Sin favor

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Espero que os guste este pequeño lemmon, va dedicado sobretodo a aquellos que estáis leyendo Anastasia, Éstas Son Las Verdaderas Sombras porque debéis estar hiper-impacientes.

Como ya he repetido la historia irá a su ritmo pero me alegro de la buena recepción de aquellos que la leéis.

Y para los que seguísteis Bajo tu protección os recuerdo que aún tengo un par de especiales para subir. Espero actualizar uno de ellos en un día o dos.

A todos, gracias por el apoyo. Un simple voto o comentario vuestro me hacen tremendamente feliz. Un abrazo y disfrutad ;)





-Uhmm, esto... Sousuke...

-Dime, mi amor.- el moreno se giró a ver a su pareja que yacía sonrojado. Él pensó que no había algo tan dulce como Makoto tapándose media cara con las sábanas y mirándole con esos bellos ojos aceituna.

-... vez.- farfulló con la boca pegada a la tela.

Sousuke, aunque se deleitaba de verle así destapó su cara para dejar a la vista sus labios rojos y aún hinchados por sus propios besos. Sonrió al encontrarle, esa también era una vista preciosa.

-Ahora, Mako. No te entendí bien con las sábanas, ¿puedes repetirlo?

Makoto llevó las manos a sus ojos ante la vergüenza que le provocaba pedirle aquello a Sousuke. Le había sido difícil decirlo una vez, tener que repetirlo le resultaba imposible.

-...vez.

-Sigo sin escuchar lo que me dices mi cielo.- las cejas de Sousuke se unieron reflejando la preocupación que comenzaba a invadirle- Mako, cariño ¿te hice daño mientras lo hicimos? ¿estás bien? - Sousuke destapó aquellas manos para ver a su chico a los ojos y asegurarse de que no estaba llorando. Makoto negó con un movimiento de cabeza antes de que lograra desvelar su rostro.

Para su sorpresa, cuando bruscamente llevó los brazos de Makoto a la almohada, a ambos lados de su cabeza, el sonrojado muchacho aguantó un gemido y su respiración se agitó demasiado. Makoto, ya impaciente, borró todo su bochorno. No aguantaba más. Su erección no sólo no se había desvanecido después de haber sido amado por su tiburón ballena, sino que era cada vez más dura.

-Sou- gimió.- q-quiero hacerlo otra vez. Por favor.

Sousuke se quedó petrificado. ¿Cómo podía pedirselo así? Con esa dulce mirada entrecerrada, las mejillas sofocadas y los labios rojos y suplicantes. Todo Makoto era como un delicioso pastel que esperaba ser comido y él no iba a ser capaz de rechazarlo.

-Mi amor, sin favor.

Sousuke puso sus piernas a ambos lados de Makoto y acercó a sus labios a los de él despacio para no acrecentar su hinchazón. Sin embargo, el castaño necesitaba más y abrió su boca sin espera y atrayendo la cercanía del amor de su vida uniendo las manos alrededor de su cuello, dejó que Sousuke le poseyera al instante, pues así lo necesitaba. Necesitaba que su moreno supiera que era sólo suyo, y necesitaba sentir cómo aquel marmóleo cuerpo se rendía ante su súplica una vez más. Y:

-Más.- fue lo que se escapó de sus labios. Era lo único que pasaba por la cabeza del castaño: más Sousuke. Quería que le hiciera gritar y a la vez hacerle perder el control. Necesitaba de esa única persona que sabía calmar su sed cuando su garganta ardía y quedaba seca.

-Mmh.- Sousuke pegó su cadera a la desesperada protuberancia de Makoto, que la recibió con gusto.- Lo que quieras. Sólo pídelo.

Pues así era él y Makoto lo sabía. Su amado moreno era lujurioso y a la vez amable y atento y esa característica no sólo estaba presente en el acto sino también en su día a día cuando de repente, le coqueteaba para después besarle en la mejilla y prepararle un chocolate.

Sousuke le recorrió el cuerpo con besos sin dejar ningún rincón por mimar. Él era el novio perfecto, pensaba Makoto. Ese que te ayuda a peinarte en las mañanas y el que te da un masaje de pies en las noches.

El moreno sostuvo el pie de su amado y comenzó a besarlo mientras sus dedos se tensaban por la corriente eléctrica que provocaban esos labios con su contacto. La boca de Sousuke subió hasta la ingle donde se detuvo justo cuando Makoto sintió un tirón en su estómago y algo de líquido comenzó a resbalar. El castaño no aguantó más y se llevó las manos a su miembro. El moreno volvió a escalar por sus caderas y le susurró al oído:

-Yo lo haré.

Makoto es de esa clase de personas que intentan hacerlo todo solos, no era por ambición, sino por superación. Porque así crecía día a día aprendiendo a solucionar sus problemas. Pero ahora la vida era compartida y siempre es bien recibida la ayuda, sobre todo si es de un chico guapo que además era sólo suyo.

-¡Aaaaaah, mmh! - se tapó la boca en la segunda ¿estocada? - Sou... No aguantaré si lo haces asímmmh. - Makoto pensó que su moreno le calmaría con sus fuertes manos o que sería su lengua la que aplacaría su deseo. Como última opción podía haber pensado que Sousuke le embestiría pero... - S-S-Sousuke, Sou, ah... Por favor.

-Makoto... Makoto... - sustituyó los jadeos por los roncos alabos a su nombre mientras su cuerpo subía y bajaba para el disfrute de su tierno castaño que ya temblaba. - Ggh... Sólo... déjalo ir...

-Dentro no...

-Sí... por favor. - la llama que quemaba el cuerpo de Makoto se hizo más intensa al ver a Sousuke sonrojado gimiendo con súplica, mientras su miembro era engullido una y otra vez por aquellos perfectos y duros glúteos que le apretaban sin piedad. Esa fue la vista que hizo que el fuego quemase todo su cuerpo y un instante más tarde le diera el más dulce de los pecados, ése que sólo consentía disfrutar junto a él.

-Sin favor. - le repitió Sousuke con el poco oxígeno que le quedaba en los pulmones mientras volvía a su lugar en la cama.

-G-gracias. - sonrió Makoto cansado y sonrojado tras, sin duda, una de las mejores experiencias de su vida.

-Eres demasiado educado. - Le dijo alborotado su pelo. - Ven, necesito abrazarte, por favor.-se burló el moreno e hizo hueco entre su brazo y su cuerpo. Lugar donde Makoto encajaba a la perfección.

-Sin favor. - respondió el castaño mientras disfrutaba acomodándose en el pecho de su querido Sousuke y le proporcionaba tímidos besos en aquella piel canela que tanto relajaba. Y relajados, poco a poco los besos les llevaron al hogar de los sueños, donde seguían amándose abrazados.

Amar [Free!] [SouMako]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora