Kaminari de repente se empezó a comportar extraño. Ninguno de sus amigos sabía la razón, ni él quería contar por que. Ya casi no se juntaba con el bakusquad, no veía a las chicas con la misma forma de antes y hasta ignoraba los cometarios de Mineta...
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Un Sero muy cansado, se apoyo en la pared que tenía al lado para descansar después de la corrida que se pegó. Demonios, su subconsciente tenía toda la razón, ya no podía ni volver a ver a Kaminari porque sientas de diferentes imágenes o escenarios bombardeaban su mente y sentía una gran vergüenza. Antes de salir corriendo se había topado con Denki saliendo de la U.A, pero todo se fue al carajo cuando lo miro y sonrió. Sintió como todos sus órganos se revolvian y como su corazón amenazaba con salir de su pecho; para que el rubio no se acercara más, ya que esto lo que haría sería matarlo, salió corriendo a otro lado.
Se sentó en el pasto mirando al cielo. Desde ya hace varios días se siente demasiado extraño y no encuentra el porque. Estaba frustrado y no sabía a quien decirle sobre su problema. No podía decirle a Mina porque lo estaría ligando con que es amor, con Kaminari tampoco porque su malestar gira en torno a él y por obvias razones Bakugou no sería una opción. Por último quedaba Kirishima, quien era el mejor candidato para eso, ademas de que el pelirrojo era de mucha confianza. Saco su celular y le mando un mensaje a su amigo tiburón. Poco después llegó Kirishima ya sin el uniforme y con ropa normal. Miro extrañado a Sero porque, primero, seguía con el uniforme y habían salido desde hace bastante rato, y segundo, tenía una cara de "matenme por favor".
— Diablos ¿que te paso bro?
— Ayuda...
— Ya me preocupaste — el pelirrojo puso un semblante de preocupación mientas que ponía su completa atención en el pelinegro.
— ¡¡Me voy a morir!! — empezó a dar vueltas por todo el suelo mientras fingida un llanto desconsolado — ¡¡Kaminari me va a matar!!
— ¿Qué? — fue lo único que pudo decir. El de quirk de cintas paro sus movimientos y se quedó mirando por un momento a su contrario. Suspiro y se volvió a sentar.
— Ahhhh... jodida desgracia... Mira, tengo un problema, y uno grave — Eijirou asintió indicándole que siguiera — desde hace poco siento que me voy a morir ¿Por qué? Bueno todo es culpa de Kaminari, el muy maldito no se digna a salir de mi cabeza y cada vez que me lo topo siento que voy a vomitar y se me van a salir todos los órganos. Me parece tan malditamente lindo y adorable que creo que un día de estos vomitaré azúcar. Tambie me parece tan jodidamente sexy que creo que me va a explotar el pene.
Eijirou no aguanto la risa y se soltó a carcajadas. Sero se avergonzo de lo que dijo y un leve rubor apareció en sus mejillas; temía de sus sentimientos porque ya se había dado cuenta de que eran exactamente. Kirishima se alegro tanto que casi que le salían rayos de sol por los poros. Obviamente no iba a decir de una que Kaminari también se sentía como el, claro que no, él quería que sus amigos se declararán frente a frente a como debe ser. Paro sus carcajadas y miro atentamente a Sero con una de sus más grandes sonrisas.
— ¡Yo te voy a ayudar!
— ¿Ah?
— ¡Es obvio que te gusta Kamibro y yo te voy a ayudar con el!
