Capitulo 1

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Antes de iniciar cabe aclarar que este libro tiene escenas +21, es un terror psicológico bl (chicoxchico) espero esta vez sea de su agrado.

Edward Shiro

Algunas cosas pasan por qué si, ¿no? A mi me pasan muchas, y me gustaría explicarles unas muchas de tantas. Específicamente aquellas que cambiaron mi vida por completo.
Todo comenzó cuando tenía 17 con un pequeño problema en la empresa donde trabajaba mi padre, no se a ciencia cierta qué pasó, decidieron omitirlo pero pensaron que lo mejor sería enviarme a estudiar a Hiroshima a una escuela preparatoria poco conocida, yo estuve de acuerdo y aunque no lo estuviese que otra opción tenía verdad. Hace no mucho mis padres habían decidido abrir una pequeña parte de su empresa en Kyoto Japón, puesto que mi madre era japonesa.

Y bueno ahí estaba tomando el metro desde Kyoto para ir a este lugar, me compraron un apartamento a unos cuantos kilómetros de la dichosa escuela, puesto que aunque mi familia era adinerada me llevaron a departamentos estudiantiles muy pequeños.
Estaba un poco nervioso, enroscaba uno de mis cabellos pelirrojos en mis dedos, me temblaba el cuerpo, a las personas les resultaba extraño y me miraban, claro jamás habían visto a un mestizo pelirrojo de 1.87 con pecas sobretodo con mi acento curiosamente mexicano.

Llegue a el edificio de apartamentos, al menos era algo normal, mis padres se habían encargado de mudar mis cosas así que sólo tuve que llegar, tenia claro que iría al siguiente día a esta dichosa nueva escuela y me sentía emocionado o nervioso.

Nerviosionado.

Cuando llegó el día me propuse levantar mis cosas, y cuando abrí la ventana para que entrara aire un gato blanco con negro entro a mi habitación, no quise ser grosero y sacarlo así que deje las ventanas abiertas antes de irme.
Camine las cuadras necesarias antes de llegar a la dichosa preparatoria porque me pareció que había mucho tráfico para sacar mi pequeño Pontiac, cuando me paré frente a sus puertas sentí un horrible mareo, que clase de lugar era este; una puerta oxidada siendo protegida por un par de vándalos que a simple vista parecía que querían matarme.
—¡Hola Amigo!— habló uno de ellos, resaltaba por ser el más grande de los dos y vestir una musculosa que enserio resaltaba trabajados músculos —¿Eres nuevo?— pregunto y asentí frenéticamente —Que bueno.

Me empujo hacia adentro y pasamos otra cerca de metal pero más baja quedando por un lado de un techado y un comedor.
— ¡Oigan! — la mayoría de los estudiantes voltearon y nos vieron— ¡Tenemos un chico nuevo!—

El segundo chico un poco bajito con la mitad del cabello rapado dio una calada a su cigarro y lo tiro al piso.

—Ya déjalo Luis, te van a regañar— dijo y se acercó, Luis me soltó y yo caminé hacia atrás y choqué con alguien, muy escena de película romántica le tiré lo que traía en las manos.

El me miro de arriba a abajo luego recogió sus cosas, me miró de nuevo y con un gesto molesto dijo.

— fíjate donde te paras inepto— me movió hacía un lado y se volteó, con su cabello largo recogido y negro moviéndose con furia —Alonso, te he dicho que no fumes dentro de las instalaciones, Luis deja a los estudiantes en paz. —clavó sus ojos negros en mi, luego regreso en su camino.

Estos abrieron completamente sus ojos y asintieron. Luis se acercó a mi un poco más amigable y dio dos palmadas en mi espalda.

—perdónalo esta... un poco estresado— dijo Alonso recogiendo la colilla del cigarro y poniéndola en la basura.

Resulta que Alonso y Luis no eran malas personas, que nadie ahi era mala persona y me pareció lindo que a pesar de ser de barrios tan bajos todos se llevaran muy bien y no fuera como en las películas de peleas de pandillas.

Todos asistían con mucha emoción llevándose bien, incluso los profesores eran amigos de los alumnos.
Pedí ayuda a Luis para encontrar mi aula transcurrieron las clases, el pupitre detrás mío tenía un maletín nadie había ido a sentarse ahí, me adapté rápido en las clases con unas bromas de Luis quien iba en mi aula junto con otros compañeros que rápido hablaron conmigo.
En la hora del receso bajaron a jugar fútbol soccer y me invitaron a participar.
Mientras veía como se pasaban la pelota unos a otros llevándose entre ellos, Luis me toco el hombro y recargó su peso, estiró su cabeza hacia atrás haciendo que yo mirara en la misma dirección.
  —¿vas a participar?—dijo mirando hacia el tercer piso de donde salió un bolso disparado seguido de muchos gritos.
—¿Que fue eso?—
  --Mmm nada de lo que tengas que preocuparte... ¿por que decidiste estudiar aquí? Este lugar de miedo, no es un lugar para un niño rico como tú.— dejó su pregunta directamente.
—podría decirse que no me quedo otra—.

Luis era un poco mas bajo que yo por 4 o 5 cm casi no se notaba la diferencia su cabello era café claro y sus ojos casi negros, también sus labios eran anchos con unos tres pelos de barba, pero no era feo.
—Oye cara de bagre— hablo alguien detrás de nosotros, cuando voltee vi a Hasei, tome mi tiempo para compararlo al menos de la misma estatura que Luis pero es mucho más blando.

No me di cuenta que lo pensé en voz alta

¿a quien llama blando idiota?— Preguntó cruzando los brazos, parecía que enserio quería golpearme.
—¡lo siento pensé en voz alta! ¡Solo es que no te veo muy musculoso!—
—¿a ti eso que te importa?—volvió a preguntar pero esta vez sostuvo un cartapacio y parecía que me lo iba a estrellar en la cara.
—¡tranquilo, tranquilo! ¿Que querías decirme?— Luis detuvo mi casi muerte haciendo que Hasei dejara de atacarme.

Después de que acabara el partido este Luis me acompañó al salón tenía miedo de cruzarme con Hasei y que tratara de matarme esta vez, y en efecto tenia de que temer, pues ese maletín detrás mío le pertenecía, era mi vecino de asiento.
Entro al salón un profesor algo Viejo y con una voz seca y aguardientosa, el profesor se sentó, no se sentó mejor dicho se desparramó en su silla giratoria y empezó a parar lista leyendo con sumo cuidado cada sílaba que conformaba cada nombre.

  —Hasei hasta que llegas ¿que estabas haciendo?— dijo Luis sentándose en el escritorio
  — Oye— hable bajito, Hasei me miró levantando una ceja, adopte una posición de arrepentimiento —Discúlpame por llamarte blandito.
—¿blandito? Ese sufijo es aún peor—
—disculpa—

  —no te preocupes se le pasará es bastante bipolar, se ríe por todo se enoja por nada y siempre me está sermoneando — lo último lo dijo en un susurro infló los cachetes y se empezó a reír.
—no te sermonearía si no hicieras tantas estupideces— dijo Hasei dando a entender que si había escuchado aquello y como resultado jalo del cabello de Luis

A la salida regrese a mi apartamento, un poco temprano pues tenía que arreglar mis maletas, cuando llegue el gato estaba en mi cama, lo acaricié un poco cuando tocaron a mi puerta...

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Dicen que si le pones empeño a algo lograrás muchas cosas, la primera será creer en ti.

Las demás ni idea pero espero que sea rápido por que empiezo a desesperarme.
Esta vez la mejore más, fue como una corrección.
Puse una imagen algo vieja el de cabello negro es Hasei, El pelirrojo es Edward pero ya se imaginarán.

Y nada más; Báñense.


Y nada más; Báñense

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Diferentes finales  (no corregida)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora