Amor asesino.

No hay vuelta atrás.

Saihara debería aceptar su decisión, se dejó llevar por Ouma sin pensar en las consecuencias, sabiendo lo que había hecho. El cuerpo de su amiga desnudo, con varias agujas en sus ojos, su estómago hecho pesados, su boca cortada, Ouma cortándole uno de sus pechos, aquella imagen... Lo perseguía, esa imagen que en el momento donde Ouma lo abrazó parecía no existir, realmente se estaba preguntado si en verdad sentía algo por Ouma, tomó su café mientras miraba las fotografías de las víctimas encontradas, cada una más brutal que la otra, hasta algunas daban asco, hasta el punto de notar que las víctimas habían sido obligadas a comerse sus propios órganos cuando aún seguían con vida, otras eran descuartizadas pero sus miembros o pechos en caso de ser mujeres nunca eran encontrados, Saihara lo habían visto con sus propios ojos lo que hacía Ouma y aún así aceptó no delatarlo... Dejar que siga asesinando, ¡no pensaba en ese momento! Quizás podría retractarse.

Saihara fue en la madrugada a la estación más cercana, estaba apunto de llegar cuando sintió una mano tomar la suya.

Ouma: ¿En qué quedamos?

Saihara: ¡¿Q-qué...?! Tú... ¡¿Cómo?!

Ouma: Pensé que desde que te dije que sabía que dormías tarde sabrías  que siempre te vigilo.

Saihara: ¡Esto está mal! No puedo solapar a un asesino....

Ouma: Eso no dijiste antes... Lo gracioso es que no noté que mentías cuando dijiste que aceptabas y ahora quieres hacerte el héroe cuando lo hiciste con quien estaba lleno de sangre de tu mejor amiga que jamás te dijo que estaba enamorada de ti.

Saihara: ...

¡Pam!

Saihara había abofeteado fuertemente a Ouma, este se sonrojó y tocó su mejilla.

Ouma: Saihara-chan me golpeó... Saihara-chan quiere dañarme... Hazlo, quiero más.

Saihara: Estás loco... Alejate de mí.

Saihara se echó a correr a su casa, Ouma lo fue persiguiendo, este corría en verdad rápido que no tardó en alcanzarlo junto en la entrada.

Saihara: ¿Qué no entiendes? ¡Déjame!

Ouma: Shuichi, te digo que no puedo estar sin ti.

Saihara se sorprendió que lo llamara por su nombre, Ouma tenía una cara seria, realmente parecía molesto, Saihara se puso nervioso, tenía al asesino justo enfrente de él pero tenía una debilidad, el verlo, el estar cerca, su corazón latía y se estaba sonrojado ya que Ouma se estaba acercando hasta ponerse de puntas y besarlo.

Ouma: Te digo que puedes hacerme cualquier cosa... Pero no me se pares de ti... Menos ahora que ya compartimos los sentimientos, que lo hicimos, que aceptaste el trato, puedes satisfacer tus más oscuras fantasías pero no me delates.—Dijo separándose del beso. —

Saihara: Y-yo...—La cara de Ouma realmente era adorable, ¿cómo esa apariencia podría ser un asesino de los más peligrosos de Japón?—Solamente promete que no matarás.

Ouma: Lo prometo. —Nuevamente unió sus labios con los del detective y este ahora no se negó a corresponder. —

Claramente Ouma estaba mintiendo, no dejaría de hacer una de las cosas que le divertían, necesitaba más, ahora que tenía a Saihara comiendo de su mano podría aprovechar cada minuto para enamorarlo de verdad.