Un nuevo día llego y serena aún no tiene noticias de Darien, lo único que sabe es que la noche anterior no pudo dormir bien, ¿estaría bien como decía su amiga Rei en darse una oportunidad?, pero, ¿cómo explicarle al corazón que esta vez sí vale arriesgarse después de haber sufrido así?
Para Serena era difícil romper esas cadenas que la ataban a su pasado tortuoso, la felicidad se había convertido en su familia y en estudiar, ya lo demás era casi un mito, su corazón se había negado al amor y sus complejidades.
Pero ella también es consciente que Darien llego para ir rompiendo poco a poco ese mural, esas cadenas que la tenían atada al mismo árbol desde hace 2 años, es como si ella misma se hubiese atado y votado la llave en algún lugar lejos.
Serena sale de casa con cajas de almuerzo para tratar de disculparse con Darien, realmente se sentía culpable por ser tan insegura y hacer sentir miserable el único hombre que de verdad e incluso en lo sexual se preocupaba por ella.
Pero entre vuelta y vuelta la noche anterior en su cama llego a la conclusión que aún no estaba lista, no quería herir a nadie ni salir herida de nuevo, quería tomarse el tiempo, ¿para qué?, aun no lo sabía bien, pero sus temores como siempre se escondían tras ella como se esconden los actores tras el telón en el teatro preparados para salir, así eran sus temores, cuando menos ella se lo veía venir salían haciendo que huya de todo.
Serena toca y espera por un par de minutos frente a la puerta del apartamento del azabache sin obtener respuesta. Ningún mensaje, ningún correo, -¿estará muy enojado?- susurra la rubia.
Serena regresa a su departamento con algo de tristeza y decepción, esto le quita el apetito dejando arriba del mesón de la cocina los almuerzos, cabizbaja decide escuchar algo de música para tratar de no pensar mucho en eso, se acuesta en su sofá purpura para tratar de descansar, en frente suyo estaba la ventana, había una puesta de sol preciosa, que le pronosticaba nostalgia.
Ella lo extrañaba y se empezaba a sentir nuevamente miserable por no poder decidirse, por ser tan miedosa, quería derrumbar esa niebla que realmente era miedo, para así poder correr a sus brazos sin más. Pero la caja del otro día frente a su puerta la llenan más de dudas.
Serena siente el timbre de su departamento sacándola de su sueño, mira el reloj de pared de encima suyo, las 7:00pm, la tristeza siempre la hacía dormir un poco más de lo común. –vaya se me hizo tarde, ¿Quién será?, ¿Darien?- la chica abre los ojos y se arregla un poco el cabello esperanzada de que sea el chico, el corazón le revolotea y se pone sus babuchas, frente a la puerta se arregla la ropa y sin preguntar decide abrir.
La chica va asomándose tímidamente mientras abre la puerta, su corazón da un brinco de emoción al ver al azabache de pie allí frente suyo.
-Hola Serena- saluda el azabache algo tímido y con la mirada baja.
-Hola Darien, ¿Cómo has estado?-
-Bien, gracias, ¿y tú?-
-Bien, te fui a buscar en la tarde para que almorzáramos juntos y al parecer no estabas, ¿está todo bien?-
-Sí, Salí a dar un paseo para pensar, suelo hacerlo cuando me estreso o tengo un mal día o cosas que pensar-
Serena sabe que se refiere a lo que paso entre ellos el día anterior, ¿será que él no se había enamorado antes?, ¿por eso tanta vergüenza por los celos?, piensa la rubia.
Darien nota más a fondo que aún están las cajas de almuerzos quedando asombrado, ella tampoco logro un buen día es su conclusión.
-¿Y ya almorzaste?- pregunta el azabache conociendo la respuesta.
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Volviendo A Creer...
Fiksi PenggemarDarien un chico muy listo, recto, disciplinado y muy atractivo, tenia una vida programada y predestinada gracias a su padre, un CEO de un grupo de hospitales de Tokio. Estudiar, graduarse, casarse y convertirse en su sucesor. ¿pero quien diría que t...