Me sobra un poco daros la chapa al principio pero va rápido :
@Maruuuu-chaan , @BlueDreamsSM aquí tenéis. No es lo que queríais pero lo traía pensando y medio hecho de hace un tiempo y quería subirlo, así que espero que cumpla vuestros deseos.A los demás, espero que os guste y lo disfrutéis ❤️
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03:14
Sousuke llamando.Makoto sonríe y rechaza la llamada, pero el remitente vuelve a insistir. Incapaz de ignorarlo completamente, mete su teléfono vibrando en su pantalón, mientras un cosquilleo se forma en su estómago. Se retira de la barra con una nueva copa y vuelve a mitad de la pista a ritmo de la música. Está oscuro pero los destellos de luces de colores parecen acompañarlo en su juego.
No responderle a posta era su manera de volverlo loco. Lo estaba pasando bien y los mensajes desesperados y las últimas llamadas de Sousuke no hacían más que ampliar la diversión de la noche. Aunque Haru lleva horas sentado en un taburete, al menos Kisumi le seguía el rollo y se movía junto a él. Era el maestro del coqueteo, el príncipe de la picardía, el dueño de la pista de baile, pero Makoto estaba aprendiendo rápido, cosa que a él no le desagradaba. Al contrario, era de lo más interesante. Había escuchado las excusas más interesantes y las mejores mentiras para llevarte un hombre a la cama de aquellos labios amelocotonados y esos ojos boscosos, aquella cara de ángel de Makoto había dejado caer la mandíbula de Kisumi varias veces al suelo. Hoy sería una de esas.
—¿El camarero te invitó esa copa? —le preguntó curioso con ese brillo violáceo y travieso en su mirada y deslizando un mechón rosado detrás de su oreja sin dejar de bailar.
La música sonaba alto y el alcohol arde por las venas de Makoto, así que sigue bailando. No va a contestar aunque como respuesta sonríe a la equivocada idea de su amigo. Su móvil sigue vibrando en su trasero, pero se negaba también a responder. No iba a hablar con un idiota enfadado por teléfono aún sabiendo que él lo había provocado. ¿Qué pretende?
Yo quiero bailar esta noche. Dijo la canción y Makoto lo aceptó como suyo, como cierto.
Estaba harto de sus groserías de niño mimado. Siempre les pasa a quienes no tienen hermanos, se vuelven egoístas y lo quieren todo para ellos y Makoto lo sabía bien. Sabía que cuatro palabras lo enfadarían. Porque Sousuke no podía quedarse quieto sabiendo que Makoto andaba por ahí con Kisumi.
Yo sé que las noches no son solas para mí.
Y eso era precisamente algo que Makoto disfrutaba. Si Kisumi acababa comiéndose los morros con el chico moreno de su espalda, él contemplaría la vista de una forma muy especial. Sonrió. No lo necesitaría esta noche. No cuando Sousuke seguramente conducía enrabietado por un par de fotos en redes sociales y un "Eres un soso, Yamazaki." De hecho, no debía tardar en llegar después de las interminables llamadas. Y si se equivocaba, si no era así, aún con el orgullo dañado, haría una visita a los baños de un lujoso hotel con el chico de mejor ver que hubiera en la discoteca después de observar de su maestro lo que fuera necesario. Hoy, por suerte había un par de chicos de provecho.
Aunque... Visto lo visto, no harían falta pues su ligue acababa de entrar por la puerta con aires de tiburón dispuesto a cazar. Con un baile disimulado, Makoto se da media y se hace el despistado mientras sostiene a Kisumi del cuello y comienza a bailar más cerca, más intenso.
Lo muevo rompopon.
Sabe que los ojos aguamarina ya le están viendo y desata sus caderas al ritmo de la canción. Su trasero no hace más que apretar los pantalones de Sousuke a pesar de la distancia. También su mandíbula se tensa, pues su acompañante se anima y baila más duro también. Para Sousuke la vista es deliciosa, si no fuese por Kisumi llevando manos a cinturas que no le pertenecen, rozando vientre con el puro hierro de los abdominales de Makoto.
