Makoto comenzó a escribir. Sousuke sabía lo que haría desde el momento que su vista quedó fija en ninguna parte. Efectivamente, de pronto se levantó del sillón para ir en busca de sus gafas y su libreta. Tomó una pluma negra, su favorita, y las letras parecieron tomar vida propia como queriendo ser liberadas de la tinta. Él solo era el vector que unía la fantasía con el mundo real, decía.
Sousuke lo observaba cauteloso. Sin ruidos y apreciando cada uno de los movimientos que el otro hacía. Su expresión sería, tan poco habitual, y sus manos deslizándose por el papel, rozándolo de forma hipnótica. De algún modo lo encontraba erótico. Aún vestido y trabajando, su chico preferido era mucho más ardiente de lo que nadie hubiera podido imaginar. O eso, o simplemente era algo que sólo el podía apreciar y que por tanto gustaba de tener ese privilegio sólo para él.
La intimidad de aquella pequeña cabaña, escogida por su novio, en mitad del bosque era un aliciente más para encenderse. Imaginar que el mundo era suyo, que todo en cuánto veía era para el disfrute de ambos, que se encontraban allí sin que nadie pudiera verlos era realmente interesante. Sin embargo, las razones eran otras. Solían visitarla para la inspiración de Makoto.
Resignado por sus inapropiados pensamientos se distrajo preguntando, mas su novio se seguía viendo realmente provocativo:
-¿Qué describes?
-A un arcángel. -sonrió pero no despegó su vista de las hojas. -Pero es un arcángel peligroso.
-¿Por qué? -preguntó interesado.
-Dios lo quiere desterrar porque es demasiado... erótico. -susurró la última palabra.
Sousuke sintió una curiosidad tremenda y se levantó cuidadosamente a leer cómo era eso posible.
Quiso Dios esculpir un cuerpo que alcanzara la perfección. Las alas más espléndidas y albinas jamás talladas. La anatomía robusta y labrada pero con piel más fina e inmaculada que había creado hasta entonces. El pelo era de un tono más oscuro que la bella noche y los dos luceros de sus ojos brillaban con tono celestial de radiante mañana. Sus pestañas fueron inmensas y frondosas. Y por último, unos labios finos, rojos y delineados y el mentón recto y viril.
Al terminar su creación, Dios quedó satisfecho mas... no hubo ser que no cayera enamorado. Su arcángel perfecto era tentador y conducía a la locura. Tan sólo con una ojeada bastaba para que dominara lascivia por doquier. No era sagrado, se había manchado su pureza. Su pecado procedía de provocar un erotismo impuro. Su culminación era autodestructiva. Cuánto más perfección ponía en ella más pecaminoso se volvía.
Quiso Dios esculpir la perfección; mas hubo de desterrarla.
Traguó saliva. Se quedó perplejo y esperó un comentario de parte del escritor.
-¿Qué pasará después? -dijo con una sonrisa inocente mientras daba toquecitos de la pluma con su labio.
-Está claro. -contestó. -Llegará un nuevo ángel aún más perfecto y bondadoso que consiguió su purga. Uno de cabellos de oro y ojos de oliva. -su expresión de felicidad llenaba su mirada. -Aunque también será muy sensual y voluptuoso.
Makoto sonrió más ampliamente y besó con dulzura los labios de su arcángel.
¡Hola mis chiquitines!
Aquí estoy de nuevo escribiendo OS. A los poquitos que me seguís en Twitter, no sé si leyeron pero prometí subir un OS y un capítulo esta semana. Pues bien, aquí tenéis parte del trato.
Como siempre espero que os guste y que dejéis vuestros comentarios y opiniones. Recordad que acepto sugerencias y respondo lo que queráis.
Un besazo enorme y recordad no leerme en sitios públicos 😋
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Amar [Free!] [SouMako]
Fiksi PenggemarRecopilación de historias cortas propias SouMako