Cuando tenía 9, mis padres quisieron hablar conmigo de un tema muy importante.
Fueron directos en eso, ellos habían dejado de amarse.Me explicaron que seguirían viviendo bajo el mismo techo, y que no habría divorcio.
¿Porqué?
Por mí. No querían que creciera con unos padres separados, que viviera una vida complicado por ellos.
Al principio no lo entendía, así que me distancie de ellos, de todos. Hasta de Palette.
Triste, confundido, asustado.
Aterrado.
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- ¿Goth? -Aterrado- Mírame ¿Qué pasa?
En ese momento cuánto le hubiera gustado tener su bufanda puesta para tapar con esta su rostro, que ahora estaba adornado con lágrimas y un fuerte sonrojo morado.
Se moría de vergüenza, no podía ver de frente a Palette.
Cuanto deseaba desaparecer ese momento, aunque el de ojos de estrellas seguía preguntando si se sentía bien o no, responder no era una de sus opciones. No ahora.
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No quería ver a nadie en ese momento, pero apareciste en mi ventana, entraste, me animaste, me abrazaste y me sentí seguro en tus brazos.
Desde ese día pensé que junto a ti nunca estaría triste.
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Sin embargo...me equivoqué, desde que supe que te amaba, las cosas se volvieron difíciles. Lloraba, dudaba, tú no me querías como yo lo hacía.
¿Acaso así se siente amar alguien?
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Como no respondía a tus preguntas, dejaste de hablar, y decidiste corresponder el abrazo, y así nos quedamos, echados en la cama, juntos, abrazados, deje de llorar y cerré mis cuencas, al final nos quedamos dormidos.
Cuando me desperté, ya no estabas a mi lado.