Leonardo Hamato tenía una vida que muchos envidiarian, una bella esposa y dos hermosos mellizos, una buena posición económica, campeón invicto de karate y boxeo, su difunto padre dejo a su cargo el negocio familiar, para sus hermanos era un ejemplo...
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Una semana después, Leo la observaba oculto entre las sombras, no quería que ella se asustara. Se arrepentía de gran manera el haber deseado no conocerla, había hido a su "casa" pero al llegar solo vio el inmueble siendo habitado por otra familia.
Trato de volver a su trabajo pero la solpresa fue saber que él no manejaba los negocios, sino Donnie y Rafael. Sus hermanos lo vieron como si estuviera loco
Había perdido su vida, solo él lo sabía para todos esa vida que asegura tener no existe nunca existió, pensaban que solo quería llamar la atención.
Después de lo ocurrido en el café. No volvió a aparecer delante de Karai. La veía irse con quien aseguraba ser su prometido.
- nos vemos mañana - escucho la voz de ella. Le pareció extraño verla irse sola, siempre estaba acompañada por Jhon.
Iba vestido con ropa deportiva por lo cual no lo reconoceria. Al verla cruzar la calle decidió seguirla.
Caminaba a una distancia prudente. Ella sintió que la seguían, volteo a ver atrás y no encontro nada, con la mirada seria siguió su camino.
Poco después la misma sensación entro en ella. Pero no volteó
Leo se ocultaba para no ser visto, la miró girar en una esquina. Aumento la velocidad de sus pasos.
Giro y la encontro esperándolo más que enojada.
- ya basta - susurro furiosa
- a-a karai yo..... - no sabía que decir
- mira no te conozco ya te lo había dicho, deja de seguirme. ¿Acaso crees que no me he dado cuenta que vigilas? -
- escucha todo lo que dije ese día es verdad, no te miento. Voy a arreglar todo y vamos a volver a ser la familia que éramos- lo dijo con mucha confianza.
- ya te dije que no te conozco, no sé quién eres nunca te había visto, empiezo a creer que te escapaste de un manicomio- finalizó con amargura
- no me digas eso, no me digas que no sabes quién soy, yo te conozco como nadie. Conozco tu historia y......- Karai se molestó cuando Leo dijo esto último
- ¿Qué? - pregunto confundida - no sabes nada de mi, estas loco
- ¿No me crees? - levantó la ceja - se todo de ti, se que tu padre y madre murieron en un incendio y tu tio se hizo cargo de tí pero poco tiempo después murió, se que tú verdadero nombre es Miwa, se que después te mudaste a Estados Unidos - Leo no supo interpretar la mirada de Karai. Era ¿Era enojo? No lo sabía.
Vio como la chica fría que tenía en frente se volvia vulnerable.
- no sabes nada - susurro bajando la mirada, evitando que él la viera llorar.
- lo hago, te conocí en el mismo café donde trabajas, llevabas dos años trabajando ahí antes de conocernos, créeme Karai -
Karai lo miraba solprendida, era cierto, bueno la mayoría. Recordó lo que le ocurrió y rápidamente la ira se apoderó de ella.
- se que es difícil, pero es la verdad - dijo. Karai lo miro queriendo golpearlo. - te conocí cuando vine con mis hermanos, y te salve de... -
- cállate! - gritó antes que Leo le recordara lo que paso ese día.
- te salve de ese hombre y ...-
- no, la mitad de lo que dijiste es cierto, no sé cómo lo sabes. Pero te equivocas en eso. Nadie me ayudó, nadie me salvó ese día ni tú ni nadie - recordó con amargura.
Leo quedó solprendido por la confesión de Karai, el la habia salvado de ser abusada una noche que salía de trabajar. Al menos eso era lo que sabía y recordaba.
Eso solo significaba una cosa. No solo su vida había cambiado si no la de los que él conocía. Pero era confuso ya que sus hermanos no parecían haber sido afectados
Karai seco sus lágrimas, Leo reaccióno cuando ella se dio la vuelta para marcharse.
- no, es como lo recuerdo - hablo rápidamente, haciendo que ella se detuviera
- pues yo sí, ahora te voy a pedir que dejes de molestarme - dijo y rápidamente siguio su camino.
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Leo entró a su departamento, Javier lo miro extrañado, casi no lo veía ahora, después de lo ocurrido en el bar, Leo regreso a su departamento y también trato de convencerlo de la verdad como lo supuso tampoco le creyó.
- que hay - dijo viendo su celular.
- nada - contesto Leo.
- ok, deverias..... -
- no, no lo digas - anticipo Leo.
Se dirigió a su habitación cansado se dejó caer en la cama, media hora después decidió darse una ducha, últimamente lo único que hacía era pensar y pensar. Recordó las palabras de Karai. No solo había cambiado su vida sino la de su familia. No sabía de sus hijos, ni del bebé que esperaban. Minutos después salió de la ducha envolvio su cintura con una toalla, busco entre su ropa algo que ponerse busco y busco. Hasta que algo le cayó en la cabeza, se dio cuenta que era una chaqueta negra, no recordaba que la tenía. La saco y algo cayó de ella.
Bajo la mirada y se encontró con un collar lo levantó y dejo a la vista una piedra.
Leo la miró. Hasta que recordó que la tenía el día que deseo cambiar si vida.
