[…]Para empezar, no dejó de besarme en la biblioteca, tampoco se lo negué, porque por más que nos mirara y juzgará la gente en susurros, sabía que esto no estaba mal, era amor, amor real, un amor que por primera ves siento que va a alguna parte.
-Quiero invitarte a cenar, en el Polt coffee-
Adoro ese lugar, era un restaurante y cafetería de muy buena higiene, empleados agradables y un ambiente tranquilo, pero no podía, hoy no.
-Amelia, hoy no, además, recuerda que aún estoy con Peter-
-Pero sólo será como amigas, mi prima no tendrá probl-
-Ya dije que no, tengo cosas que hacer y no puedo darme el lujo de delatar esto así de la nada-
Cuando noté que había levantado la vos, ella ya estaba tomando sus cosas para irse, rayos.
-Amelia, espera, no fue mi intención-
Nos seguían mirando y juzgando, baje la cabeza avergonzada, algunos conocidos estaban ahí y me traerán problemas. Por un momento, se detuvo y observó todo a nuestro alrededor, a la gente, los libros, el lugar y para finalizar, a mi, de un movimiento brusco se libró de mi agarre.
-No somos absolutamente nada, Jennifer, dejadme en paz-
-Amelia-
Decidí no ir tras ella, porque por más que intentará convencerla, tenía razón, no somos absolutamente nada y no soy capaz de no sentir temor por ser juzgada por todos, al tener esa relación con ella, claramente. Pase mis manos por mi rostro, completamente frustrada, ¿qué sería de mí sin ella?, lo más probable es que todo sea una completa miseria.
-Amiga, no es por nada, pero la regaste-
Un chico de tal ves mi edad, rasgos finos y una postura extraña me movió la cabeza de forma negativa.
-Todo es un jodido problema-
-O simplemente el hecho de que te miren te da temor-
El muchacho se fue con tres libros en mano hasta la bibliotecaria, lo más probable para comprarlos, aún que en este lugar todo es carísimo. El tenía razón, tengo temor, tengo miedo de que me miren y más que me juzguen, por que por más desinteresada que parezca, no podía soportar ser el centro de atención. Salí de ahí con todo lo que necesitaba para ir a la cafetería de la otra cuadra, era un cibercafé, algo muy actualizado a mi parecer.
-Oye, no es por nada, ¿pero no irás tras ella?-
El muchacho que me había hablado en la biblioteca estaba mi lado, esta ves me fije más en él, vestía una camisa gris con un pantalón negro ajustado, zapatos negros y unos pendientes, espera, ¿pendientes?.
-Realmente no te conozco lo suficiente cómo para responderte eso-
Me sentía ligeramente incómoda, pero debía ser algo normal, después de todo, los extraños siempre harán que sientas eso.
-Pero si lo suficiente para no ignorarme, vamos por un café y una charla, yo invito-
Asentí confundida, de su rostro no quitaba esa mueca, pareciera que nunca sonríe. Era un poco más bajo que yo, pero seguía siendo delgado, además gracias a su apariencia recibía extrañas miradas por parte de la gente.
-Con el tiempo, entiendes que la gente es ignorante, sólo por el hecho de vestir como gustas te miran con malos ojos y ya suponen algo que no eres-
Jamás estuve tan de acuerdo con un completo extraño.
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Oh, Shit
Novela JuvenilJennifer Clarck es una exitosa abogada en un pequeño pueblo en el gran Estados unidos que espera algo más en su vida, se siente insatisfecha a pesar de tenerlo casi todo. En este juego es en donde entra Amelia Simmons, una mujer con un carácter atra...