Capitulo 8

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-¿Perdón?- preguntó desconcertado

-Es que no llego- dije tendiéndole en bote de aceite con una sonrisa

-Sí, claro- rápidamente dejó la bandeja sobre la pequeña mesa.

Me giré para quedar boca abajo, una vez así me desabroché la parte de arriba del bikini dejándola caer al suelo y aparté el pelo para un lado.

Empezó a pasar sus manos con el aceite con mi espalda. Estas eran suaves y lo hacía con delicadeza. Lo podía oír tragar saliva

-¿Ahora estás de camarero?- dije en tono burlón

-Eh, no, bueno...

-¿Qué tal las clases?-pregunté, quizá necesitará más dinero, y eso no era un problema

-Um, bien bien

Sus manos llevaron a mi cadera, se paró ahí

-¿ Pasa algo?- pregunte haciéndome la loca

-¿Sigo?

-Quiero estar igual de morena por todos lado

No respondió nada. Sus manos empezaron a desplazarse por mis largas piernas, esta vez su agarre era más fuerte. Lo estaba disfrutando, casi tanto como yo. Retiró un poco mi tanga y ante ninguna negación siguió esparciendo aceite por la zona. No quería que acabara nunca.

-¿Necesitas qué también haga la parte de delante?- susurró en mi oído

-No va a ser posible- reconocí esa voz al instante, era Gian- Lia, tu padre nos espera para comer.

Raúl se alejó un poco, entonces me giré, aún si la parte de arriba y miré a Gian.

-Dile que ahora voy- solté mientras recogía mi bikini del suelo y me lo ponía.

Me levante, cogí la copa y fui dirección a la casa, dejando a los dos ahí parados mirándome.

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