capitulo 4: Diamante

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Serena sintió su protección, por ese momento se olvidó de su ira, rodeó el torso de darien con sus brazos dejándose llevar por su olor, darien se estremeció al sentir como la rubia lo abrazaba, esa chica no era tan ruda como pensaba es lo único que puede pensar, Serena abre sus ojos humedecidos por las lágrimas que intenta no sacar,

-lo siento darien-, dice con voz quebrantada mientras vuelve a resoplando el viento y se va separando de él, empieza a caminar primero ella a paso lento,.

-era mi ex novio, hace dos años terminamos, apenas era una estudiante primipara, inocente, llena de vida e ilusiones-. No sabía porque pero sintió la necesidad de excusarse, ese azabache logro abrir una parte de ella que hace mucho había perdido en un rincón de su corazón, - no te preocupes Serena, yo....yo solo vi tu angustia y quise ayudar-, serena empuña sus manos apretando sus dientes sin poder evitar que las lágrimas salieran de sus ojos, el dolor la estaba estremecido, el miedo, la angustia. la rubia sale corriendo sujetando su bolso de mano fuertemente, darien no sabía que estaba pasando, todo tan rápido se queda parado allí pensando que porque precisamente el tenía que presenciar eso, pero a su vez se sentía bien al haberla podido ayudar y conocer algo más de ella.

En una esquina estaba seyia observando todo, -maldición¡- dice en vos alta mientras da un puñetazo a la pared con furia, no sabía el porqué la rubia estaba actuando así con aquél muchacho, pero ya lo odiaba, los celos lo tenían temblando de ira, de envidia, para calmarse se dice así mismo que quizás es un malentendido, que todo fue un error, pero tenía muy claro que ahora estaría más pendiente de aquél muchacho, no podía dejar pasar por desapercibido su apariencia física y además provenía de buena familia., no veía la hora de hablar con la rubia y saber algo, lo que sea, una pista era suficiente para saciar su angustia, sus celos.

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Serena salió de clases, venía de administración, el diseño de modas definitivamente era lo suyo, pero las matemáticas y ella nunca habían sido amigas. mirando su cuaderno y las incontables fórmulas viene a su mente la motocicleta fuera de la universidad y su dueño.

2 años atrás.

" serena está iniciando la universidad, en este momento su amiga más cerca en esta facultad es molly, una chica alegre, serena era una chica tímida que recién se estaba integrando al mundo universitario lo cual. Implicaba desde clases hasta fiestas, molly la invitó esa noche a una integración en una disco, Serena acepto poniéndose un overol de falda azul claro con sandalias a juego y una blusa suelta color morado, iba peinada con sus coletas de siempre que le ayudaban con su larga y rubia cabellera, estaba feliz y nerviosa, era la 3 vez que asistía a algo similar con chicos más adultos.

Dentro serena disfrutaba de un mojito bajo en alcohol con una sonrisa inocente sentada en la mesa con molly y otros amigos, en ese momento cruzaron por la puerta tres chicos, con pantalón de cuero, y camisilla, el del medio llamo un poco su atención aunque ignoró aquello pensando que era por su atractivo aunque rudo no se podía negar, era un chico cabello plateado desordenado con aretes de apariencia maliciosa, todos en el bar abrían paso, a su llegada, se ubicaron en la mesa de al lado, reían, gritaban, bebían, serena sin darse cuenta a veces se perdía viendo aquél chico, envidiaba su manera natural de disfrutar la vida, y porque no su libertad, ella sentía que era una mojigata y que por eso casi no llamaba la atención de los chicos, que quizás un poco de malicia muy al estilo de ellos quizás cambiará todo.

Serena seguía en la mesa, esta vez todos salieron a bailar menos ella, golpeaba la mesa con sus dedos al ritmo de la canción y al son de su cabeza como para no aburrirse. - hola pequeña-, sintió una voz ronca le murmura al oído que la estremeció por completo, a lo que voltea era el chico rudo de hace un rato, ¿pero en qué momento se sentó a su lado que ni le sintió?, -emm ¿hola?-, responde serena con voz nerviosa bajando sus manos entre sus piernas para esconderla por los nervios, - y tu tan bella porque tan sola?-. Dice con una sonrisa seductora, su cabello plateado caía desordenado en su rostro haciendo que tapara uno de sus ojos, serena no pudo evitar sentirse atraída ante su mirada maliciosa, veía sus brazos apoyados en la mesa muy masculinos, marcaban sus venas como a ella le gustaba o acababa de descubrir que eso le gustaba, - no, no estoy sola, mis amigos están en la pista bailando-, -¿y tu porque no saliste a bailar con ellos?- responde algo dudoso a su respuesta el chico. -es que ese tipo de música no me gusta mucho y... Estoy un poco cansada- dice serena como evadiendo su mirada. - umm como toda niña de bien, educada, y con dinero te vives quejando-,-¿ oye te acercaste para criticarme?- , -no lo tomes a mal pensé eras diferente, de armas tomar-, le dice mientras se acerca y con los nudillos de sus dedos a la barbilla de la rubia para acercarla a su rostro, Serena no sabía qué hacer, nunca había conocido a un chico así y le producía algo, cosquilleo, intriga y ganas de más, no sabía que decir para que no se fuera ni se aburriera, era totalmente inexperta en estas cosas, -jaja, no temas ratoncito que no te haré nada, o no nada que no te guste, si estas aburrida puedes venir con nosotros- ,dice señalando a sus dos amigos en la otra mesa a lo que ellos saludan y sonríen, - te garantizo que no te pasará nada malo-, -¿estás loco? ni se quiénes son ustedes, ni su nombre si quiera, -eso tiene solución , mucho gusto Yashida, pero me conocen como diamante, y el de allí es mi hermano y su amigo y tu?... dice haciendo señas para que ella dijera su nombre...-Serena me llamo serena-. Y no, muchas gracias por la invitación pero no puedo dejar a molly sola-, - pues la llevamos interrumpe diamante sonriendo, -no gracias-, - está bien no te rogare más, tú te lo pierdes, se acerca a Serena notando que ella se pone nerviosa, se acerca más a sus labios y serena cierra sus ojos con fuerza, luego siente que una mano frota sus mejillas logrando hacerla sonrojar, -adiós ratoncito, que estés bien-. Se despide diamante con una sonrisa en la comisura de sus labios por la inocencia de la chica. Las mejillas de las chicas se ponen rojas y calientes por la vergüenza que acaba de pasar.

Volviendo A Creer...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora