Capitulo 2

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Edward

Abri la puerta, la persona frente a mi era Hasei, el exalto aire con fastidio y tocó el Puente de su nariz.

— ¡Sato! ¡Bebé!— dijo de manera dulce haciendo que cierto individuo felino saliera dando maullidos.
—¿Es tuyo?— el asintió y se dio la vuelta.
— tiene la manía de visitar a los vecinos, Alessandra la vecina me dijo que entro aquí, gracias por cuidarlo— tomo a él gato en sus brazos, este se acurrucó en ellos y se lo llevó.

—¡Espera!— grite por inercia.
—¿que?— volteó dando un giro perfecto y con el ceño muy fruncido.
—¡Ah!— no sabía que decir— D-descansa.
Bufo dio una vuelta y se fue.

—parece que alguien apesta seriamente a una próxima obsesión romántica— dijo una voz dulce a mi lado.
Una hermosa chica de cabello índigo recargada en la puerta.
—¿Enserio?— voltee hacia todos lados — pues solo nos veo a ti y a mi así que no... ¡oh! ya entendí, no, no me gusta el, nos acabamos de conocer— rápido me paré derecho haciendo un movimiento con mi mano arriba y abajo.
—Alessandra— dijo ella extendiendo la mano —no te preocupes si le agradaste a sato de seguro tendrás a Hasei seguido en tu casa tratando de sacarlo, te recomendaría que le dejes de comer pollito.




Termine de acomodar mi ropa y algunas otras cosas, hice de cenar para mi, demasiada comida, estaba acostumbrado a cocinar para mi familia así que desperdiciaba mucha comida, tomé en cuanta el consejo de Alessandra y en un Tupper guarde un poco de desperdicio para el gato, claro algo que el pudiera comer.

Me di una ducha; la regadera no funcionaba muy bien me bañé con el agua fría, a la que mi cuerpo no estaba acostumbrado, me puse una pijama y me metí en mi desbaratada cama.
Al día siguiente cuando abrí los ojos me di cuenta que se me olvidó poner una cortina, la luz entraba a sus anchas por toda la habitación y me jodia como no imaginan, al levantarme abrí el Tupper y lo deje al lado de la ventana.
Tome mis cosas para irme con la pequeña y débil esperanza de encontrarme a cierto azabache corajudo para poder invitarle a irse conmigo, algo que nunca pasó ya que cuando salí vi a un chico en recepción quien me dijo que se había marchado hacía casi una hora.

Cabizbajo me dirigí al colegio.

Entré al escuela mire a Luis sentado en el piso de la entrada se veía molesto y cansado corrí hacia a el y sin querer choque con otro chico el cual sentí que apareció de la nada, llevaba una caja con papeles y cosas hacia la dirección, claro Gracias a mi la caja se volteo y los papeles se regaron y resultó ser cierto azabache, malditas casualidad.

Chingatumadre Autor.

—fíjate por donde vas idiota —dijo con una voz claramente molesta. Esa molestia que se reflejaba en sus ojos que eran más negros que el abismo más profundo del mundo.

Y me convertí en poeta, como los solteros en Twitter a las 2 de la mañana.

Recogió su caja y sus cosas en lo que yo procesaba todo.

¡Oh dios! ¿no puedes ser normal? No se, ayudarlo no quedarte como vegetal ahí parado como Estupido.
—¡Edward!— gritó Luis colgándose de mi espalda.
—¿Le sucede algo?—pregunté y mire a Luis.
—solo está de malas, ya se le pasará—se empezó a reír
—¿por qué de malas?— pregunte mirando ala dirección que se había ido y como si me jalara hacia el empece a caminar, Luis me siguió en paso.
—presidente del consejo estudiantil, también de repartir clubes y así, eso lo estresa mucho, tenle paciencia, es un dulce y peludo mapache por dentro- dijo Luis recargándose en mi
Asentí dudoso.
—lo vas a amar—

Noooooo¿Tu crees?

Asentí
Pronto detuve mi andar hacia Hasei cuando entró por una puerta, Luis me miró levantando una ceja a lo que avergonzado me volteé y seguí caminando.

Diferentes finales  (no corregida)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora