Capitulo 12

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Aoi

Llevar la muerte de Hércules sobre mi pecho era duro, lloraba todo el día y todos los días hasta que sucedió algo peor

Mis ojos dolían demasiado, al punto de preocupar a mis padres, quienes me llevaron con un oftalmólogo para que me revisara,

Una pequeña infección en un ojo, mayormente en las conguntivas, al principio pensamos que no era nada grave, pero todo empeoró, tuve que operarme los ojos, y así perdí los lagrimales y me quede atado a usar gotas toda mi vida...







Luis y yo nos hicimos cómplices de todo, que bonita amistad.






Y me enamore de él, si, es estupido decir que me enamore de él tan rápido pero ¿ustedes alguna vez se han enamorado de verdad?
(Lo digo por todos aquí que el amor atonta a cualquiera)

—borreguito— escuche su estupida voz, esa estupida voz que me volvía loco.

—te dije que no me llamaras así — me rasque la cabeza y lo voltee a ver — tienes serios problemas.

El se rió

Estábamos en una mala situación, Luis tenía un bate en su mano, y su cabeza sangraba.

  —¿que hiciste?— toque su cabello con sangre —te abriste la frente.

  —solo irrumpí una casa, y rompí las ventanas un automóvil— lo miré con sorpresa y decepción— pero no me vieron, vamos qué tal vez me busque la policía

Me tomo del brazo y salió corriendo.
Definitivamente se había metido en un problema, saltamos una barda y llegamos a su casa la cual estaba sola.

—¿Por que escapamos?, ¿por qué irrumpiste en una casa?—dije casi gritando.

Luis me miró, luego se acercó y me acorraló a la pared para empezar a besarme, un beso con pasión y revolvió todo dentro de mi, bajo sus manos hasta mi cadera, levantó mi camisa y posteriormente me levantó a mi, enrede mis piernas en su cuerpo y me guió a su cama.

Al dejarme caer jalo mi pantalón y mi bóxer quitándolos rápidamente, se acercó y siguió besándome. Entre nuestras babas compartidas puso sus dedos luego masajeo mi ano, para adentrarlos, siguió el beso, gemí sobre sus labios cuando sentí la tijera hecha con sus dedos, y...

—aah!!— me tape la boca, el sonrió y dio un beso en mi frente, se desabotonó el pantalón y lo bajo sacándolo, saco su camisa, y lamió mi cuello, seguí gimiendo con el sin haber sacados sus dedos, cuando lo hizo me sentí vacío un instante hasta que vi. —Eso no va a caber — jadee.

Dejo un beso en mi boca apenas un pico —Te vas a Expandir— y entró un poco, al principio sentí como me estiraba, parecía embonar a la perfección, el sentimiento de haber irrumpido en mi era suficientemente incómodo pero lo ignoré. El salió a la mitad y entró rápido.

—Ah! Ugh!— el movimiento aumentó como si tratara de romperme, pero al mismo tiempo como si cuidara no lastimarme, probamos muchas posiciones, el placer y lo excitante que explotaba en mi recto no quería que se detuviera. Me vine dos veces encima de él, el también dentro de mi me sentía tan sucio y tan perra. Cuando salió el semen escurrió de mi, directamente de mi culo el lo limpio con su lengua, la mejor experiencia.

Me dañaría mucho...

4 semanas después

Hacía frío, y yo estaba caminando por el parque soplando la nieve que caía cerca de mi nariz, mire hacia abajo. un chico sentado abrazando sus rodillas y a sus pies se encontraban dos maletas desgastadas.

(Ahí va don chismoso) y me senté por un lado de el.

No sé si sus habilidades se sensoriales eran muy malas o me estaba ignorando pero ni siquiera se inmutó

—Hola—

—lárgate—

Oh vaya parece que alguien no despertó con el pie correcto.

—¿vas a algún lado?— pregunte recargándome en su hombro con mis brazos —pareces perdido, desorientado—

—lárgate— el no sé novia de su posición y ocultaba su rostro entre sus piernas

—O será que ¿vas llegando de algún lugar? aquí a dos cuadras hay un hotel —

El no se inmutó de nuevo

—oye enserio quiero ayudarte, eres malo— trate de subirme en el y el se levanto, caminando hacia el lado contrario.

Lo voltee, por un momento me sentía efusivo y por alguna razón lo vi y me detuve en seco

Sus labios sangraban, al igual que su ceja y su nariz, su ojo estaba morado

Como si le hubieran dado una tremenda golpiza

—¿Que te paso?!— el chisto y me aparto— necesitas tratarte esas heridas.

El solo evadía mi mirada

Y ps ya saben como soy yo, lo tome del brazo y lo jale con toda mi fuerza, lo agarre tan desprevenido que ni siquiera opuso suficiente fuerza, lo lleve a mi casa que de hecho estaba enfrente y lo aventé al sillón
(Si dejamos sus cosas tiradas)

—¡quédate ahí, si no quieres que te amarre a una silla! — y salí de la casa por sus cosas y regresé, desde el sillón el me miraba con fastidio.

Fui a el baño por el botiquín y me senté por un lado de el, moje un algodón de alcohol y lo puse sobre su ceja, aunque él se apartó le jale el cabello y lo puse de nuevo

—te dieron una buena golpiza, y con este frío el dolor debe ser aún peor, deberías poner una denuncia ¿quien te golpeó? —

El no hablo solo miro el suelo, me levante y me acerque a la cocina tome recalentado y lo serví en dos platos, me acerqué a él le di un poco y me senté por un lado de el



—mis padres... ellos fueron —

Lo voltee a ver, mi duda era clara, ¿que clase de padre le haría eso a su hijo? Mi madre me pagaba con una chancla o con un cinturón pero nunca me dejaría así.

El no parecía sentir dolor por eso, no parecía afectarle emocionalmente, cambie radicalmente el tema, y empezamos a hablar de comida, muy interesante la cantidad de pasta que existe, espagueti, routini, fideos, sopita, etc.

Después de tanto hablar llegamos a la conclusión que el no tenia donde quedarse por ahora, hable con mi madre y la convencí de dejarlo quedarse unos días, a mi madre le agrado mucho e intentamos ayudarlo.

Doce de la noche, él estaba en el piso sentado con las piernas recogidas.
Yo estaba sentado en la cama, hablábamos de cómo encontrar un trabajo, y un departamento chiquito, entonces caí en cuenta de algo

—algo nos falto, algo que debió ser lo primero que debimos hacer— el me volteó a ver y asintió con la cabeza — mi nombre es Aoi Hamade

—soy... Hasei Jousuki —





Capítulo cortito se hace lo que se puede

Diferentes finales  (no corregida)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora