María PoV.
Miércoles, último día de la semana en la que podemos ensayar nuestras actuaciones y darlo todo en la gala de esta noche.
Miércoles, último día de darlo todo si quiero seguir en la academia.
Miércoles, último día que pasamos con los profesores en la academia.
Miércoles, es un día que amo pero odio a la vez. Es una sensación amor - odio, cómo la que tienes con tus hermanx cuando te quita tu ropa y en ese momento lo odias pero piensas que haré yo sin esa personita.
Pues eso me pasa con los miércoles.
Los amo ya que es uno de los días en los que podemos hablar "libremente."
Y digo libremente por que aunque no tengamos micros y cámaras 24/7, tenemos a personas por todos los lados que nos vigilan a cada cosa que hagamos, pero ese sentimiento de libertad al quitarnos el micrófono, lo tenemos.
En cambio, odio con todo mi alma los miércoles por varias razones.
Hoy puede ser el mejor día y el peor a la vez.
Puedes pasar la pasarela de una y puedes quedarte a las puertas de la academia por estar nominada.
Pero lo peor de los miércoles son las expulsiones.
Aunque todos sabemos que cuando salgamos en una semana o en tres meses que es lo que dura el programa, despedirse de uno de los compañeros es como si te arrancaran algo con lo que has estado conviviendo semanas y semanas y de una para otra se vaya.
Y hoy no era un miércoles cualquiera, hoy aparte de despedirnos de uno de nuestros compañeros, yo me despedía de despertarme con una cabellera rubio platino en mi cara, me despedía del beso de buenos días y de las carreras de la bailarina que hacía por las mañanas para llegar a su cama antes de que la gente se despierte y nos pille juntas.
Y parecerá una chorrada por que la seguiré viendo los días siguientes.
Pero no podré probar los labios que me tienen loca desde la primera vez que los toqué.
Ni mirarla libremente cómo hacía cada vez que entraba por la puerta de la habitación.
Me encontraba sentada en los grandes sofás del plató esperando mi turno para ensayar. Aunque ya éramos relativamente pocos en la academia, los ensayos se hacían cada vez más largos y pesados.
Me tocaba la última antes de los nominados para ensayar mi canción junto con Laura, que desapareció durante una hora para saber Dios qué.
Estaba viendo como Sabela hacía su canción perfecta hasta que sentí cómo a mi derecha el sillón se hundía con la señal de que alguien se había sentado.
No hizo falta verla para saber que era ella.
Olía tanto a esa colonia que tanto me gusta que era fácil distinguirla entre las demás.
- Me encanta tu colonia. - Admití mientras giraba un poco mi cabeza para mirarla.
Vestía unos pantalones de chándal negro con unas rayas rojas en los costados y una sudadera a juego sumamente corta dónde se podía apreciar un poco de su abdomen que tanto me gustaba.
El pelo lo llevaba recogido con una coleta alta que hacía que su cuello se viera más irresistible de lo habitual y su cara llena de ojeras y cansada por haber estado conmigo toda la noche hablando y dándonos cariño se hace notable aunque lleve una fina capa de maquillaje.
- Es el perfume de "Chloé" - Me dice ella con una pequeña sonrisa.
- Me gusta ese nombre para mi hija. - Digo yo cambiando de tema.
ESTÁS LEYENDO
¿Te puedes callar y besarme? || María y Vicky.
Novela JuvenilEsta historia narra la historia de María y Vicky en Operación Triunfo. Algunos de los hechos pueden ser recogidos del programa pero la historia es totalmente ficticia.