Después de una casi interminable hora pudieron tranquilizar a Ann. Esta última no se mantenía para nada bien, pues se encontraba al borde de una crisis nerviosa, debido a los sucesos que estaba teniendo lugar en su vida. Después de todo, la chica observó como el ser del que está enamorada fue derrotado y absorbido por su parte malvada; su madre murió frente a sus ojos en manos de Buu; el cuál la besó y obligó a confesar sus sentimientos frente a todos; y ahora tiene que cargar con la preocupación de saber como estará su hermano menor de tan sólo siete años.
—¿Creen que estará bien? —Videl se mantenía al margen pero eso no quería decir que no se preocupará por la saiyajin, después de todo es la melliza de su novio—. Se veía tan angustiada y parecía no poder parar de llorar.
Bulma suspiró observando a la azabache, quién se retorcía entre las sábanas. Le estaba costando. Suspiró con cansancio, ella también estaba sufriendo la partida de su esposo en manos del enamorado de Ann; pero aún así la apoyaba.
—Ella es fuerte, podrá con esto y más. —respondió, intentando creer en sus propias palabras—. Estará bien.
Dieciocho se encontraba del lado derecho de la habitación, sentada sobre una especie de sofá individual, mientras mantenía a su hija, quién dormía en sus brazos. Bulma permanecía apoyada contra el marco de la puerta y Videl reposaba sobre el lado izquierdo de la cama donde Ann dormía; siempre al tanto de ella.
—Si tan sólo la hubiesen visto antes de que la entrada al templo sagrado desapareciera... —ambas mujeres dirigieron su vista hacia la androide—... Parecía una persona completamente diferente. —fijó la mirada en su pequeña Maron—. Estaba tan decidida a acabar con Majin Buu que me parece increíble que ahora se encuentre tan frágil, ¿será acaso algo común en los saiyajin?
—Deberíamos creer en esa teoría. —pidió Brief—. ¡Me niego a aceptar que esta chica no nos salvará a todos! No pienso morir, ¡claro que no!
Videl sonrió antes de escuchar ese horrible sonido con el que dio inicio al final de sus días. Bulma y Número Dieciocho corrieron sin pensarlo un poco, cuando Videl pudo darse cuenta, Maron ya se encontraba en sus brazos.
—Pero, ¿qué...? —interrogó sin entender nada, aún observando la rubia cabellera de la pequeña—. ¿No deberíamos despertar a Ann?
Krillin retrocedió con terror al darse cuenta de lo que estaba ocurriendo. No podía ser verdad lo que sus ojos le mostraban, debía ser una cruel broma del destino. ¿Cómo podría ser posible que Majin Buu haya logrado escapar de la habitación del tiempo?
Número Dieciocho se congeló en cuanto se percató de la intimidante presencia. Aún estando a unos metros le producía una fuerte sensación de terror. Pudo observar que no fue la única que reaccionó de esa manera. Majin Buu movió su cabeza de izquierda a derecha, haciendo que sus huesos crujieran. Reía sumamente divertido ante lo que sus ojos le mostraban. Tantas personas a las que podía convertir en deliciosos caramelos.
ESTÁS LEYENDO
La novia del monstruo [Majin Buu]
FanfictionNi siquiera yo misma sería capaz de explicar cómo es que me metí en esta situación. Sólo sé que soy la única persona en todo el mundo que no debe preocuparse por Majin Buu; porque él está enamorado de mí. 05/01/2019