°Cap.3°

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Kaminari y Kirishima se encontraban en la habitación del primer nombrado jugando videojuegos

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Kaminari y Kirishima se encontraban en la habitación del primer nombrado jugando videojuegos. Estaban rodeados por un montón de bolsas de papitas y latas de refrescos. El rubio metió una de sus manos en una bolsa y saco un gran puñado de papitas llevando estas a su boca, haciendo que sus mejillas se inflaran por lo llena que quedo. Estaba muy concentrado en la partida y comer algo le ayudaba más es su concentración.

-¡Eh Kamibro! ¡eso no se vale!-exclamaba el pelirrojo frustrado porque su amigo estaba ganando. El rubio solo soltó unas carcajadas después de tragar para después mirar burlón a Kirishima que hizo un pequeño berrinche al ver que había perdido mirándolo con el ceño fruncido. Bufo y se terminó de comer las papas.

El dueño de la habitación se levantó del suelo y se tiró a su cama. Estaba cansado por las clases y también por las horas que se había quedado jugando con el pelirrojo. Se quedó mirando el techo por un rato, supuso que su amigo también estaría cansado de jugar y querría irse ya, además, había perdido muchas veces y seguro que ya no estaría motivado a seguir. Kirishima imitó su acción, levantándose del piso y se dirigió a la puerta tomando sus cosas para abandonar la habitación. Antes de abrir la puerta dirigió su mirada al rubio.

-La próxima ganare yo-cerró su puño con una cara desafiante.

-JAJA como digas-movió su mano en forma de despedida mientras que el contrario hacía lo mismo y salía hacia el pasillo.

Busco entre sus bolsillos y saco su celular revisando si tenía algún mensaje por ahí. Suspiro al ver que no tenía ninguno excepto por el chat del 1-A. No le dieron ganas de responder, pues preguntaban algo de una tarea que el aún no había hecho. Deslizó su dedo de arriba a abajo muy rápido, viendo como los chats se movían; hacia esto sin razón alguna. Paro el movimiento cuando se dio cuenta de que Sero se había puesto una nueva foto de perfil...Casi se muere el pobre. Aparecía con una sonrisa y sacado un poco su lengua, llevaba puesta una camisa sin mangas que dejaba al descubierto su cuello y parte del pecho, aparte de que sus ojos miraban fijamente la cámara, como su lo estuviera observando a él. Por instinto le dio una lamida a la pantalla, le tomó captura como cinco veces a la imagen y se revolco en su cama conteniendo un grito. "¡SE VE HERMOSO!"pensó.

Dejo su celular de lado y salió de su habitación con una sonrisa y un leve sonrojo directo a la cocina a buscar algo para tomar, pues ya no quedaba nada en su nevera. Cuando llegó abajo, noto que Sero, Ashido, Asui y Todoroki hacían la tarea que Aizawa les había entregado ayer. Camino hacia la cocina, mirando disimuladamente a Sero en el progreso. Tenía el pelo amarrado en una pequeña colita aunque varios mechones revoltosos caían en su frente, su ceño estaba levemente fruncido por la concentración que tenía en ese momento con la tarea. "Hermoso" volvió a pensar. Desvío rápidamente la mirada y saco del gran refrigerador una gaseosa. Se dispuso a volver a su habitación cuando una voz llamo su atención.

-¡Kaminari!-el nombrado se quedó estático al escuchar la voz del pelinegro. Volteó la cabeza lentamente hacia él- ¿Podrías hacerme un favor?

-¡S-si! ¿Q-que necesitas?- sonrió nervioso.

-Necesito que me traigas mi libro de matemáticas, está en mi habitación y no quiero ir hasta allá para traerlo, además ninguno de ellos quiere ir-señaló al grupo de chicos junto a él- y ya que estas por subir...¿Me lo traes?-termino de hablar esperando la respuesta del rubio que sólo asintió varias veces con las mejillas más rojas que antes-¡Gracias!-le sonrió para después volver a su cuaderno.

Kaminari camino rápidamente hacia el ascensor, apretó rápidamente el botón que llevaba al piso cinco. Cuando las puertas se cerraron se apoyo en una pared repasando el plan de esta misión. Lo que tiene que hacer es entrar en el cuarto del chico que le gustaba, buscar el libro, bajar de nuevo dárselo a Sero y ya, no debía hacer nada más, absolutamente nada más. Sería fácil sólo si no pensaba es cosas que no debía...aunque...va a entrar en su habitación, con todas sus cosas a su disposición, con su armario lleno con ropa llena de su olor al igual que su cama, podría cerrar, la puerta y nadie se daría cuenta de que esta acosando las cosas de su amigo. Agitó su cabeza varias veces intentando dejar de lado esos pensamientos, debía controlarse.

Ya en el quinto piso caminó hasta el final del pasillo y se paró enfrente de la puerta. Tomó la perilla, dándose ánimos y advertencias por dentro. Mientras giraba esta, la puerta iba abriéndose lentamente dejando a la vista una oscura habitación y el delicioso olor a Hanta entró en sus fozas nazales. Entendió la luz y cerró la puerta, al carajo con controlarse. Se lanzó a su cama hundiendo su cabeza en la almohada respirando su olor. Se revolco en esta varias veces hasta que miro el armario levemente abierto. Se levantó de un salto y corrió hasta este. Lo abrió completamente admirando la ropa de su amigo. Para no sentirse más pervertido y acosador de lo que ya se sentía sólo tomó una camiseta de lo más profundo del closet. La abrazo y dobló, estaba totalmente dispuesto a llevársela, nunca iba a desperdiciar una oportunidad como esta.

Después de husmear un rato más tomó el libro que estaba en el escritorio y bajo hasta el piso donde estaba su habitación. Dejo la camisa sobre su cama y volvió a bajar al primer piso. Con muchos nervios le entregó el libro al azabache, mirando como aparecía un brillo en sus ojos al levantar la vista gracias a la luz y la pequeña sonrisa que se formaba en sus labios, cosa que lo hizo volver a sonrojarse, solo que casi ni se notaba. Volvió nuevamente a su habitación; delicadamente levantó la camisa y la abrazo, imaginando al pelinegro. Apago la luz dejando solamente una pequeña lamparita encendida. Se quitó su ropa quedando solamente en boxer y medias-como generalmente dormía- solo que ahora se colocó la camisa de Sero. Se abrazo a si mismo disfrutando el aroma que desprendía la prenda. Se metió a la cama y apagó la lamparita. Y lo último que pensó antes de caer dormido fue que se pasó de acosador robando la camisa, pero ñe ya lo había hecho y no iba a devolverla.

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Descarga Eléctrica (Serokami)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora