Leonardo Hamato tenía una vida que muchos envidiarian, una bella esposa y dos hermosos mellizos, una buena posición económica, campeón invicto de karate y boxeo, su difunto padre dejo a su cargo el negocio familiar, para sus hermanos era un ejemplo...
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Leo miraba a Karai solprendido ¿Había vuelto a trabajar en la cafetería? No entendía lo que ocurría decidió entrar al local. La campanita sonó anunciando su entrada, Leo observó la observó posicionarse en la caja llevaba puesto un uniforme.
Se acercó, ella seguia sin levantar la cabeza revisando algunas cosas.
Llamo su atención, observó aquellos ojos miel tan bonitos que tanto extraño, pero ¿ Y los niños? ¿Donde estaban?
- hola bienvenido a delicious coffee - dijo sonriendo
Leo se solprendio al notar la actitud de ella, parecía que no lo conocía
- k-karai no sabes cuánta falta me has hecho, ¿Qué haces aqui? ¿Y los niños? ¿El bebé?, Perdoname por todo - hablo rápidamente, Karai lo miraba sin entender
- ¿Qué? - fue lo único que dijo, la actitud del hombre la asustaba.
- mi amor, siento mucho lo que dije, no lo decía enserio. Te amo preciosa -
- escuche, no tengo ni idea de lo que dice, no lo conozco - dijo pidiendo ayuda con la mirada
- de qué hablas? Claro que me conoces, soy yo Leonardo, tu esposo - hablo enojado llamando la atención de los clientes, karai comenzó a molestarse con la actitud de Leo le había dejado en claro que no lo conocía.
- escucha, no sé quién eres, seguramente estás confundiendome con alguien más. Te pido que te vallas - hablo molesta.
- no me iré hasta que dejes de fingir que no me conoces -
Leo la tomo de la muñeca tan fuerte que Karai estaba segura que le dejaría una marca, trato de quitarselo pero era imposible
- SUELTEME - forcejeaba
- OYE SUELTALA!! NO ESCUCHASTE - intervino un hombre alto, de cabello castaño.
Karai logro safarse del agarre, sobo su muñeca y se colocó detrás del castaño
Leo la miró de pies a cabeza se detuvo en abdomen de la chica, estaba plano.
- karai vamonos, hablaremos es la casa -
- no iré a ningún lado con usted. Ni siquiera sé quién es -
- oye, te lo pediré una vez más vete, no molestes a mi prometida -
Al escuchar la última palabra la furia de Leo aumento.
- DE QUE ESTAS HABLANDO? NO TE OUEDES CASAR CON ÉL, Y TU - miró al chico - ELLA ES MI ESPOSA, QUE TE QUEDE CLARO ! -
- Karai llama a la policía - Leo miró a Karai nuevamente ella se veía confundida y un tanto asustada.
Trato de avanzar hacia ella pero el hombre se interpuso en su camino, él era igual de alto que Leo, se miraron desafiantes, trato de quitarlo del camino pero sintió un golpe en el rostro.
- ya es suficiente ella no te conoce, ya te lo dijo ahora vete, antes de que te mandé al hospital - advirtió
- ya te dije que ella, es mia, es mi esposa, Y NO ME IRE SIN ELLA. ESCUCHASTE KARIA ESTO YA FUE DEMASIADO LEJOS - grito.
Su paciencia llegó al límite, se hartó que lo tratara como un desconocido, sus hermanos y ella le estaban jugando una broma, eso pensaba él.
La realidad era otra.
Furioso golpeo al tipo frente a él, ambos comenzaron a pelear poniendo en alerta a los clientes.
Karia salió de lo que parecía ser la cocina, al ver lo que ocurria trato de acercarse pero fue detenida por sus compañeros.
- Jhon! - grito desesperada
Leo la escucho defender al tipo que ahora sabía que se llamaba Jhon, era verdad que no lo reconocia. Lograron separarlos unos clientes y empleados.
Leo miraba como Karai se acercaba a Jhon. La realidad era que ella lo había olvidado.
- karia, de verdad lo siento mucho, no se qué está pasando, pero lo solucionaremos, yo lo haré lo prometo - ella lo miró.
Poco después se escucharon unas sirenas, la policía entro al local y Leo fue arrestado. Los vio irse juntos.
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Había pasado unas horas detenido, por primera vez en mucho tiempo se habia permitido llorar. Debía saber que había pasado. Hizo la promesa de solucionarlo y lo haría.
Horas después fue llevado a una sala, al entrar vio a su hermano Rafael junto a un hombre mayor
- buenas tardes, soy Antonio tu abogado -
No tuvo mayor problema en salir ya que el abogado logró que saliera bajo fianza, usaron de excusa los exámenes que le habian practicado en el hospital y el golpe en la cabeza fue de ayuda.
Llegaron a casa de Rafael, se habia quedado callado.
- Leo ya basta, no se qué te pasa últimamente pero ya no sabemos cómo ayudarte -
- Rafa lamento mucho todo, pero no sé qué está pasando, no se que hice para que todos olvidarán a mi familia, de verdad, estoy casado y tengo dos hijos, karai me confesó...-
- Leo será mejor que descanses, por favor no hablemos más del tema, ya sabes dónde está la habitación de huéspedes -
Rafa se dió la vuelta y subió las escaleras. Leo se quedó unos minutos más en la sala, su hermano creía que lo inventaba todo.
Era confuso. Pensó y pensó mil cosas de lo que pudo haber pasado.
De lo único que estaba seguro era que había deseado una vida diferente y ahora se arrepentía.
