Leonardo Hamato tenía una vida que muchos envidiarian, una bella esposa y dos hermosos mellizos, una buena posición económica, campeón invicto de karate y boxeo, su difunto padre dejo a su cargo el negocio familiar, para sus hermanos era un ejemplo...
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Esa misma sensación que había sentido la primera vez que la besó invadía todo su ser. Esa vez primera vez él la había invitado al cine después de ver una comedia romántica.
Sentía que volaba era una sensación maravillosa. pero rápidamente se esfumó cuando ella se separó de golpe.
Karai tenía la respiración agitada, Leo la miraba esperando una reacción buena o mala la afrontaria.
- no vuelvas a hacer eso - dijo recuperando el aliento.
Leo bajo la cabeza evitando que las lágrimas salieran. No le gustaba que ella lo viera llorar.
Escucho la puerta ser abierta bruscamente. Bajo del auto siguiéndola.
Estaba oscuro.
-¡Dejame en paz! - el frío viento hizo que ella frotara sus manos en los sus brazos.
- espera - dijo alcanzandola.
- no, ya te escuché, ahora dejame en paz - comenzó a tiritar del frío
Leo se sacó la chaqueta y se la colocó en los hombros haciendo que Karai saltara del susto. Se la quitó y la extendió hacia él.
- toma, no la necesito - su orgullo se hacía presente.
- por favor, recuerda -
- deja de decirme eso, no puedo recordar algo que no existe, nunca paso. Entiende - puntualizó ya molesta
- si que pasó. Solo que no entiendo cómo es que no lo recuerdas -
- mira, me contaste una historia ¡fantástica! - exclamó con molestia - dices conocerme y que teníamos una familia - Leo asintió - ahora explícame algo: si teníamos todo lo que haz dicho ¿Porque nos sucedió esto? -
- ya te lo había dicho, pedí un deseo y..... - interrumpió ella
- si, si. Eso ya lo sé lo que quiero saber es ¿Porque pediste ese deseo? -
Era una buena pregunta, si bien le había dicho que pidió un deseo no le había dicho la razón.
- porque.... - bajo la cabeza
- ¿Porque ..... ? - ánimo ella, se había olvidado del frío que sentía
- porque, yo estaba cansado de hacer lo mismo siempre. Llevaba una vida alegre, pero comenzó a cansarme. Desee que mi vida no fuera tan repetitiva y quería salir de la rutina. Así que comenze a beber y salir todas las noches. no sabes lo mal que me siento, todo se volvió un caos. Y esa noche donde todo cambió discutimos y dije cosas que no quería, me arrepiento de todo. Y desee no haberte conocido nunca.
Bajo la cabeza totalmente avergonzado y arrepentido.
- eres un egoísta - Karai se cruzó de brazos - no pensaste en los demás, solo en ti. Si tú historia es cierta, entonces significa que es tu culpa, arruinaste esa vida y ahora afronta las consecuencias. Déjame en paz.
"Tiene razón" - pensó Leo.
Karai se quitó la chaqueta y la entrego a él.
- toma - Leo la tomo.
- no te cases - pidió - si lo haces no habrá vuelta atrás.
Karai lo miro por última vez antes de darse la vuelta y seguir su camino. Ella no recordaba nada y le era difícil de creer.
- lo voy a arreglar. Aunque sea lo último que haga - lo escucho decir.
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Odiaba el día que encontró la piedra, odiaba el día que todo cambió. Quería culpar a alguien más pero no podía. Toco la puerta.
- ¿Leo? - Leo sonrió al ver a sus hermano, se había enterado que estarían reunidos en casa de Rafael.
- hola Rafa - saludo en un susurro
Rafa sorprendido por la aparición de su hermano mayor, sonrió y lo dejo pasar. En la sala estaban Mikey, Donnie y su esposa Abril junto a su hijo, Rafael, su esposa y la pequeña Kira.
Sus pequeños sobrinos saltaron hacia él cuando lo vieron, los cargo a ambos.
- hola tío - saludaron Kira y Scott.
- ¡Leo! - salto también Mickey
- ¡No Mickey! - grito al ver a su hermano menor saltar sobre el haciendo que todos cayeran.
Se levantaron y Leo termino de saludar a sus hermanoy cuñadas. Era extraño convivir con él. Hacia mucho que no compartían juntos.
- hay algo que quiero decir - Leo se puso de pie. Llamando la atención de todos
- lo lamento - Leo disculpándose era algo nuevo. - lamento tanto mi comportamiento - sus ojos comenzaron a llenarse de lágrimas
Se levantaron y lo abrazaron. Haceptando las sinceras disculpas de su hermano mayor, tío y cuñado. Luego de la cena todos partieron a sus hogares, Mickey se quedaría con Donnie. Leo estaba por salir.
- oye, bobonardo - llamo Rafa usando el ridículo sobrenombre que le puso de niños - ¿Quieres ver Héroes espaciales ? - pregunto sonriendo
- ¿Que? Ya estamos grandes para eso. - camino hacia él
- tú estás viejo, yo sigo joven y hermoso, ¿entonces? -
- está bien - comenzaron una pequeña lucha por el control remoto.
En otra parte.
- ¿Crees que lo logre ? - pregunto.
- habrá que esperar, tal vez si, tal vez no. - contesto dejando más confusión en la chica.
- debe aprender - dijo viéndola y luego encogiéndose de hombros.
