Oh, Shit

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[...]

Llevaba media hora obsevandola, desde lejos, era la única que no la había saludado de manera cordial, me sentía una completa estúpida, sólo es un saludo y ya.

-Jenn, ¿Qué ocurre, Porqué no vas a saludarla?-

-Me dolía ma cabeza, pero ya estoy mejor-

-Genial, entonces vamos-

No podía caminar, tampoco quería, pero Andrea me llevaba a la fuerza, que extraño es ese sentimiento, te deja inmóvil y por primera ves, muda.

Caminabamos entre la multitud, habían demasiadas personas y mucho ruido, pero entre todas destacaba esa mujer, esa mujer sonriente que ahora me observaba curiosida al verme acercar, mientras que mi corazón latía con rapidez, mi mente estaba en blanco, ¿Qué diria cupido?.

-Amelia, ella es Jennifer, mi mejor amiga de la que tanto te contaba-

Me dio una sonrisa que bajo todas mis barreras, derritiendo mi corazón con esa risilla encantadora.Todo sucedió en cámara lenta, se levantó para saludarme y yo no podía nada más que seguir admirandola, cómo un lobo a la luna llena.

-Amelia simmons, un placer-

Beso mis dos mejillas, desconcertandome por completo. Andrea me peñisco levemente y salí de mi trance.

-Lo lamento, soy Jennifer Clark, bienvenida nuevamente a la ciudad-

-Gracias, ¿Puedo decirte Jenn?-

Asenti, mordiendo mi labio inferior, de la incomodidad, tengo novio y actuó como una niña con las hormonas revueltas.

-Genial, espero hablemos a menudo, Jenn-

-Pienso lo mismo, Amelia-

Andrea termino dando una excusa barata para irnos a una esquina a hablar, su curiosidad era evidente, jamás me había visto así y yo también quería averiguarlo, necesitaba saber que es esto y porqué surgía con aquella mujer, encantadora mujer.

-Jenn, ¿Qué fue eso?-

Iba a responder, pero tampoco podía, no lo entendía, frustrada y agradecida que llevaba pantalon, me lancé al sofá para bufar frustrada.

-Andrea, ni el mismísimo Hades lo sabría-

Puse mis manos en mi cabello frustrada, esto no era agradable, no puede estar pasandome.

-Debes hablar con Peter, el es médico, puede hacerte entender algo-

-Necesito un jodido sicólogo, Andrea, no a mi novio-

Una muchacha con traje de sirvienta nos ofreció champaña, la cuál acepté, me di cuenta con los minutos que uno podía ir al bar de Helen para servirse uno mismo su bebida, ahí me dirigía, ignorando los comentarios molestos de Andrea, con la única meta de poder olvidarme del mal sentimiento.

-¡Jenn!-

No podía estar pasandome esto.

-Amelia, ¿Qué ocurre?-

Andrea nos observaba desde la esquina en la que yo estaba anterior mente, admirando a esa mujer.

-¿Porqué estás sola?-

Mientras tomaba una cerveza, cerré la ojos un momento, es ahora o nunca.