes la última premiación, Jae me ha ayudado a apuntarlo en el calendario—dije señalando el calendario que yacía detrás de mi cabeza.

Jimin sonrió.

—Estaré ahí más pronto de lo que piensas. Mi hija debe empezar a conocer a su padre, aún no le canto por primera vez—dijo señalando a la bebé de 5 meses de gestación.

El nombre lo había escogido él a distancia y yo acepte, sonaba bien, la pequeña Jisoo.

—Feliz Navidad, Jimin—dije sonriendole
—Fel...
Y se corto la transmisión.

—¿¡QUÉ?!—exclamé enojada sobresaltando a Jae—no es contra ti, amor—dije rápidamente.
—Jimin, Jimin, joder, Jimin—pedí a la pantalla que se mostraba negra—.

Llame al teléfono rápidamente y no sonaba siquiera, la contestadora aparecía de inmediato frenando cualquier comunicación.

Jae miraba con ojos de apunto de llorar a la pantalla.

—No, no MinJae, appa aparecerá de nuevo—pedí al pequeño niño a quien no le importaron mis palabras y se dispuso a llorar.

Jae lloraba alto extendiendo sus manos hacia mí.

—Ya, mi niño—susurre en su oido—yo también lo extraño, ¿sabes? Pero el estará pronto aquí, debemos dejar trabajar a papá.

Jae no entendía por lo que sus lloriqueos no paraban, sólo se minimizaban.

Después de un largo rato MinJae había parado de llorar remplazando las lágrimas por pequeños suspiros que acompañaba su sueño hasta que la puerta sonó provocando que se despertara.

—¿Es enserio?—cuestione a mi misma—solo quiero que nos dejen descansar.

Me levante de la cama con mi hijo en brazos dirigiéndome a la puerta que no dejaba de sonar.

—Ya voy, ¿qué a caso están sordos?

Abrí la puerta esperando encontrarme con alguna persona con un paquete o alguien de la familia pero nadie estaba.

—Tontas bromas—murmure—y ni siquiera es Halloween.

Me voltee para cerrar la puerta ya harta.

—¿Acaso no esperaras a que entre?

La voz que tanto esperaba me llamó provocando que me girará de nuevo. La sonrisa de Jae regresó más grande que nunca y el detonante de ella tenía la misma sonrisa.

—Jimin—pronuncie sin saber que hacer.

Jae cambió de brazos y Jimin beso sus mejillas múltiples veces brindándole su calor.

—¿Debo esperar a que me veces o puedo lanzarme a ti primero yo?—pregunto mirándome.

—Yo...

El shock no me dejaba, era feliz, feliz de tenerlo de imprevisto. Feliz de que estuviera aquí.
La presencia de Jimin significaba más que un regalo de Navidad.

Y después podía sentir sus tibios labios encima de los míos pidiendo el paso que no le negaría. Después de poco tiempo se separó para dedicarme una sonrisa con Jae observandonos.

—Feliz navidad, Park Haneul—dijo orgulloso de poner su apellido en mi nombre.

Di un pico en sus labios.

—Feliz navidad, mi Jiminnie.




Feliz navidad, ARMY!
Lamento desaparecer tanto tiempo, pronto subiré todos sus pedidos, de verdad que si. Disculpen lo despistada que soy):

Es un imagina un poco flojo pero quería dar un pequeño obsequio. Espero la hayan pasado increíble y que el 25 de Diciembre la sigan llevando genial en compañía de sus seres queridos. 💖

Bang Bangtan| ReaccionesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora