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Desde mi acogedora cama veía cómo la nieve descendía de aquel cielo grisáceo.

Era una tarde muy sombría.

Pero llegaste con una gran sonrisa  alegre, me sacaste del confort de mi cama y me obligaste a jugar contigo en la fría nieve.

—Palette, mi mamá se enojará conmigo si salgo sin su permiso. —El de menor estatura protestaba al de ojos de estrellas, mientras este lo jalaba de su mano con dirección al parque más cercano.

—No te preocupes Goth, cualquier cosa, yo se lo explicaré —respondió con seguridad—, además estas saliendo conmigo después de todooooo, duh. —Luego de unos minutos llegaron a la entrada del parque—. ¡Por fin!

Al llegar al parque, después de todas las quejas del encapuchado, los dos pequeños niños de 8 años jugaban a la guerra de bolas de nieve y una que otra bola de nieve caía en la cara de los menores. Sin complicaciones, sin preocupaciones. Con felicidad e inocencia se abrazaban, reían; pronto la nieve dejaba de caer y al mismo tiempo el sol se esta ocultando. Pero claro, no se dieron cuenta.

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Después de una gran jornada del trabajo, Reaper caminaba de forma tranquila hacia su casa, donde seguro Geno también habrá regresado de su trabajo y estará junto con su pequeño Goth.

Pasó por un parque para acortar el camino, pero justo se percató de que en una banca se encontraba su hijo Goth con su amigo Palette.

—Goth —llamó a su hijo para que se diera cuenta de su precencia—, ¿qué haces aquí?

El pequeño Goth dejó de hablar para percatarse de que su padre estaba ahí, preguntando y obviamente esperando una respuesta. Sin duda, era su fin, su padre le diría a su mamá y lo castigaría por salir sin avisar.

—Eh... —Qué podía decir, necesitaba una excusa, algo, lo que sea— Yo...

—¿Señor Reaper, qué tiene en esa bolsa? —El mencionado dejó de ver al menor, para prestar atención al de bufanda amarilla, él estaba señalando la bolsa blanca que tenía en su mano izquierda.

—Oh, compré algunas galletas de camino a casa —respondió mientras enseñaba a los menores el interior de la bolsa—. Vamos a casa, y ahí comemos algunas ¿Les parece?

El mayor, olvidando por completo lo que había preguntado, fue junto a los pequeños a casa. Cuando llegaron, no se encontraron a nadie, eso alivio al de bufanda roja, su madre todavía no había llegado. Al final, el mayor invitoy a los niños un plato con galletas y estos fueron a la habitación de Goth.

—Bueno, al final no pasó nada, te lo dije, nadie se dió cuenta —decía el de gorra, mientras miraba la galleta que tenía en mano, esta era de jengibre y tenía forma de arbolito—. Goth ¿Nos veremos para Navidad,verdad?

—Claro que sí, en la casa de mi tío Error —respondió alegre, mientras buscaba algo entre sus cosas. Luego de unos segundos lo encontró— Palette ¿Nos sacamos una foto?

—Claro que sí —Soltó la galleta, y se acercó al de chaqueta blanca— Quiero una foto de tú y yo, los dos súper mejores amigos— Cuando estuvo suficientemente cerca, le dió un gran abrazo al de menor estatura.

—Claro, siempre serás mi mejor amigo —dijo correspondiendo el abrazo con una gran sonrisa —Te quiero mucho, Palette.

—Yo también, Goth.

Sí, los dos eran felices siendo los mejores amigos.

.

.

.

[[¿Acaso eso podía eso cambiar?]] Pensaba Goth, ahora con 14 años; hace un tiempo se dió cuenta que su amistad con Palette ya no era la misma.

¿Por qué se ponía nervioso cuando lo abrazaba? Desde pequeños siempre lo hacían y no le incomodaba.

¿Por qué se sentía triste o enojado al verlo con alguien más? Él siempre fue muy extrovertido con los demás.

¿Por qué pensaba tanto en él?

¿Por qué no se daba cuenta de lo que le hacía sentir?

<<Date cuenta Pallete que ni yo mismo sé qué siento; sin embargo, sé que esto podría cambiar nuestra relación... y yo... no quiero eso>>

Date cuenta ///POTH///Donde viven las historias. Descúbrelo ahora