Capitulo8

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Hasei

—Hola Hasei— su voz no me provocaba mucho pero sus manos apretaron mis hombros.
—¿Que quieres Edward?— voltee, estaba en una musculosa, y vaya musculosa remarcaba lo que tenía que remarcar.
Por un momento solo abrí mis ojos sin hablar.
—¿Te gustaría cenar conmigo?— pregunto, y malditas hormonas.
—¡Claro!—eres una puta Jousuki.

Tomó mi mano la diferencia era notoria, mi mano y esos dedos largos y grandes. Safe mi mano, no soy fácil no por aparecer en playera con esos dedos me voy a ir tan fácil.

—De hecho planeaba ir a tu casa para invitarte pero no se donde vives, iba a preguntar en recepción...— lo detuve.

—Espera, espera, espera, ¿le ibas a preguntar a recepción donde vivo? Vivo exactamente debajo de ti— rodé los ojos y entramos a su casa, exactamente como la recordaba cuando estuve secuestrado aquí.

—Mira siéntate, yo cocinaré, fetuccine con champiñones en crema con pollo, te va a encantar—

—Eso espero Oropeza—
(...)
Bueno cocina delicioso ¿y que? Se quito la camisa un rato ¿y que? Cargo una hielera muy pesada y bueno ya saben ¿y que? Solo son hormonas.

—Estupidas hormonas—

—¿Dijiste algo?— pregunto

—Nada nada, sigue en lo tuyo—

—¿ay bueno que cuentas? —empezó una plática como una persona normal.

—Números, libros, agh. penes—susurre lo ultimo.

(...)

Desde entonces iba seguido a su casa a comer.

Al fin era domingo ¿y que hace uno en los domingos? Yo trabajar, eran pasadas las tres y media de la tarde y yo volvía a casa más cansado de lo normal. Sin embargo nadie piensa en mi y me dejan hacer todo a mi, tenía un trabajo, pedir la lista de dos de los clubes para agregarlos ya que era lo que más me faltaba, ya había organizado donde me encontraría con Alonso para que me entregara su papeleo.

Salí corriendo, era un día lluvioso y las losas de el pasillo estaban húmedas. Corri lo mas rápido que pude hasta que llegue alas escaleras y para mi pésima suerte... Me resbale, sentí mi frente estrellarse contra el suelo de la planta media y no pude ni meter las manos. Me partí la Jeta.

—cuidado no te vallas a caer — me dijo alguien, yo seguía aturdido y no pude alcanzar a reconocerle. Me senté y me recargue en la pared. Edward quien de hecho era quien estaba ahí intentaba ayudarme.
De nuevo escuche unos pasos, pero Edward no se movía de donde estaba.

—¡Ay! ¡TU NARIZ! — dijo una de las dos personas más que habían llegado.— er a pequeña ahora desapareció!—

Que casualidad haber si pueden adivinar quiénes eran
Aoi y Luis.

—¡Ay! ¡TU FRENTE!— repitió Luis

¿Por que los veía borroso? Toque mis párpados cerrados y luego metí mis dedos a mis ojos para cerciorarme de algo y en efecto estaba en lo correcto, se me habían salido los lentes de contacto.

—No TE METAS LOS DEDOS A LOS OJOS—grito Edward.

—¿esa caída te mató una neurona?— escuche preguntar a Aoi

Tape mi cara con mis manos bajando mi cabeza hasta que mis dedos se atoraron en mis cabellos

—perdí mis lentillas — dije molesto

Me intenté levantar lentamente sin embargo iba a resbalar otra ver

Edward alcanzó a agarrarme de la cadera, pero uso mucha fuerza, sentí como se marcaban sus manos en mi piel y me ericé por completo.

— deja de apretarme, ¡soy delicado! —grite entonces Edward me soltó, camine hacia adelante sosteniéndome de una barandilla.— ¡Ugh! no veo una mierda.

—¿a donde van? —dijo balbuceando Edward—¿quieren que los lleve ? No tengo nada que hacer—

Me voltee y toque mi frente con estrés y dolor, me queje y empecé a bajar las escaleras.

Aoi me volteo a ver dándome una señal con las cejas
—si esta bien—

Fuimos hasta su auto y nos subimos, le indique el lugar en el cual Alonso nos esperaba con una carpeta.

La plática con Alonso no duró mucho, solo me dio las carpetas y un cigarrillo por que según él me veía como un zombie y haciéndome una referencia femenina se despidió.

—Adiós chiquita— me aventó un beso.

Me subí al carro y mire a Alonso caminar agarrándose la cadera con mucho dolor e irse batallando, el auto arrancó mientras yo ojeaba los papeles.
—¿te molesta?— dije sosteniendo el cigarrillo en mi mano y haciendo un ademán, el solo negó con la cabeza.

Llegamos a otro de nuestro destino el laboratorio de Takumi, ahí todos bajamos
Al abrir la puerta y papeles volaron sobre nosotros y nos derribaron.
—¿por que no me sorprende el desorden del lugar? — dijo Aoi moviendo papeles.

Empezamos a hablarle a Takumi para que apareciera, de detrás de los papeles vimos levantar su mano y llamarnos.

Aoi arrancó a correr, yo caminé detrás de él y Luis en pujo a Edward a dentro

Llegamos y yo empecé a hablar con Takumi quien buscaba entre sus cerro de papelería las cosas que me tenía que entregar.
Voltee y Mire a aoi amarrado a una silla con electrodos en la cabeza luego mire a Edward quien parecía no entender lo que sucedía rodé los ojos y me volví a dirigir a Takumi.

Aoi brincando en la silla se acercó a Edward, lo cual se miro muy estúpido.
Y este tomó una silla y se sentó junto a él
Takumi se acercó a mi con un poco de alcohol después de ver el raspón de mi frente, me empecé a limpiar sin querer dar más explicaciones de como había sucedido.


Edward

Estaba sentado junto a Aoi y Luis quienes literalmente no estaban haciendo nada. Voltee a ver a Hasei y al recordar el incómodo y desastroso momento de en la mañana no pude evitar reírme. Para mi fue incómodo cuando lo agarré no pude evitar levantar su camisa y apretar su piel, era tan suave que quería seguir apretando, luego el me detuvo y entendí que debía soltarlo.

Hasei junto a Takumi salió de la sala dejándonos a los tres solos.

— ¡¡ay diooos!!! Dime que no es cierto!!— dijo Aoi cerca de mi oreja.

—¡¡ay!! No puede ser !!— Luis dio un grito sordo — ¡¡enserio!! Ósea si me lo imaginaba pero.

Empecé a sudar, no se de que están hablando pero estaba muy asustado.
—ahhh si!!! Enserio?!!!
—no!!! Diooos!!

—¡YA! malditasea díganme qué pasa!!—

Ambos se miraron y luego sonrieron.

—no te vamos a decir —dijo Aoi

Hasei entro de nuevo por la puerta y nos miró molesto, toco su frente con la mano y se volteo dándonos la espalda.
De un momento a otro Aoi estaba parado sin las cuerdas se paró por un lado de Hasei  quien nos daba la espalda buscaba algo inclinado, Aoi me señaló para que le prestara atención y luego la misma mano con la que me señaló la dejo caer en el trasero de Hasei con fuerza.

Hasei solo se inclinó más para luego golpear a Aoi con un libro y luego amenazarlo.
Luis se inclinó en mi hombro
—sabes tienes todo nuestro apoyo, compadre—Aoi me señaló con los pulgares arriba.

—Que?—




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Diferentes finales  (no corregida)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora