14

108 11 2
                                    


No había pasado mucho desde aquel tiroteo en mi edificio, una semana a lo máximo. Los daños fueron mínimos pero no poco importantes, un guardia había sido herido y por suerte no de gravedad. Nadie entendía el porqué de esto o si había alguien involucrado, los policías no estaban aportando en nada más que sacando testimonios para luego hacer papeleo y olvidarse del caso, realmente eran inútiles apesar de que veían la gravedad del asunto. Esta vez deje a panamá al cuidado de una amiga mía que se mantenía siempre en casa al cuidado de los niños del vecindario que aceptó al saber que panamá es manso. Hace no mucho el policía guapo  me había informado de que no era la primera vez que reportaban algo extraño desde la llegada de la familia simmons y tenía grandes motivos para creer que están detrás de esos sucesos extraños, pero no le creo ni un poco.

-Jenn-

A lo lejos escuchaba mi nombre, no podía ver quien me llamaba y sin darme ya estaba caminando por calles que desconocía, lo vacío de las calles hacía crecer rápidamente mi inseguridad. No recordaba en qué momento me salí de mi ruta habitual hacia mi trabajo, tampoco entendía porque no tenía señal en mi celular pero presiento que esto se pondrá feo.

-Por aquí bonita-

Corri en la dirección que yo creía venía esa voz tan familiar, me seguía llamando repetidas veces pero yo tampoco podía parar para pensar de donde provenía hasta que por fin después de no se cuanto tiempo pare. Llegue hasta una zona boscosa, al frente de una cabaña totalmente desconocida para mí, asumo estoy a las afueras de la ciudad. La cabaña no era realmente muy llamativa por bonita, sino más bien lúgubre. El color de la madera era un café muy oscuro, hasta podría decir que negro si no fuese de día, tenía ventanas grandes pero polvorientas y la puerta consistia en una manta rosada sucia que tenía manchas cafes. Avance lentamente hacia esta con una roca en las manos sin saber de dónde la tomé, al llegar a la entrada pude darme cuenta que el silencio no reinaba, se escuchaban apenas unas risas que parecían ahogadas haciendo más tenso el ambiente. 

-Jennifer, ven cariño-

La voz provenía de la oscuridad dentro de la cabaña, y como soldado acudió a la orden de la voz sin poder rechistar alguna objeción contra mi misma. Limpie un poco las ventanas con mi mano para que la luz llegara y así poder ver mi camino. La risa que apenas se escuchaba ahora se escuchaba por todos lados, haciendo eco en el bosque incluso, no podía ver de donde provenía y me empezaba a desesperar. Corrí hacia las dos únicas habitaciones apenas visibles de aquella cabaña, en la primera solo había muebles destruidos y lo que parecía ser un líquido oscuro. Rápidamente fui hasta la segunda habitación abriendo la puerta de una patada.

-Me encontraste- 

su voz burlona hizo que mi piel se erizara, había algo que me hacía desconfiar en su tono pero no podía retroceder a este punto, al menos no por mi propia mano. Una figura femenina estaba desnuda frente a mi, esta tenía manchas oscuras por todo el cuerpo y el pelo alborotado, no podía reconocer la voz apesar de que se me hacia muy familiar. Avance dispuesta a hacerla voltear para saber quién era aquella mujer que me hacia sentir tanto miedo y curiosidad al mismo tiempo. Lo único en lo que pude fijarme al voltearla fueron sus ojos, sus ojos que parecían cargados de locura aparentando penetrar mi alma con solo fijarse en mi. Baje mi mirada hasta sus labios que pronunciaban palabras inaudibles para todos, excepto para mi y cuando creí que me dejaría responderle sentí un dolor agudo en mi cabeza.

Desperté de golpe y completamente sudada, un dolor agudo hizo que inconscientemente mi mano se dirigiera a mi cabeza. Fije mi mirada en toda mi habitación, panamá estaba recostado a mi lado observando atento mis movimientos. Un mensaje en mi celular me hizo salir del trance que tenía hace unos minutos.

Simmons> ¿Todo bien? 

Simmons> ¿Todo bien? 

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.





Oh, ShitDonde viven las historias. Descúbrelo ahora