—Marica, hay que ver que usted es bruta oyó.—me dijo Ana desde la videollamada.
La bruta aquí es ella por rebotar al catire que le brindó una torta en el viaje a la Colonia Tovar, a los meses nos enteramos que era un Alemán que fue de visita. Pa' matarla.
Estaba terminando de colocarme mis zapatos para bajar a la cocina y hacerme mis buenas arepas. Se supone que hoy comienzo con el trabajo que mami consiguió y ajá, no quiero llegar tarde.
—¿Qué querías que hiciera?—le reproché, extendiendo el brazo libre al cielo.
Señor, perdonala. Yo sé que es insoportable, pero también panita.
—¡Qué te le lanzaras encima como la coneja que eres!—me gritó la mamagueva.
Cabe mencionar que por mi nariz, la gente suele decirme que tengo cara de Bugs Bunny y ajá, se me quedó el apodo y el bullying.
—Chama, las vainas aquí no son como allá. Así lo iba a asustar.—rodé los ojos.
Como no ví a nadie en este beta, comencé a chismear la nevera a ver qlq.
Vergación, aquí hay de todo.
Se prendió esta mierda.
—Le hubieras dicho que eres nueva y no conoces a nadie. Mentira no es.—le estaba zampando a las galletas rellenas que encontré en el closet mientras hacía la masa de las arepas.—Seguro era amable y te daba su número, salían un par de veces y ¡Boom! Tiradera intensa en California. Más fino.
—Si sabes que no lo voy a hacer ¿Por qué lo sigues intentando?—le pregunté. Yo podré ser muy lanzada y todo, pero aweboniada sobre relaciones y toda la paja.
—Ay, verdad que estoy hablando con la mongolica más caída de la mata de Valencia.—que maldita.—Te jodiste, mujer, un hombre como el que te encontraste en el aeropuerto solo pasa una vez en cada gobierno de Maduro.
—Verga, entonces me voy a morir y todavía no llega.
—Ya entendiste el punto.—me guiñó el ojo.
Monté las arepas en el budare más divo que he visto en mi vida y me di la vuelta para buscar jamón y queso. Lo más rápido y porque la ladilla puede con mis ganas de cocinar algo más elaborado.
—Bueno, chica, me piqué.—me le alcé. La verdad es que quedé cortada por lo que me estaba diciendo, yo sé que fui pajua pero ajá, no es para que me lo esté sacando en cara a cada ratico.—Tengo que llegar temprano a mi trabajish pa ve qlq.
—¿No sabes de qué vas a trabajar?—comenzó a reírse la muy descarada.—Empezamos bien.
—No te cuento un coño, nojoda.—y le colgué dandomela de arrecha.
ESTÁS LEYENDO
El mariquito de Logan | Logan Lerman
FanfictionLas venezolanas somos tan arrechas que vamos a conquistar el mundo. Pero claro, debemos empezar poco a poco. En mi caso, yo no me imaginé que me iba a levantar sendo macho siendo tan mamagueva y él tan bello y delicioso. Logan Lerman es uno de los t...