-¿Perdón?- preguntó desconcertado
-Es que no llego- dije tendiéndole en bote de aceite con una sonrisa
-Sí, claro- rápidamente dejó la bandeja sobre la pequeña mesa.
Me giré para quedar boca abajo, una vez así me desabroché la parte de arriba del bikini dejándola caer al suelo y aparté el pelo para un lado.
Empezó a pasar sus manos con el aceite con mi espalda. Estas eran suaves y lo hacía con delicadeza. Lo podía oír tragar saliva
-¿Ahora estás de camarero?- dije en tono burlón
-Eh, no, bueno...
-¿Qué tal las clases?-pregunté, quizá necesitará más dinero, y eso no era un problema
-Um, bien bien
Sus manos llevaron a mi cadera, se paró ahí
-¿ Pasa algo?- pregunte haciéndome la loca
-¿Sigo?
-Quiero estar igual de morena por todos lado
No respondió nada. Sus manos empezaron a desplazarse por mis largas piernas, esta vez su agarre era más fuerte. Lo estaba disfrutando, casi tanto como yo. Retiró un poco mi tanga y ante ninguna negación siguió esparciendo aceite por la zona. No quería que acabara nunca.
-¿Necesitas qué también haga la parte de delante?- susurró en mi oído
-No va a ser posible- reconocí esa voz al instante, era Gian- Lia, tu padre nos espera para comer.
Raúl se alejó un poco, entonces me giré, aún si la parte de arriba y miré a Gian.
-Dile que ahora voy- solté mientras recogía mi bikini del suelo y me lo ponía.
Me levante, cogí la copa y fui dirección a la casa, dejando a los dos ahí parados mirándome.
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♾VITA♾
Teen FictionLia no indicaba buenas noticias, al contrario que su nombre. Vivir en Palermo no era lo óptimo para que esta chica creciera , a lo que su familia tampoco ayudaba, los Rocca eran propietarios de unos famosos clubs en la ciudad (aunque estos sólo fu...