La sangre se me subió a la cabeza, estaba doblemente decepcionado, decepcionado de que Namjoon no me hubiera besado, y decepcionado de estar decepcionado por que no lo hubiera hecho.
Namjoon seguía jugando con esa pequeña hoja entre sus dedos y una sonrisa demasiado adorable para ser cierta.
- Ustedes dos parecen una pareja casada. - Yugyeom se acercó a nosotros, Namjoon y yo nos miramos, yo muerto de vergüenza, él riéndose. - Y Seokjin es la novia.
- ¡Yugyeom! ¿Qué estás diciendo!? - Solté con falsa indignación.
Yugyeom se sentó frente nuestro y estiró su cuello para acercarse a decirnos algo.
- Necesito que ustedes dos me ayuden... - Miró por unos segundos a Namjoon, que estaba igual de intrigado que yo. - Namjoon, no me conoces mucho pero yo sé de tí. Estaba con Seokjin cuando acordaron verse y sé lo que él tenía planeado hacer. - Ahora me miró a mí y tomó una de mis manos. - Sé que me lo preguntaste muchas veces y yo siempre te dije que no... Pero ahora quiero ir contigo.
- ¿Eh? - Se veía bastante serio con lo que decía, nunca lo había visto así. - ¿Por qué cambiaste de opinión?
Dejó de mirarme y noté sus pómulos enrojecer mientras movía nerviosamente los dedos de sus manos.
- Sanha.... - Tomó aire y volvió a mirarme - Me gusta mucho y quiero estar con él.
Mordí mi labio para evitar gritar. Lo sabía, sabía que había algo entre ellos dos mucho más profundo. Volví a tomar su mano y le sonreí.
- Me encantaría que nos acompañaras. Ya falta poco.
- Gracias. - Su sonrisa aliviada fue la más sincera que me había mostrado y con sólo verla supe que hacíamos lo correcto.
El trabajo de hoy iba a ser agotador, pero al menos podríamos descansar mañana ya que era Lunes. Namjoon, Yugyeom y yo nos sentamos sobre la mesa de la recepción a esperar por los clientes. Impresionantemente hoy habían muchos hombres pidiendo por nosotros por lo que no tardamos en ponernos a trabajar con ellos.
Fui el primero en ser pedido, por un hombre joven muy atractivo. Lo tomé de la mano y lo dirigí a mi cuarto.
- ¿Cómo te llamas? - Posé mis manos en sus caderas acercándome lentamente a su rostro.
- Hyung Sik, un gusto en conocerte por fin, Jin.
- ¿Jin? - ¿Por qué me había llamado así? Se supone que ese nombre no lo usaba nadie más que Ji Sub y la dueña. ¿Acaso se conocían? - ¿Me conocías de antes?
- Claro que sí. - Sonrió dulcemente pero para mí se sentía agrio. - Ji Sub me ha hablado mucho de tí. Él dice que viene mucho aquí por que eres muy bueno en lo que haces... Supongo que no te acuerdas de él, debes tener muchos clientes.
Estaba pasmado, no sabía qué pensar, no sabía si ponerme feliz por que Ji Sub hablaba de mí con los demás o dejarme llevar por el mal presentimiento que toda la situación me daba.
Recordé lo que Yugyeom me había dicho hace tiempo, "No te metas ideas trágicas en la cabeza".Borré todo mal de mi cabeza y me concentré en el trabajo.
O al menos lo intenté. A pesar de todo algo brotaba de mí y decía que algo andaba mal. No pude concentrarme al 100% en lo que debía hacer, y no sé si Hyung Sik quedó satisfecho con mi rendimiento pero sinceramente, poco me importaba.Quería saber por qué el hecho de que Ji Sub hablara de mí me molestaba tanto.
Quizás eran las cosas que decía de mí lo que me disgustaba.Si Hyung Sik había venido aquí por mí, claramente era porque Ji Sub no le contaba lo mucho que me amaba, si no la parte más íntima de nosotros.
Imaginarme su cara mientras le contaba estas cosas a quién sabe qué clase de personas me daba asco, repulsión ... Pero sobretodo, tristeza.
A la mañana siguiente me desperté por un escándalo afuera de las habitaciones, al abrir la puerta ví la espalda de la dueña y a Namjoon atrás de ella, estaba furiosa. Yo no sabía qué estaba pasando, intenté llamar la atención de Namjoon pero el sólo me devolvió un guiño que supuse era una señal de que tenía todo bajo control. Curiosamente me sentí eufórico, hoy era el único día que los guardias no trabajaban.
![](https://img.wattpad.com/cover/170091459-288-k481523.jpg)
ESTÁS LEYENDO
El Libro De Las Puertas [Namjin]
FanficJin es un huérfano que ha caído en la peor desgracia que pudo imaginar en su vida. Está obligado a vender su cuerpo, pero ya creó mil planes para escapar de tal atrocidad y vivir una vida plena y felíz junto a la persona que ama. Pero él no sabe tod...