Serena sale del departamento de Seiya, toma el ascensor y se apoya en la pared. Aun sin saber que era lo que realmente estaba haciendo, pero ella quería llegar a el, quería realmente escucharlo, quería que sus palabras fueran ciertas.
Solo había algo que la rubia no podía ignorar, el agitar de su corazón al oír te amo. Ella se encontraba entre mil dudas, no sabía si se quería alejar por su mentira o si era su maldita autoestima dándole un golpe bajo de nuevo haciéndola sentir menos, y ese día al ver a Michiru no era para menos. Los celos, la envidia, al ver que ella es superior en muchas cosas. Su mente era un rio de turbulencia. Pero por ese momento quería aclarar todas esas cosas, quería demostrarse a sí misma que ella podía ser tan buena mujer como lo aparentaba Michiru.
En su mente aun habitaba vagamente el pasado tormentoso que Diamante le dejo, un bastardo sin remordimientos que creía que amarla era engañarla y golpearla, y notoriamente dejaron en Serena huellas imborrables sobre su ser, sobre su persona, dudaba si era lo suficientemente buena como para que un hombre la amara después de todo eso pero Darien esa noche termino de romper esa barrera y eso hizo que aunque confiara más, también dudara, sentía que era demasiado bueno, demasiado para digerir, demasiado para creérselo. Indudablemente en su cabeza había un retumbar, en su pecho una agonía entre si creerle o no, pero después de las palabras de Seiya no quería esperar para verlo o creerlo. Por primera vez después de mucho tiempo se sentía segura en los brazos de alguien más, después de mucho tiempo era capaz de verse al espejo y sentirse hermosa, sentirse mujer. Ella sabía que pasara lo que pasara con Darien esto era un obsequio que le había devuelto, era algo que a ella le pertenecía y había perdido muy dentro de su pecho, que esto no se iba a volver a ir. Este día había sido una prueba más, una debilidad más puesta en el camino, debió de haberse aferrado a esa confianza hacia sí misma y hacia ese muchacho, no debió perderla por nada.
Serena sale del edificio mirando por doquier, la lluvia no dejaba ver bien pero en lo que alcanzaba a percatar el azabache no se encontraba cerca. Ella decide caminar mientras da vuelta atrás para intentar tomar un taxi, en el ambiente solo había ese olor a humedad, la noche era más oscura de lo normal y a lo lejos solo se veía vagamente algunas luces de autos pero ninguno el que ella necesitaba. A medida que caminaba se empapaba más su falda, medias y zapatos a lo que decidió que ya no tomaría ningún taxi por ahora.
Mientras sigue su camino un auto pasa por su lado a lo que le salpica. Resignada decide esperar en una tienda de ramen y sake callejero que ve a su lado derecho. Aquel lugar solo tenía una luz tenue amarilla de la bombilla que colgaba vagamente como si estuviese a punto de caerse, cabizbaja se sienta en la barra de madera. Al frente suyo estaba la cocina de ramen y cerdo asado, en el aire se percibían con facilidad los aromas de la comida: cerdo, sopa y algas. Y sin fijar la mirada a ningún lado pide un sake. Nada mejor para el frio de esa noche.
La chica se bebe la copa de licor de un solo golpe arrugando las cejas y cerrando los ojos, quizás era lo que necesitaba para aclarar un poco más sus pensamientos. Gira su rostro para contemplar la lluvia y esperar a que escampe un poco.
Entre la lluvia y la oscuridad en la calle de enfrente se percata que hay alguien sentado en una banca de paradero de bus. Ella sabía que ese perfil pelinegro y atractivo solo pertenecían a alguien.- te encontré- murmura Serena con una sonrisa melancólica en la comisura de sus labios. La rubia se apresura y saca unos billetes arrugados de su falda a pliegues y los deja encima de la barra y tomando sus cosas se apresura a cruzar.
Darien cansado de caminar y esperar lo que sea que lo sacara de allí decide esperar en el paradero de buses. Se sentía miserable, solo, temeroso y con frio.
Esa noche como él estaba agitada, oscura y llena de melancolía. Saca su celular, busca el número de la rubia. mejor la dejo en paz piensa el chico un poco más depresivo.
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Volviendo A Creer...
FanfictionDarien un chico muy listo, recto, disciplinado y muy atractivo, tenia una vida programada y predestinada gracias a su padre, un CEO de un grupo de hospitales de Tokio. Estudiar, graduarse, casarse y convertirse en su sucesor. ¿pero quien diría que t...