42.Que bolas.

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—¿En serio te pedí que te bañaras conmigo?

—No solo eso, me jalaste a la bañera y me mojé toda.

—No vuelvo a aceptar algo de parte de Ana.

—Yo te dije y no me haces caso.—negué con la cabeza.—Hasta dijiste que desde hace tiempo averiguaste mi talla de sostén.

—Espera.—abrió los ojos alarmados.—¡¿Hice lo del brassier de nuevo?! Que vergüenza, en serio discúlpame, amore, pero... Ya va, Bianca, claro que sé tu talla de brassier.—rodó los ojos con diversión.

—Si, ya te dije que contestaste haberlo descubierto hace tiempo.

—No, pajua.—ahora yo soy la que abrí los ojos.—¿No recuerdas la otra vez que me obligaste a acompañarte a comprar ropa interior? Me gritaste por toda la tienda porque te había buscado una copa de brassier más pequeña.

AY COÑO SI ES VERDAD.

—En mi defensa, estaba teniendo una ruda batalla con un bralette en el vestidor.—me excusé, haciéndolo reír.

Marico, llegamos tardísimo al hotel anoche, puro echando cuento y besándonos hasta más no poder. Es que literal aún me parecía un sueño mARICO SOY EL CRUSH DE LOGAN LERMAN

EL CUAL ES EL CRUSH DE SELENA GOMEZ

Y SELENA GOMEZ ES EL CRUSH DE TODO EL MUNDO

¿SABEN LO ARRECHA QUE ME SIENTO?

Además de eso, Dios, él es el chico más espectacular que existe. Tenían que haberlo escuchado anoche, la alegría no le cabía en la cara y expresaba lo emocionado que estaba por este nuevo paso entre nosotros.

Naguebona, lo amo.

—Son las 12 del medio día.—me indica luego de un ratico silencioso.—Creo que deberíamos salir a comer algo.

—¿Y aguantarnos a esos gafos cuando se enteren de lo que pasó?—alcé las cejas.—Prefiero morir de hambre.

Loggie sonrió así todo cuchi. Posó sus manos en mi cintura y me cargó para sentarme en su regazo. Casi lo olvido: seguimos acostados en mi cama como las vacas que somos.

—Tarde o temprano se iban a enterar, amore mio.

—Podemos fingir que aún somos ciegos, esperamos a regresar a casa y nos mudamos a Rusia.—planeé, haciendo una mueca graciosa.

Me incliné, apoyando mis manos en la cama, teniendo la cabeza de Logan entre ellas y quedando centímetros de su rostro.

Su hermoso y apetitoso rostro.

—Vamos a desayunar.—sentenció. Yo bufé y me levanté por completo de la cama.—Cambiate tú primero.—me señaló el baño.

Lo miré con los ojos entrecerrados en plan: really?

—Yo voy a salir así, mi amor.

—Pensarán que tuvimos sexo anoche.

Me miré: cargaba la camisa de Logan y él solo sus pantalones de pijama. Me dio ladilla buscar mi pijama tonces ajá.

—Hubieramos tirado bien sabroso.—le dije en forma de reclamo.—Pero cierto marico no quería hacer el delicioso anoche.

Si manas, como leyeron. El marico este mE DIJO QUE NO.

—Tú sabes muy bien la razón, Nutty.—me abrazó por la espalda y besó mi hombro desnudo.—Si dejas de mencionarlo, te hago el desayuno que quieras.

Puta, qué ofertón.

Este hombre sabe de negocios.

Mientras caminábamos a la cocina, yo le estaba enumerando todo lo que quería en mi plato. Obvio, muchas cosas no estaban en la nevera y él, sutilmente, me daba sus recomendaciones.

El mariquito de Logan | Logan LermanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora