Nunca imaginé enamorarme de ti || Ecko

Capítulo 3: "Trato"

(...)

Me levanto gracias a mi hermoso despertador, noten el sarcasmo. En fin, me dirijo al baño, pero en el camino siento que piso algo, mejor dicho, a alguien...

—¡¡Ay, mi pie!! - Se queja Leila fulminandome con la mirada.

Anoche se quedó a dormir. Hicimos una tipo pijamada, ya saben, cosas de chicas y estuvimos platicando sobre Ecko, hoy viene al medio día y nos tiene en intriga.

—¡Lo siento!, ¡Lo siento!, ¿Estás bien? -Le preguntó alarmada.

—Sí, gracias por preguntar... -Dice levantándose.

—¿Por qué estabas tirada en el piso? -Preguntó yendo al baño.

—Quizás porque una personita se va de lado cuando duerme y me tiro -Dice mirandome con los ojos entre cerrados.

Me hice la tonta y no pude retener una pequeña risita.  Empece a cepillarme los diente, igual ella.
Nos vestimos y bajamos a desayunar. No sé, pero si se preguntan “¿Y sus padres?”, mis padres están de viaje por un tiempo indefinido por cuestiones laborales, ya saben, lo típico... y me dejaron a cargo la casa.

—¿Para qué querra Ecko hablar contigo? -Me pregunta de nuevo Leila mirándome con curiosidad notable en los ojos.

—No sé...Quizá por el “Problema” de la foto -Digo obvia.

-Si, tienes razón -Dice.

—¿Quieres ver una peli en Netflix? -Le preguntó distrayendola del tema. Lo último que quiero es hablar de eso, los nervios ya me están matando y entre más lo tenga en mente peor será el asunto.

—¡¡Síi, veamos Titanic!! -Dice emocionada abrazando un peluche que ella trajo. Sí, a veces es muy infantil...

—Está bien.... Tú siempre tan empalagosa... -Digo lo último casi susurrando mientras me dispongo a ponerla.

—¡¡Te escuché!! - Dice apuntándome, a lo que yo me río.

(...)

Terminamos de ver la película y Leila se levanta del sillón.

—Bueno... Yo me voy, en una hora viene Ecko -Dice bajando y subiendo las cejas.

—Okey, cuando te vayas cierra la puerta...-Digo riéndome.

Escucho cuando abre y cierra la puerta, levanto la vista al reloj que yace en la pared de la sala que marca las 10:30 a.m. Aún me queda tiempo, voy a ordenar un poco y a poner presentable el lugar en lo que llega él...

(...)

Me encuentro limpiando la cosina cuando escucho unos leves golpecitos en la ventana de ésta. No le tomo importancia y continuo limpiando hasta que se hacen más insistentes y más sonoros. Tomo un cuchillo por si es un ladron tratando de entrar o qué sé yo... Uno nunca sabe, hay que estar preparados por si las dudas...

Me asomo por la ventana y ahí está; vestido con una chaqueta de cuero, una gorra, lentes obscuros y unos jeans, tratando de esconderse en el pequeño arbusto que está enfrente de la ventana. Suelto un suspiro de alivio y dejo el cuchillo en su lugar. Abro la venta. Sí, es Ecko.

-¡¿Qué rayos haces ahí?!- le pregunto cruzandome de brazos.

-¿Por qué te tardas tanto? Me estoy poniendo en riesgo, qué no ves. -Me reprocha quitándose los lentes.

- ¿Planeas entrar por aquí o prefieres por la puerta como una persona civilizada? - le digo divertida, a lo que él responde poniendo los ojos en blanco.

-Entraré por aquí si no te molesta... -Dice con una sonrisa de lado.

Me estoy derritiendo al notar ese gesto. -¡Maldición, Luna! controlate- me digo a mi misma.

- Está bien, cómo quieras. - ruedo los ojos y abro por completo la ventana haciendo espacio para que pueda entrar.

De un brinco y de manera bastante cómica entra por ella, dandose un ligero golpe en la cabeza a lo que no puedo evitar reírme, el solo se limita a verme y se posa a unos cuantos pasos de mí, quiero decir, a muy muy pocos pasos, a uno para ser exactos.

-Bien, ya estás aquí. Lo lograste- le digo parando de reír, algo nerviosa.

- ¿No vas a ofrecerme algo de beber o algo así?- me dice con una sonrisa pícara y yo tragó saliva.

Asiento alejándome de él, buscando un vaso en la alacena y sacando un garrafón de jugo de naranja del refrigerador tratando de mantenerlo en mis manos porque estoy temblando a horrores. ¡Él está aquí!¡Alguien pellizqueme,  por favor!

-¿T.. te gusta el jugo de naranja? Es lo único que tengo, a menos que quieras solo agua...- le ofrezco tartamudeando. Ahg, estúpidos nervios.

-Jugo, está bien. Gracias- me responde y le tiendo el vaso ya con el líquido adentro.

- Bien, basta de rodeos, ¿De qué quieres hablar? Ve directo al grano- le digo sentandome en una de las sillas del comedor, tratando de mantener la compostura y no empezar a gritar de la emoción.

-Mujer con carácter, me gusta. Pero es obvio que quiero hablar de la foto que subiste y del lío en el que nos metiste por tu inmadurez- me espeta y yo bajo la mirada avergonzada. Para ser sincera, creí que sería un poco más amable pero creo que me equivoqué...

-Lo siento, no era mi intención, yo...

-Te quiero proponer un trato- me interrumpe.

Subo la mirada para encontrarme con sus ojos, algo confundida.

-¿Eh?¿Un trato?

- Sí, ¿Qué te parece si seguimos con la farsa de esa relación?- hace una pausa, toma un sorbo de su vaso y prosigue- Fingir ser novios, así tu tendrías mayor reconocimiento, popularidad en la Universidad; estarías en boca de todo el mundo y yo te daría el 10% de mi ganancia... Solo imagínate, un chico famoso en una relación con alguien como tú, Ja. Fama segura para ti y más para mí...- Me dice con aires de superioridad.

Parece que me cortaron la lengua porque no consigo artícular ni una sola palabra, incluso creo que tengo la boca abierta. Esto en definitiva no me lo esperaba. Ni sé cómo sentirme exactamente.

-Tómalo como una oportunidad laboral...- continua esperando mi respuesta.

¡¿Y éste qué cree que soy o qué carajos?!

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LeilaniAguirre