Jennifer Clarck es una exitosa abogada en un pequeño pueblo en el gran Estados unidos que espera algo más en su vida, se siente insatisfecha a pesar de tenerlo casi todo. En este juego es en donde entra Amelia Simmons, una mujer con un carácter atra...
*Tuve problemas con este capítulo ya que de vez en cuando los nombres se cambian, de Amelia pasaba a Amanda, mis disculpas*
Realmente estaba muy aturdida, quizá demasiado. Hace unas horas caí en cuenta en que había perdido a una clienta, la misma con la que estuve involucrada como víctima en un tiroteo en mi propio edificio. Hace unas horas Charlie me llevó a su estación de policía, algo pequeña pues vivimos en un pueblo que además no estaba acostumbrado a tener tantos servicios para protegernos, al menos hasta hace unas semanas. No podía controlar mis propios pies, solo seguía inconscientemente a charlie hasta su oficina sin prestarle atención a sus palabras las cuales se que repetirá en ese pequeña oficina que probablemente me espera. Mi sueño de hace un tiempo estaba tomando un poco de sentido, las calles se volvieron vacías en el momento que supieron del homicidio tan cruel de hace unas horas. Me interrogaron lo máximo que pudieron hasta que Charlie apareció nuevamente, salvando el día y sacándome de ese agujero que solo me dejaba aún más confundida.
-Jennifer, se que estas tan aturdida como creo lo estas, pero necesito que escuches el porqué de mis sospechas de la familia simmon's-
Levante la mirada para quedar viendo fijamente sus ojos azules, llenos de un misterio que aun no puedo descifrar, pero que aun no estoy interesada en resolver.
-Tienes 10 minutos, después de eso debo seguir con mi vida-
Me senté esperando sus palabras que sentía inútiles, Amanda no haría algo así.
-Se que es repentino y que lo más probable es que salgas con ella, pero debes saber que su familia a estado en muchas investigaciones, pero siempre terminan por falta de pruebas, ¿entiendes?, siempre están involucrados en algo feo pero se salen con la suya, se que no estoy loco- Frotó sus manos contro su rostro mientras maldecía en voz baja, su tensión se notaba a kilómetros- Los sigo desde hace años, al menos desde que llegaron aquí.
-Dixon, se que estas interesado como tal de una manera obsesiva y muy probablemente demandante por acoso, pero necesitas frenar un poco para relajarte, ¿okey?-
Me levanté de mi asiento sin querer escuchar sus palabras por mucho tiempo más, no les encontraba sentido, enserio, es solo un tipo obsesionado con una idea tonta de una familia rica.
-Jennifer por favor, solo hazme caso y alejate de esa familia, aquí hay algo turbio, lo sé-
Mire por última vez sus ojos llenos de angustia, una angustia que me interesaría en lo más mínimo si no fuera por una pregunta que ronda por mi mente, ¿que pruebas personales tendrá para hablar mal así de una familia entera?, porque si yo fuera esa familia lo hubiera puesto 8 demandas de acoso, o eso creo.
[...]
Hace unas dos o tres horas regrese a mi hogar, realmente no estaba muy convencida de las palabras de Charlie, yo no tenía motivos de sospecha y mucho menos de sentirme en peligro, ¿por qué lo haría?. Desde que vi a Amelia sentí una electricidad en todo mi cuerpo, pero también siento la necesidad de no ser dependiente de ella ni darle la importancia que se merece, no desde mi ex. Suspiré frustrada, debería tomar una siesta. Panamá me siguio el ritmo feliz hasta nuestra cama, se que aún no es tarde, pero me siento cansada de igual forma, han pasado demasiadas cosas y la escena que vi hoy solo hace que me sienta aún peor,incluso con un peso en los hombros que me perturba. Cerré los ojos con la intención de descansar unas cuentas horas, pero en vez de eso di un gran grito del susto cuando una piedra impactó con mi ventana, casi llegandole a panamá como último destino.
Temblorosa me acerque a la ventana en donde apenas pude ver una silueta de negro en una motocicleta de igual forma negra, pero esta alzó el brazo y lanzó otra piedra pero esta vez a la parte baja de mi casa para luego irse a toda velocidad y con ella mi seguridad de estar en mi propia casa. Me gire para buscar con la mirada el destino de aquella piedra, pero primero deje a un inquieto panamá en mi cama para que no se cortara con los grandes y pequeños trozos de vidrio que ahora yacen en mi habitación. Me acerque a la piedra para luego tomarla con un trozo de mi ropa para no contaminar la escena del crimen, mis manos temblaban mientras que mi curiosidad intensa se apoderaba de mi cuerpo al igual que la adrenalina, aumentando los temblores. Para mi sorpresa aquella piedra tenía palabras escritas en la piedra. Agudice la vista para poder ver mejor en la oscuridad.
Esto no podía estar pasándome.
''¿Qué tan real tengo que demostrar ser para que te des cuenta?''
Corrí tratando de esquivar los vidrios en el suelo para alcanzar mi celular que estaba en la planta baja de mi hogar, el miedo se apoderó completamente de mi y lo único que tuve conciencia de hacer fue el llamar a Charlie. Mire la segunda piedra con ganas de vomitar, no quería leer lo que tenía escrito y mucho menos trataría de comprender el primer mensaje. ¿Y si el asesino de michelle también va tras de mi?.
No se cuanto tiempo paso pero las sirenas no se hicieron esperar, corrí hacia la entrada de mi casa seguida de panamá quien se mantenía muy cerca de mis piernas igual de agitado que yo. Tomé a mi perro en brazos para luego correr sin importar que tuviera cubriendome hacia la patrulla. Incrédula mire como solo tres oficiales de policía salían de aquella patrulla, incluidos Charlie.
-¿Hacía dónde se fue?-
Señale la dirección en la que aquella persona se había ido a toda velocidad, en eso Charlie explico una situación por radio, no entendía absolutamente nada porque no podía evitar pensar en las miles de personas con las que me involucre por mi trabajo, esos miles que me juraron vengarse apesar de que sabían que habían cometido un error. ¿ Y si alguno estaba cumpliendo su palabra?.
-Jenn, estas alterada, debes sentarte- Dixon acarició mi cabeza y la de panamá intentando tranquilizarse mientras los dos oficiales revisaron la casa de arriba a abajo- Jenn, estas herida-
-¿Qué?-
-Tus pies están sangrando y tus piernas tienen pequeños rasguños-
-No lo había notado-
Sin dar una queja seguí a charlie hasta la patrulla en donde y creo segun escuche, una ambulancia llegaría pronto ya que no fui la única atacada, si no al menos dos vecinos, pero lo que me dio curiosidad fue que lo de ellos parecía algo más de dinero, pero lo mio era muy directo, personal, como si me conociera desde hace mucho, pero ¿quién?.
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