Esperar Por Él

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Narrativa: Tercera persona

Yūichirō se tiró en su cama

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Yūichirō se tiró en su cama. Su espalda chocó contra el suave colchón, y por fin puede cerrar sus ojos en todo el día. Porque bueno, después de estudiar por la mañana, suele ir a trabajar a un restaurante y al final, de paso, le tocó ir a buscar a Shinoa.

Tapa su rostro, avergonzado aún, ¿De qué exactamente? Bueno, para ser sinceros, está avergonzado de sí mismo, por la manera en la que actuó y también está avergonzado por cómo actuó Guren.

Aunque siempre actúa como un imbécil, así que bueno... Ya debía haberlo visto venir desde el momento en que escuchó su grito. ¡Aún recuerda la mirada de Mikaela! ¡Es una verdadera vergüenza...!

Shoto empezó a mover su cola de un lado para otro y el calor corporal del pequeño animalito que se acaba de subir a la cama de su dueño, acostando su cuerpo junto a su amo, es bastante alto en comparación al de un ser humano. Pero el perro Shoto siempre ha tenido esa temperatura corporal.

-Tu no me haces pasar vergüenzas... -dichas estas palabras, empezó suavemente a acariciar el pelaje del perro.

Recordando una, y otra, y otra vez el rostro de Mikaela.

-¡Guren, hijo de tus mil putas! -gritó, con toda la intención de ser escuchado.

-¡Insultar no te va a regresar el teléfono!

Escuchó que gritaron desde otra parte de la casa.

Después de ello, Mikaela le terminó por dar su teléfono y dijo que fuese precavido, y eso hará. Y que si quiere verlo de nuevo, sólo tenía que llamar o enviar un mensaje. Lo haría, con mucho gusto... Si no fuese porqué Guren llamó a sus padres y le dijeron que le quitarán el teléfono. Así que... Por lo menos le queda el papel donde Mikaela escribió su número.

Shinya debe estar posiblemente riéndose con Guren por haber arruinar la supuesta nueva amistad que él ha formado.

Pero esa idea está mucho más alejada de la realidad de lo que alguien podría pensar.

El omega alzó su propia mano, observándola. Es delegada y larga, también fría. Pero, cuando Mikaela estuvo con él, sintió que no iba a poder soportar más el calor en sus mejillas y en sus manos.

Por primera vez, se sintió cálido.

Recuerda como las yemas de los dedos de Mikaela pasaron suavemente por encima de su piel, y como ese extraño sentimiento fue tan envolvente.

Agita su cabeza de lado a lado, con la intención inútil de alejar todos aquellos pensamientos.

Es un completo estúpido.

-¡La tarea!

Narrativa: Tercera persona

Narrativa: Tercera persona

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Borracho de amor [𝓜𝓲𝓴𝓪𝓨ū/Omegaverse]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora