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—¡Es una estupidez! —exclamó Piccolo—

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—¡Es una estupidez! —exclamó Piccolo—. ¿Por qué la busca a ella? Ni siquiera participó en la pelea.

Goku se encogió de hombros, preguntándose lo mismo, aquello no tenía sentido alguno.

—No lo sé, pero ahora tampoco podrá bajar del templo sagrado. —informó, refiriéndose a su hija—. Es una de los pocos guerreros que nos quedan.

—Sí, y el resto son estos dos mocosos llorones, —señaló con la cabeza a Goten y Trunks—, prefiero a la chiquilla malcriada.

—Estoy aquí, ¿saben? —la azabache se hizo notar, mirándolos confundida—.

—Por algo lo dije. —respondió el namekiano, Ann tuvo que contenerse para no golpear su verdoso rostro—. Ahora ve a jugar por allá.

Abrió su boca en señal de sorpresa y sintiéndose ofendida reclamó:

—¡Soy la melliza de Gohan!, ¿por qué yo no puedo ir a entrenar en el planeta sagrado?

—Ann deja de quejarte, —ordenó Goku—, tu deber es mantener la tierra a salvo. Ahora tú eres la más fuerte, ni Vegeta, Gohan o yo estamos aquí para luchar, toda la responsabilidad recae en ti.

Ann no lo había pensado de esa forma, ahora sí se sentía importante y valiosa. En sus manos recaía la importante tarea de proteger a los terrícolas y al planeta dónde vive.

—Está bien, papá. —asintió—. Te prometo que los mantendré seguros.

Goku sonrió complacido ante las palabras de su hija, ahora podría irse más tranquilo; no es como si lo deseará, pero literalmente está muerto y tiene un tiempo límite para volver.

—¡Qué alegría me da escuchar eso, hija! —revolvió su cabello, obteniendo una sonrisa de su parte—. Por ahora deben entrenar lo más que puedan, deben estar listos por si Babidi y Majin Buu atacan. —los dos frente a él asintieron—. Por eso Piccolo quiero que les enseñes la fusión a Goten y Trunks...

Nuevamente la estaban excluyendo. Desde hace algún tiempo había dejado de dolerle, pero resulta sumamente frustrante el hecho de que ignorasen lo mucho que desea aprender técnicas nuevas y ser sometida a los entrenamientos tan arduos que los otros guerreros realizan. ¿Es por qué es una chica? Había ocasiones en que así lo pensaba, es decir, desde muy pequeños, Ann siempre demostró superioridad a Gohan en todo aquello que tuviese que ver con las artes marciales, ¡literalmente es una jodida prodigio!, ¿y a alguien le importa? No, por supuesto que no.

¡Ah, pero si Gohan podía destruir una simple montaña ya era un asombroso guerrero! Pfff, lo que más le molestaba era que a su hermano siempre le han desagradado las peleas, ¿si Ann las amaba por qué no la entrenaban a ella?

—¿Entendieron, niños? —escuchó decir a su padre, rodó los ojos ante ello—.

Bufo y se sentó bajo una palmera a observar el desastre que resultaría de todo aquello. Si tanto confiaban en esa fusión, ¿por qué no hacer que Gohan y Ann se fusionaran?, ambos son más fuertes y maduros.

La novia del monstruo [Majin Buu]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora