¿Te puedes callar y besarme? || María y Vicky.

Capítulo 28.

Vicky PoV.

Era Lunes, ya habían pasado varios días desde ese inconveniente con María y ahora no podemos estar mejor.

Nos robamos besos cuando podemos y por la noche dormimos juntas. Eso sí, de la academia no lo sabe nadie salvo las Albalia, Laura, Mamen y Noemí, o eso creíamos.

Ese día después de las clases agotadoras de fitness y urban dónde acabamos más muertos que nunca,comímos y descansamos un rato antes de nuestras clases.

En el salón se encontraba la mayoría de gente por lo que me metí en la terraza y aproveché para fumar ahora que estaba sola.

Pero la soledad duró poco después de acabarme el cigarro, cuando una cabellera rubia apareció por la terraza y se sentó a mi lado apoyando su cabeza en mi hombro.

- Se dice hola al entrar o algo. - Río mirándola.

- Bueno si, hola. - Dice ella mientras se acomoda en mi cuello.

- ¿Tienes sueño? - La pregunto mientras la acaricio la pierna.

- Alguien no me dejó dormir anoche.

- Me dirás que no te gusto. - Le digo yo apartándome de ella haciendo que tenga que separarse de mi.

- Yo en ningún momento he dicho eso. - Dice ella con una sonrisa.

Domingo por la noche:

No puedo dormir y empiezo a dar vueltas por la cama para ver si encuentro la postura perfecta para poder dormir. Me muevo de un lado a otro intentando no despertar a la persona que tengo al lado, pero alguien me da la vuelta y quedo frente a frente con María mientras siento su mirada de odio en mi.

- ¿Te puedes quedar quieta? No puedo dormir.- Me dice ella con notable voz de dormida.

- Yo tampoco. - La respondo yo.

- Eso te pasa por haberte echado una siesta en el salón durante toda la tarde.

- No, si ahora la culpa será mía por no tener clase.

- Pero si por dormirte.

- Eres insoportable María. - Me intento dar la vuelta para quedar de espaldas a ella pero me agarra de la cintura y me besa dejándome sin aire.

Me incorporo mejor y me siento a horcajadas de ella mientras nos besamos lentamente. Nuestras lenguas juegan por el control pero ninguna gana.

Las mano de María han bajando poco a poco hasta tocar mi culo y de un momento a otro lo aprieta haciendo que gima en su boca.

Paro de besarla para repartir pequeños besos por toda su cara y por último dejar un pequeño beso en los labios. Voy bajando poco a poco por el cuello dónde me quedo un buen rato mordiendo y besando sin ser capaz de darme cuenta de que mañana tendrá unas marcas moradas que no se van a tapar tan fácilmente.

Mis manos han ido a parar al bajo de su camiseta y mientas, ataco su boca dónde ahora yo tengo el control. Subo su camiseta lentamente hasta que yo misma la lanzo al otro extremo de la cama. 

La paro de besar para mirarla y darme cuenta que no lleva sujetador por lo que sonrío la miro a los ojos y hago un recorrido de besos por su cuello, clavícula hasta llegar a sus pechos, dónde me quedo un rato saboreando, mordiendo y lamiendo sus pezones ahora duros. 

Cuando ya llevo un rato escuchando los pequeños gemidos de María y veo la cara de placer que tiene la beso de nuevo con unas ganas incontrolables. 

- ¿No eras tú la que querías dormir? - Le pregunto entre beso y beso.

- Por ti estoy días sin dormir si seguimos con esto.