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La frustración y la desesperación era lo único que sentía. No podía dormir pensando en las posibles soluciones para reparar el daño.

Una semana después de haber regresado de su viaje.  Leo había vuelto a seguir a Karai, está vez se aseguró que ella no se diera cuenta.

Las cosas con sus hermanos estaba de lo más agitada. Cada ves que lo veían le pedían que tomara terapia. Javier seguía en las mismas  insistiendo cada vez más con que debería salir a "despejarse".

Algo que no podía salir de su cabeza, era lo último que la anciana le dijo era que si, ella hacía su vida con alguien más, todas las consecuencias del deseo serían permanentes.

- ya casi es el día - escucho decir a una de las chicas que andaba con Karai.

- estoy feliz - contesto ella, esas dos palabras hicieron que el corazón de Leo comenzara a latir muy rápido.

Ella estaba feliz, pero desde el fondo de su corazón, él sabía que no sería más feliz que cuando estuvo con ella. Aunque sonará egoísta eso creía. 

Las había seguido a una tienda de vestidos de novia. El dolor era insoportable, pero sabía que se lo merecía.

- ahhhhhh - rápidamente levantó la vista, Karai salió con un vestido blanco estilo sirena. Se veía realmente hermosa. - estás bellísima -.

Apretó sus puños.

- tengo que actuar rápido - susurro. Se levantó de la silla y salió de la tienda.

Buscar ayuda no serviría de nada  todos lo creían loco, no podía darse el lujo de ser encerrado.

Se quedaba sin ideas, ¿Secuestrarla? No, ¿Hablar con ella? No salió bien la última vez.
Bien. Buscaría pruebas que demostraran. Pero ¿cómo?

Pensó que podía ir a su antigua casa y buscar las pruebas, pero sería difícil con las personas viviendo ahí. Debía tomar extremas precauciones, metió sus manos en sus bolsillos por el frío y sintió la piedra entre sus dedos.

- un deseo - le quedaba uno, soltó  la piedra y camino a su departamento.

- ¡Hey! - saludo Javier totalmente ebrio.

- hola - dijo y entro a su recámara.

Logró  quedarse  dormido - después de mucho -  hasta que sintió algo en su mejilla. Se removió incómodo y trato de seguir durmiendo. Nuevamente esa molestia. Algo humedo paso su mano por su mejilla aún con los ojos cerrados.

- ¿que? - murmuró sintiendo su mano húmeda.

Abrió los ojos y salto de la cama espantado, cuatro  chicas con poca ropa reian por la forma en la que despertó.

- que guapo - río una de ellas

- ¿estas bien guapo? - pregunto una rubia.

- ¡¿QUE HACEN AQUÍ!? ¿¡QUIENES SON!? -

- venimos a animarte - una de ellas intentó quitarse la blusa. Leo camino a la puerta y la abrió

- FUERA DE AQUI! ¡LARGO! - grito más furioso que nunca, los gritos alertaron a Javier y a las demas personas que se encuentraban de fiesta en el departamento.

- relájate - comenzó Javier.

- QUE TE PASA?! LARGO !!? - todos los presentes comenzaron a salir a regañadientes.

Leo le dio una mirada enojada a Javier

- que sea la última vez que haces eso - regaño

- ¿que te pasa?, Antes lo hacíamos. Pero desde que estuviste en el hospital has cambiado ¿Te golpearse la cabeza? - pregunto Javier

- tu lo dijiste "antes". No vuelvas a hacer  fiestas  -

- te recuerdo que este también es mi departamento - se cruzo de brazos

- mientras yo esté aquí. No lo harás, necesito concentración... -

- no me digas que sigues con lo mismo, creí que era solo para llamar la atención - enfatizó Javier refiriendose  a la supuesta "vida " de Leo

- si, y no es para llamar la atención - Leo azotó la puerta de su habitación.

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Dos días después

Ya que nada funcionaba con Karai planeo ir a la casa donde vivían. Debía vijilar cuando salían las personas que la habitaban.

Descubrió que saldrían de viaje por dos días. La pareja tenían dos niños, saldrían por la mañana.

Ese día Leo se vistió todo de negro, espero hasta que la pareja y los niños salieran. La familia se veía tan feliz que viejos recuerdos de su vida lo atormentaban. Desvió sus pensamientos y emociones.

La casa se quedó sola horas después, espero hasta la noche. Se había asegurado que no hubiera perros. Solo un sistema de seguridad que fácilmente desactivo. No estaba seguro de lo que hacía o encontraría.

Pero en casos desesperados, medidas desesperadas, ¿No?

Entro por una ventana en el primer piso, por suerte conocía a la perfección la casa. Todo era distinto los muebles, los retratos. El papel tapiz. Todo

Camino hasta donde seria su habitación. La cama estaba en el mismo lugar que recordaba y después se dirigió a la habitación que correspondería a la de sus hijos. Una de ellas era una sala de juegos. Con nostalgia recorrió cada una de ellas.

Regreso a "su habitación" reviso de arriba y abajo. Horas después se sentó en la cama. Miro todo a su alrededor. El espejo que muchas veces reflejo el rostro de su esposa estaba en otro lugar, saco la piedra de su bolsillo y lo observó con detenimiento. En acto descuidado vio a través de la piedra.

-¿Que....? - se paró al instante. Bajo la piedra y ya no veía nada, volvió a ver a través de ella.

Confundido y asombrado. Leonardo seguía viendo a través de la piedra, su habitación estaba ahí tal y como cuando ellos vivían ahí.

Camino por la habitación y vio las paredes, había una esquina donde el papel tapiz estaba levantado. Levantó la esquina del papel y comenzó a quitarlo, el antiguo papel tapiz en blanco y negro que Karai había elegido para su habitación se hacía presente.

Sonrió.

Siguió hasta quitar por completo el papel. Salió de la habitación y se dirigió a una que corresponde a Gisselle. Su amada hija quitó el papel dejando al descubierto el papel color blanco y rosa. Reviso por completo la habitación. Algo llamo su atención en un hueco entre dos muebles sobresalía una cabellera rosa. Se agachó a recogerlo pero estaba muy atascado trato y trato pero parecía estar pegado.

Logró sacar el objeto. Era Gretel una muñeca de trapo con cabello de lana rosa. Lágrimas salieron de los ojos de Leonardo, esa había sido la primer muñeca que le regaló a su hija. Estrecho la muñeca y más lágrimas salieron. No de tristeza sino de felicidad.

Pensó que era un gran avance. Si él recordaba y existían pruebas significaba que posiblemente Karai también lo hiciera ¿No?





Hola, holiwis. Okno.
Lamento no haber actualizado no tengo excusa Mil disculpas 🌸🌺

Tres Deseos ~Leorai~  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora