𝓪𝓽𝓽𝓪𝓬𝓴 ; 𝔃𝓲𝓪𝓵𝓵

attack; james

El moreno siente un cuerpo frío estrellarse contra el suyo justo antes de caer por el impacto. Casi pensaba que le habían lanzado un cadáver cuando un olor a menta se cola por su nariz; el rastro de vainilla era tan diminuto que casi pensó estar soñando. Entonces baja su vista cuando unos sollozos le despiertan a la realidad y ve esa cabellera que tanto le gustaba, solo que ahora era más castaña que antes.

Se contuvo de llorar cuando una profunda felicidad creció en su pecho.

Quería ver esos ojos otra vez.

La cabeza del menor estaba enterrada en su pecho, así que con delicadeza tomó sus mejillas y la alzó a su vista. Niall tenía sus ojos fuertemente cerrados, negándose a abrirlos.

─Abre tus ojos.

Escuchar esa voz después de tanto tiempo le hizo estremecer; cada vez menos lágrimas salían. Quitando el malestar en su cuerpo, el sabor a sangre de su boca y la irritación en sus ojos, él estar en sus brazos otra vez sacaba a flote aquellos sentimientos que se obligaba a reprimir cada vez que Josh rozaba su piel.

Aún así se negó a abrir sus ojos.

Negó con su cabeza.

Zayn se sintió herido, pero rápidamente acarició las frías mejillas.

─Estás frío, ¿estás bien? Vamos, mírame.

Pero él vuelve a negarse.

─James, por favor.

Zayn estaba preocupado. La esencia del rubio apenas se sentía; la suave vainilla era opacada por la menta fresca, como si fuera otra persona.

Ah, ya no era su James.

No tenía nada que ver con él ya, aunque deseaba ser, talvez, su amigo.

¿A quién engañaba?

Era obvio que no quisiera verlo, después de todo le había abandonado, había huido como un cobarde y había roto su promesa de nunca abandonarlo.

Ya no se trataba de si eran omegas, alfas o betas, ni siquiera si eran destinados o no.

Había roto su promesa.

Debía vivir con ello.

El recuerdo de esa noche hizo que una punzada apareciera en su mandíbula y el recuerdo de sus inexistentes colmillos le golpeó.

Desde ese día, su boca siempre dolía.

¿Podría volver a tenerlos?

Esperaba que no.

Ya que eso significaría que había encontrado a alguien especial, pero para él, no hay nadie más especial que Niall.

Su mirada recorre el rostro del rubio una vez más; hermoso.

Piensa en cómo tendría que comenzar a hacerse la idea de no verlo más, especialmente cuando ya había aceptado la oferta de su mamá; un cambio de aires le ayudaría mucho. Piensa en las clases de piano que nunca terminará, en la pasta que nunca volverá a cocinarle, en las películas que no verá junto a él, incluso en los tatuajes que nunca se hará junto a él.

De pronto los labios en su pecho comienzan a sentirse.

Era obvio que no quisiera mirarle a los ojos.

Suspiró, dándose por vencido.

Su pulgar rozó la húmeda mejilla antes de intentar separarse del agarre en su cintura.

Debía llevarlo con su papá, el pobre de Bobby era el más afectado.

Pero Niall no aflojó su agarre.

─Jam-...uh, Niall. Vamos, debo llevarte a tu casa.

Pero Niall no respondió, uno de sus problemas era que se repetía en su cabeza una y otra vez la escena de él desgarrando el cuello de aquella liebre sin piedad alguna.

¿Por qué había hecho eso? No entendía nada.

¿Quién era él?

Se veía así mismo como un monstruo.

Sintió el agarre de Zayn esta vez en sus brazos tratando de alejarlo de él.

¿Por qué lo hacía?

Ah, ya no era su James.

Había corrido como una puta a los brazos de Josh, dejando al moreno a su suerte.

Había roto su promesa de estar siempre juntos no importando que pasara.

Le había lastimado y por su culpa recibió la humillación más grande que un alfa puede recibir.

Era obvio que no quisiera que lo tocara, que no lo tuviera cerca.

Sus ojos comenzaron a picar.

Ya no lo llamaba James.

¿Había algo peor que eso?

¿Qué estaba haciendo? ¿De verdad estaba en sus brazos?

Suelta un gruñido adolorido cuando Zayn trata de alejarlo una vez más.

─¡No!

Sale de su boca.

Zayn siente como su pecho se contrae; había extrañado mucho su voz.

─Niall, debo llevarte a tu casa ¿si? Aún si no quieres verme, debes ver por dónde camin-

─¡No! ¡Si abro mis ojos desaparecerás! ¡No quiero que te vayas otra vez! ¡Soy un monstruo! ¡No quiero estar solo!

Sollozó.

Zayn entonces le abrazó; sabía que había sido muy real para ser solo un sueño.

─No desapareceré. Estoy aquí. Nunca más te dejaré ¿entiendes? Estaré junto a ti hasta que decidas lo contrario. No me iré. Así que abre tus hermosos ojos para mi, James.

Y eso hizo.

Pero, oh.

El azul había desaparecido.

Y entonces él siente como su mundo vuelve a girar.

Su boca ya no dolía.

*

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