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[Namjoon]



Perdí la cuenta del tiempo desde nuestro beso, no me importaba cuánta noche habíamos estado probándonos, lo importante era eso precisamente, el estar junto a él y degustar la cosa más dulce que mi boca había saboreado.

Pero de lo que sí me había dado cuenta es que ninguno de los dos quería parar, porque ambos nos sentíamos ansiosos por descubrir y sentir más.

Por que ambos nos estábamos demostrando cuánto nos amábamos.

Sus piernas habían rodeado las mías y él terminó sentándose sobre mi regazo. Nuestro beso se estaba convirtiendo en una batalla campal, deseábamos llegar hasta la mina de oro y apoderarnos de todo.

Sus labios se movían al unísono con los míos y nuestras respiraciones comenzaron a agitarse, podía escuchar y sentir los pequeños suspiros que salían de su garganta, chocando contra mis gruñidos desesperados.

Mis manos viajaron por su espalda, recorriéndola de arriba a abajo, sus manos se apoderaron de mi pecho y mi cuello, dejando mi piel erizada bajo el tacto de sus suaves dedos.

Ya no quería tan sólo besar su boca... Quería besar cada centímetro de piel, quería recorrerlo con la punta de mis dedos y sentir su suavidad, quería admirarlo de pies a cabeza.

Mis labios bajaron a la línea de su mandíbula y él estiró el cuello hacia atrás, como dándome permiso para seguir mi camino.

Apreté sus muslos con mis palmas y su respuesta fué apretar sus piernas alrededor mío, a estas alturas su respiración rebotaba por las paredes de la terraza y en mis oídos, volviéndome loco.

El punto culmine de mi locura sucedió al subir mis manos lentamente por sus piernas, encontrando un bulto al final de estas, y al tocarlo un gemido ahogado con mi nombre en él se quedó plasmado en mi mente.

- Llévame a la cama, Nammie... Por favor, te necesito. - Su súplica hizo que mi propio miembro creciera, mandándome directo a la mierda.

Puse mis manos fuertemente en su trasero para levantarnos a ambos, tal cómo estábamos, Jinnie abrazado a mí, envuelto con brazos y piernas a mi cuerpo.

Lo dejé lo más delicadamente posible sobre la cama, yo arriba suyo dándome unos segundos para mirarlo detenidamente. Yo sabía que esta noche jamás podría olvidarla.

Jinnie se movió a rastras por la cama, quedando con su cabeza apoyada en las almohadas y con una expresión que me gritaba "sígueme".

Y eso fué lo que hice, apoyando mis manos y rodillas sobre el colchón y mordiendo mi labio inferior sin despegar mi mirada de la suya.

- Vamos a estrenar esta cama como se debe, Jinnie... ¿Qué dices? - Abrí sus piernas para dejarme espacio entre ellas al tiempo que hablaba.

- Eso... Me gustarí... - Justo al momento en que terminaba esa palabra dí una fuerte embestida contra su erección haciendo que soltara un profundo gemido. - Nam... Namjoon eso es trampa maldito hijo de... - No dejé que terminara su ofensa porque callé sus labios con los míos ahogando sus quejidos que poco después se transformaron en suspiros de placer.

Nuestras lenguas dieron paso a otra batalla, una que ninguno de los dos estaba dispuesto a perder.

Delineé los bordes de sus labios con la punta de mi lengua, y él contraatacó mordiéndola suavemente. Debía decirlo, en cuanto a movimientos Jinnie era todo un experto... Me preguntaba qué más podía mover con ese conocimiento.

Sus manos se metieron bajo mi polera subiéndola hasta sacarla. Una sonrisa malévola brotó en mis labios, me levanté sin despegar nuestras piernas para que él pudiera verme y tocarme todo lo que quisiera, su mirada ahora estaba perdida en mi pecho y sus manos recorrían mi abdomen con suavidad.

El Libro De Las Puertas [Namjin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora